Como si nada hubiera pasado en estos dos últimos años, Rafa Nadal y Novak Djokovic nos regalaron este sábado un duelo infinito en Roma. La batalla de siempre enfocada en un primer set de infarto e influenciada notablemente en el segundo asalto. Ganó el español (7-6, 6-3) gracias a una mayor consistencia y regularidad en su raqueta, pero podemos decir que ambos salieron contentos de su ejercicio. El serbio ya recuerda cómo competir y ha vuelto a dar un paso al frente respecto a torneos previos. Al otro lado, el hombre que solo acepta la victoria como respuesta, buscará mañana su octava corona en la ciudad eterna ante Alexander Zverev o Marin Cilic. Una cita que le puede llevar de nuevo a lo más alto del ranking mundial.

Después de 71 minutos de batalla y castigos, Novak Djokovic se cogió un cabreo como hacía tiempo. Gritando, golpeando su raqueta y encarándose con su equipo técnico. Acababa de perder el primer set de la semifinal en un tiebreak de más errores que aciertos (7-4) y ahora le tocaba remontar al mejor jugador de la historia sobre tierra batida. Los datos decían que ambos habían ganado 38 puntos, pero ya saben que en esto del tenis el empate todavía no se permite. Fue un palo para el de Belgrado, pero un alivio ver su respuesta. Esa agresividad y ese carácter ausentes estos últimos meses, por fin aparecían en el campo de batalla, con la consecuente impotencia al finalizar el parcial. Eran solo pequeñas sensaciones tras un primer asalto de altísimo nivel.

Todos teníamos en la cabeza los 50 duelos previos entre ambos jugadores, pero no podíamos engañarnos, las cosas habían cambiado demasiado desde su último encuentro. Sin embargo, hoy Novak no quiso defraudarnos y eligió Roma, ante Nadal, para desplazar todos los fantasmas que le acompañan desde hace dos años. Tirando más duro, fallando menos bolas, tocando más líneas… al fin y al cabo, rozando la excelencia que requiere pelotear ante el número 1 de la tierra batida. A punto estuvo de romperle el saque nada más comenzar, aunque luego fue el balcánico quien tuvo que ir a remolque para no perderse en el trayecto. Sufrieron los dos, pero era lo que tocaba. Una victoria sencilla de Nadal hubiera sido un golpe definitivo a la moral de Novak. Si había que ganar, que fuera al límite.

Lástima (sobre todo para Nole) que la confianza sea la pieza clave de todo este entramado. Por eso en el segundo set fue imposible mantener la intensidad y terminara viéndose la diferencia actual de ambos jugadores. Por un lado, el hombre que llegaba con dos títulos bajo el brazo y con una derrota más que asimilada en Madrid. Por otro lado, el hombre que aterrizaba en Roma con un balance de seis victorias y seis derrotas en la temporada, en busca de un gran triunfo que le hiciera recuperar su estatus. Pudo haber sido hoy, de hecho, era justamente lo que le hacía falta al serbio. Pero por mucho que el público animara al balcánico, en busca de un tercer set, nada pudo hacer éste para frenar al siete veces campeón del Foro Itálico.

Luchó como nunca, o mejor dicho, como siempre. Pero no bastó. El cabreo del final del primer set se fue convirtiendo en frustración, lo cual le impidió aprovechar sus oportunidades de break y le llevó a hacerse vulnerable cuando era su posición la que estaba en riesgo. Eso lo supo leer el balear desde el comienzo, agarrando mejor que nadie las pequeñas ventajas y surfeando con experiencias ante los detalles cruciales. Fueron eso, detalles, los que subrayaron una vez más las diferentes posiciones que hoy en día ocupan Djokovic y Nadal. Dos leyendas que hoy nos regalaron otro enfrentamiento apasionante, atemporal, brillante, pero con un solo ganador. El de Manacor canjeará mañana el premio en forma de su décima final en el templo romano.

Fuente: Punto de break

Con un sorpresivo arranque de partido, el local Fabio Fognini puso en predicamentos al español Rafael Nadal, al cual derrotó en el primer set de los cuartos de final del Masters 1000 de Roma.

