Entramos en terreno peligroso. La Semana 15 no es solo otra jornada en el calendario; es el filtro definitivo que separa a los contendientes reales de los equipos que solo están de paso. Con los Steelers (7-6) controlando su destino tras la enorme victoria en Baltimore, lo que suceda en el resto de la liga impacta directamente en nuestras aspiraciones de enero.
Preparamos el café y el control remoto: aquí tienes la guía de los partidos que no te puedes perder este fin de semana.
La Batalla de los QBs Intercambiados
Es el partido que todos marcaron en el calendario cuando salió el schedule. Jared Goff regresa a Los Ángeles o recibe a su némesis (dependiendo de la sede) en un duelo con aroma a postemporada de la NFC.
La Clave: Los Rams buscarán explotar su juego aéreo vertical, pero Detroit ha demostrado tener una de las líneas ofensivas más físicas de la liga. Si los Lions logran correr el balón y mantener a Matthew Stafford en la banca, saldrán con la victoria. Es un choque de estilos: la elegancia de LA contra la furia de Detroit.
Buffalo se juega la temporada. No hay otra forma de decirlo. Enfrentar a Bill Belichick (o a la disciplina de New England) en diciembre siempre es un dolor de muelas, pero los Bills necesitan desesperadamente esta victoria para no perder el tren de los comodines.
Ojo con: Josh Allen. En estos partidos de "vida o muerte" es cuando suele regalar sus actuaciones más heroicas... o sus errores más costosos.
Atención, Nación Steeler: Este partido es tan importante como el de los mismos Acereros. Tras caer ante Pittsburgh la semana pasada, los Ravens llegan heridos y urgidos. Enfrentan a unos Bengals que siempre son peligrosos en duelos divisionales.
El Escenario Ideal: Una derrota de Baltimore aquí, combinada con una victoria nuestra el lunes, pondría a los Steelers en una posición de poder inmejorable dentro de la división. ¡Todos somos fans de Cincinnati por tres horas!
Quizás el duelo de mayor calidad técnica de la jornada. Green Bay y Denver han sido dos de los equipos más consistentes del año. Ver a la defensa de los Broncos tratar de descifrar el ataque de los Packers será una partida de ajedrez fascinante. Un posible adelanto del Super Bowl que nadie debería perderse.
Para cerrar el domingo, un clásico de la NFC. Los Cowboys suelen crecerse en el primetime, pero Minnesota es un equipo incómodo que sabe llevar los partidos al límite. Es el aperitivo perfecto antes de nuestra gran cita del lunes.
Lunes: Acrisure Stadium
El plato fuerte para nosotros. Pittsburgh viene con la moral por las nubes tras silenciar a Baltimore, pero Miami es un animal diferente. Los Dolphins basan su juego en la velocidad pura y el engaño.
La Misión de T.J. Watt: La línea ofensiva de Miami es rápida, pero suele sufrir bajo presión constante. Si Watt y Highsmith logran incomodar al QB rival, la velocidad de sus receptores no servirá de nada.
El Factor Clima: Diciembre en Pittsburgh. Si hace frío o viento, la ventaja es totalmente para la defensa de acero. Miami odia jugar con temperaturas bajas.
Predicción: Será un juego cerrado, pero la defensa de los Steelers impondrá su ley en el último cuarto. Pittsburgh gana 24-20.
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| Foto: Ed Mulholland-Imagn Images |
La temporada 2025 de los New York Jets, que ya se tambaleaba, colapsó oficialmente este domingo en una tarde de miseria en el MetLife Stadium. En un partido que expuso todas las fracturas de la franquicia, los Jets fueron atropellados 31-10 por sus rivales divisionales, los Miami Dolphins, un resultado que selló su destino: eliminados de la contienda por los playoffs.
La eliminación marca un hito oscuro. Los Jets han extendido su sequía sin postemporada a 15 años consecutivos, estableciendo la racha activa más larga de futilidad en los principales deportes profesionales de América del