El favorito del certamen logró sobreponerse al primer escarceo y dio cuenta de Fognini en los siguientes dos sets para llevarse el partido por marcadores de 4-6, 6-1 y 6-2; por lo que ahora esperará al vencedor del duelo entre el serbio Novak Djokovic y el japonés Kei Nishikori.

Además, el croata Marin Čilić no tuvo piedad ante el también español Pablo Carreño, al cual eliminó del torneo en dos sets, por parciales de 6-3 y 6-3, así que ya espera en la ante sala de la final al que gane el cotejo entre el belga David Goffin y el alemán Alexander Zverev.

Los duelos de semifinales se llevarán a cabo este sábado para posteriormente disputar la final el domingo 20 de mayo y encaminarse al Grand Slam de Roland Garros, donde llegará a su fin la temporada de arcilla.

Fuente: El siglo de Torreón

Alexander Zverev conquistó este domingo el primer Masters 1.000 de su carrera, al imponerse con un autoritario 6-4 y 6-3 en la final de Roma al serbio Novak Djokovic, número 2 del ránking ATP. El jugador de Hamburgo levantó al cielo de Roma el tercer título de su brillante temporada, tras los de Montpellier y Múnich, y castigó a Djokovic con su cuarta derrota en las ocho finales.

Zverev, de 20 años, se coronó en el Foro Itálico al derrotar en el primer enfrentamiento a Djokovic, y se convirtió en el único jugador nacido en los años 90 capaz de conquistar un torneo Masters 1.000.

El jugador de Hamburgo levantó al cielo de Roma el tercer título de su brillante temporada, tras los de Montpellier y Múnich, y castigó a Djokovic con su cuarta derrota en las ocho finales que ha disputado en la tierra batida del torneo italiano.

Se trata de una auténtica hazaña, considerado que 24 de los últimos 25 Masters 1000 habían terminado en las manos de uno de los denominados "cuatro grandes": Djokovic, Rafael Nadal, Roger Federer o Andy Murray. Si el partido de esta tarde tenía que simbolizar un duelo entre una leyenda del tenis y el representante de la "nueva generación", Zverev dio prueba de todo su potencial y ganará mañana siete posiciones en el ránking mundial, convirtiéndose por primera vez en el número 10.

El alemán entró en el duelo con agresividad desde el comienzo y aprovechó su segunda bola de rotura para romper el servicio de Djokovic en el primer juego del partido y tomar confianza y ventaja. Desde ese punto, no concedió opciones al serbio para recuperar el quiebre y sellar el 6-4 en 36 minutos, con sólo seis puntos perdidos con el saque.

Trató de reaccionar "Nole" en el segundo parcial, pero, tras la prestación prácticamente perfecta con la que apabulló al austríaco Dominic Thiem el sábado, no logró expresar su mejor tenis. Si Zverev defendía sus turnos al saque con solidez, Djokovic tenía que sudar para conseguir cada punto y terminó entregando su servicio en el tercer juego, al ser castigado en la primera ocasión de rotura concedida.

A pesar de esto, el número 2 del mundo no paró de luchar y logró anular una bola para el 5-2 a favor del alemán y acercarse hasta el 4-3 en el marcador. En ese momento, la mujer de Novak, Jelena, se levantó para aplaudir el punto que suponía el propio 4-3, luciendo su ya más que evidente embarazo. Las opciones de remontada de Djokovic se acabaron pocos minutos después, cuando Zverev, tras defender a cero su saque, aprovechó su bola de partido para coronarse por primera vez en su joven carrera en el Foro Itálico.

Fuente: Eurosport

El tenis se vuelve un poquito más complicado de lo que ya es cuando la meteorología se mete donde no le llaman. En el Masters 1000 de Roma la lluvia jugó su papel en la noche del viernes y condicionó la hoja de ruta de Novak Djokovic y Juan Martín Del Potro en su partido de cuartos de final. Era el serbio quien dominaba antes de aplazarse (6-1, 1-2) y fue el serbio quien terminó zanjando la pelea por 6-1 y 6-4. Más tarde de lo que le hubiera gustado, pero sin llegar a pasar más tiempo en pista del justo y necesario.

Del ‘partido’ del viernes no hay mucho que contar. Quedará siempre la anécdota de un Del Potro comenzando el duelo con break a favor e incapaz de volver a sumar un juego más en todo el set. En su cabeza cobraba especial importancia el inicio y fue justo ahí donde cumplió, hasta que el chacal de antaño volvió a rugir cuando menos se le esperaba. Maniató al argentino con su revés y le castigó duramente con su derecha, además de sacar un notable alto en su asignatura al resto. Quedó eclipsado el de Tandil y se marchó al banco con cara de pocos amigos, aunque tampoco había tenido opción de hacer mucho más. En la reanudación volvió la calma, hasta que la tormenta se la llevó.

Un día después, cerca de las 14:00 de la tarde, los dos guerreros volvieron a saltar a la pista con media tarta en el estómago de Novak y el doble de hambre en el de Del Potro. Ya con el sol en todo lo alto, el partido no tardó en romperse de nuevo. Djokovic apretó con 2-2 y se apuntó un nuevo break que parecía definitivo. Más que por el resultado, por las armas que se veían sobre el albero. Ese revés del argentino era un agujero demasiado goloso para que el de Belgrado no encontrara montones y montones de azúcar. Arrancando por ese flanco fue recuperando sensaciones de campeón, ahogando a su rival y demostrando que eso de competir todavía no se le ha olvidado.

Novak se vino arriba y alentó a la grada a que le empujaran a su octava semifinal en el Foro Itálico. Mientras tanto, Juan Martín maldecía por toparse de nuevo con ese hombre al que venció con honor en los Juegos Olímpicos el verano pasado pero que se había convertido en pesadilla más tarde en Acapulco e Indian Wells. No estaba siendo una mala temporada para el argentino, solo que la barrera de los top10, en especial la del balcánico, le estaba resultando demasiado costosa de solventar. La tercera cita del curso entre ambos tocaba en Roma, en tierra batida, un lugar donde Novak pudo apretar más todavía ese H2H particular (13-3) para firmar la primera de las dos victorias a las que opta este sábado.

Con las semifinales ya definidas, Djokovic espera en el último turno del día a Dominic Thiem, el hombre que llega en una nube tras tumbar al máximo favorito en cuartos de final. Será un encuentro especial, ya sea por el cansancio que pueda acumular el número 2 del mundo o por el balance de 4-0 a su favor con el austriaco. Abran bien los ojos porque todavía faltan los dos platos más fuertes por servirse.

Fuente: Punto de Break

Otro día más en la oficina. Con más trabajo de lo esperado, Rafael Nadal accedió a los cuartos de final del Masters 1000 de Roma tras imponerse a un Jack Sock que en muchos momentos rozó el sobresaliente.

Ambos jugadores ya se habían visto las caras esta temporada en Miami. La contundente victoria de Nadal allí, donde las condiciones se adaptan mejor al tenis del estadounidense, preveía un partido a priori "cómodo" para el tenista balear.

Y así fue en los primeros compases. Como es ya costumbre, Nadal quebró el servicio de su rival a las primeras de cambio, y el 3-0 no tardó en lucir en el marcador. Sock buscaba derribar el muro con su potente derecha, pero la gran movilidad del de Manacor por la pista minimizó los daños. No necesitó más breaks Rafa para cerrar el primer set por 6-3.

El segundo parcial comenzó con una nueva rotura a favor del español. Cuando el partido parecía visto para sentencia, el tenista yankee destapó el tarro de las esencias, recuperando el break y consiguiendo desbordar a Nadal por primera vez en el partido.

Sin embargo, la confianza adquirida durante estas últimas semanas, fue suficiente para frenar un vendaval que tuvo su fin en el 4-4. Sock dijo basta y cedió un nuevo servicio con tres errores no forzados consecutivos. A continuación, Nadal no dudó a la hora de cerrar el partido con su servicio.

Nueva victoria de Nadal que le da el pase a cuartos de final, donde le espera Dominic Thiem, en un partido muy disputado y que será la reedición de las finales de Barcelona y Madrid.

Fuente: Punto de Break

Rafa Nadal ya está en tercera ronda del Masters 1000 de Roma y lo hizo apenas sin sudar, tras solo disputar tres juegos debido a la retirada de su compatriota Nico Almagro.

El de Manacor llegaba al Foro Itálico con la idea de prolongar su racha de imbatibilidad sobre tierra esta temporada (15-0) y consolidar su condición de favorito indiscutible para Roma y, sobre todo, para Rolad Garros. 

Nico Almagro, rival tradicional del balear por estas fechas, solo pudo aguantar en pista tres juegos. Unas molestias en la rodilla le obligaron a abandonar con 3-0 en contra en el marcador. 

Descansado, Nadal buscará el acceso a cuartos de final ante el superviviente del duelo entre Jack Sock y Jiri Vesely.

Fuente: Punto de Break

Novak Djokovic ya está en la tercera ronda del Masters 1000 de Roma. Tras su victoria (7-6, 6-2) ante Aljaz Bedene, el serbio compareció ante los medios presentes en el Foro Itálico para valorar sus sensaciones y mostrar su opinión en torno a las últimas noticias que han sacudido el mundo de la raqueta.

El partido de Djokovic no será recordado como uno de los mejores de su carrera, las sombras predominaron sobre las luces, pero el objetivo que no era otro que la victoria se cumplió con creces. “Empecé un poco lento, pero pude jugar algunos buenos puntos. Bedene es un jugador que te da mucho ritmo. Jugué un buen tie break, sacando bien cuando tenía que hacerlo. Me hubiera gustado empezar mejor, pero espero que el próximo partido sea mejor”, admitió el segundo cabeza de serie del torneo romano.

Desde que comenzase el torneo, el mal estado de las pistas ha sido uno de los temas más recurrentes entre los jugadores. “Tradicionalmente tenemos este problema en Roma. La organización lo está haciendo lo mejor que puede. Ya no hay mucho tiempo para arreglar los problemas”, afirmó.

La negativa de Roland Garros a la hora de conceder una wild card a Maria Sharapova ha sido la noticia del día, y no podía faltar en la rueda de prensa de Novak. “No hay mucho que decir. Quien dirige Roland Garros puede tomar la decisión que cree que es apropiada. No puedo decir más que eso. Tiene que ser duro para ella, pero es así”, declaró el balcánico.

Djokovic, cuatro veces campeón en Roma, también tuvo tiempo para dar su opinión acerca de la decisión de Federer de no jugar la próxima edición de Roland Garros: “Para empezar es Roger. Tiene el lujo de poder decidir lo que quiera. A estas alturas de su carrera, no tiene ninguna necesidad de buscar puntos en el ranking”.

Fuente: Punto de Break

Juan Martín del Potro cosechó una de esas victorias que él valora especialmente y que vuelven a situar su competitividad en un lugar superior al que dicta su ranking. El argentino doblegó al búlgaro Grigor Dimitrov en tres mangas (3-6 6-2 6-3) para pasar a segunda ronda del Masters 1000 de Roma. Después de abandonar el ATP Estoril tras el fallecimiento de su abuelo, el de Tandil volvía a las pistas con la incógnita de testar su nivel en arcilla.

Y por lo ocurrido en el primer set no pareció estar del todo preparado para afrontar con garantías un nivel alto de peloteo en tierra batida. En un arranque destacado por el buen nivel al servicio de ambos en los cuatro primeros juegos, Dimitrov comenzó a cambiar de marcha y a sacar partido de su revés paralelo. El de Haskovo conectó con acierto y determinación tiros muy ajustados que abrieron el marcador y generaron un nivel de confianza importante en todo su juego. Del Potro no tuvo en ese momento capacidad de reacción y cedió la primera manga.

En el segundo, Juan Martín comenzó a cimentar su triunfo en una actividad de piernas mucho mayor, asegurando poner más bolas en pista en puntos más elaborados y sobre todo a encontrar ventajas en el duelo de derechas invertidas y la posterior defensa y contraataque una vez el búlgaro pasaba al ataque con la invertida paralela. Del Potro se hizo con un break tempranero y comenzó a dominar con soltura el choque. Llevado el partido al parcial decisivo, 'Delpo' sacó su versión más competitiva, la que maneja bien la presión, para confirmar su reacción.

Debe admitirse que Dimitrov también subió el nivel, principalmente hasta el 4-3, donde ambos jugadores forzaron la máquina y elevaron el nivel de la contienda hasta, mínimo, el notable. Grigor buscó las líneas y tomó riesgos, mientras Del Potro respondía con primeros servicios y una gran consistencia desde atrás. En un ajustadísimo octavo juego, Dimitrov tembló primero, estampó la raqueta contra el suelo y dio opción al sudamericano de cerrar el partido con su servicio, opción que no desaprovechó para seguir adelante en el Foro Itálico.

Fuente: Punto de Break

Otra vez se volverán a ver las caras en una final el serbio Novak Djokovic y el británico Andy Murray. Ahora para definir el Masters 1000 de Roma este domingo, como hace una semana en Madrid, título que quedó para el número uno del mundo.

No fue sencillo llegar al choque final para Nole, que tuvo que batallar y remontar el partido ante el ascendente japonés Kei Nishikori. Fue 2-6, 6-4 y 7-6 (7-5) después de tres horas de juego.

Como le había sucedido ante el brasileño Thomas Bellucci en los octavos de final, Djokovic comenzó el partido juego errático y dominado, y perdió con claridad el primer parcial.

Sin embargo, a partir del segundo comenzó a elevar su nivel de juego, aunque Nishikori nunca aflojó su intensidad. Al serbio le costaba concretar las oportunidades de quiebre que generaba, pero cuando lo hizo, en su novena ocasión, logró llevarse el segundo set. En el decisivo tercer parcial, el serbio se adelantó rápido con un nuevo quiebre, pero Nishikori no se rindió y forzó el tie break, incluso levantando un match point. En el desempate, una doble falta cometida por el asiático cuando sacaba 3-3 resultó clave para la definición.

Este domingo, el serbio irá en busca de su trigésimo título de Masters 1.000, frente a un descansado Murray, que apenas necesitó 59 minutos para vencer al francés Lucas Pouille por 6-2 y 6-1 en la otra semifinal.

La final es una reedición de lo sucedido la semana pasada en Madrid, cuando Djokovic levantó el trofeo después de vencer al británico por 6-2, 3-6 y 6-3.

En lo que va de la temporada, Nole ganó tres de los cuatro Masters 1.000 disputados y sólo no logró festejar en Montecarlo, donde perdió de manera sorpresiva ante el checo Jiri Vesely.

Fuente: Clarín/DPA

Andy Murray ha logrado meterse en la final de Roma al eliminar en semifinales a Lucas Pouille en dos sets 2-6 y 1-6. 

El tenista británico no ha dado opción alguna al francés, ya que en tan solo una hora de partido el subcampeón del Torneo de Madrid logró su pase a la final de la competición italiana. La superioridad del británico se hace evidente al observar que Pouille no tuvo ni una sola bola de break.

El partido estuvo marcado por la lluvia que cayó en Roma durante toda la mañana, que provocó que se paralizase la competición masculina y femenina durante un par de horas.

De esta manera, Murray accede a la final del próximo domingo en la que se enfrentará al ganador del duelo Djokovic-Nishikori.

Fuente: larioja.com

Juan Mónaco acusó una lesión en la cadera y no se presentó a jugar hoy su partido de cuartos de final del Masters 1000 de Roma ante el francés Lucas Pouille, lo que le costó la eliminación del torneo 24 horas después de su triunfo sobre el 'top ten' suizo Stan Wawrinka.

Mónaco, nacido en Tandil y ubicado en el puesto 114 del ranking mundial de la ATP, había recuperado en Roma gran parte de su tenis y logró tres triunfos en fila sobre el estadounidense Steve Johnson (34), el sudafricano Kevin Anderson (19) y el más importante ante Wawrinka (4), actual campeón de Roland Garros.

El tandilense de 32 años debía enfrentar a las 7 -hora de la Argentina- al francés Pouille (52), un rival accesible al que podía haber superado para instalarse en semifinales, pero un fuerte dolor en la cadera lo llevó a tomar la decisión de no presentarse, según indicó el sitio web oficial del torneo.

Seguramente "Pico" prefirió cuidarse debido a que el 22 de mayo próximo comenzará Roland Garros, el segundo Grand Slam del año en el que tiene depositadas grandes expectativas.

Pouille, por su parte, de 22 años, había perdido en la última ronda de la clasificación, pero ingresó al cuadro principal como "lucky loser" directamente en la segunda ronda en reemplazo de su compatriota Jo-Wilfried Tsonga (7), lesionado, y luego logró un triunfo resonante sobre el español David Ferrer (9).

Fuente: Canchallena

El tenista tandilense Juan Mónaco dio una de las grandes sorpresas en el torneo Masters 1000 de Roma y se clasificó a los cuartos de final al ganarle al suizo Stanislas Wawrinka, 4 del mundo, por 6-7 (5), 6-3 y 6-4.

Mónaco, 114 en el escalafón, logró recuperarse después de haber perdido el primer set en el tie break y, con un juego muy sólido y variado desde el fondo, se quedó con el partido, consiguiendo una de sus victorias más importantes en los últimos años.

En busca de las semifinales, Mónaco enfrentará al francés Lucas Pouille (52), quien dejó en el camino al español David Ferrer (9).

Fuente: 442.perfil/DyN

El austríaco Dominic Thiem tumbó al suizo Roger Federer en los octavos de final del Masters 1000 de Roma y consiguió otra importante victoria en un 2016 que está marcando su irrupción entre los mejores tenistas del circuito.

Thiem, número 15 del mundo con 22 años, superó a Federer por 7-6(2) y 6-4 en una hora y 18 minutos y mañana se medirá en cuartos de final al ganador del partido entre el francés Richard Gasquet y el japonés Kei Nishikori.

Considerado como uno de los tenistas con más futuro, Thiem ganó ya dos títulos en 2016, Buenos Aires y Acapulco, y además llegó recientemente a la final de Munich.

Federer, campeón de 17 Grand Slam, sigue por su parte sin encontrar la regularidad en un 2016 en el que se operó de la rodilla en febrero y se retiró la semana pasada de Madrid por un problema de espalda. El de Roma era apenas su cuarto torneo de la temporada.

"Por un lado estoy feliz de haber vuelto a jugar tras estas semanas, por otro es frustrante saber que no puedes jugar con libertad", declaró Federer en la rueda de prensa posterior al partido. Y agregó: "Tuve que encontrar otras maneras para ganar los puntos y este aspecto también es interesante y puede ser positivo".

El suizo destacó que las últimas semanas han sido "difíciles" y que, de cara al Roland Garros -que empezará el 22 de mayo-. "Las últimas semanas han sido duras para mí. No creo que en este momento pueda hacer un gran torneo en París pero si en los próximos días puedo entrenarme al cien por cien habrá alguna posibilidad. Sigo con confianza de poder recuperarme, veré cómo estoy en los próximos 7-9 días", reconoció.

Federer señaló que todavía no sabe qué va a hacer y qué decidirá tras reunirse con su equipo de trabajo. "Me encontraré con el equipo para ver si me quedo en Roma, voy a París o vuelvo a Suiza. Veré si es mejor descansar o entrenarme, pero estoy contento porque volví a las pistas y no me hice más daño", afirmó.

El Masters 1000 de Roma, que se disputa sobre polvo de ladrillo, es el último gran certamen que se disputa antes de Roland Garros, segundo Grand Slam del calendario y que arranca en París el 22 de mayo.

Fuentes: Canchallena/dpa/EFE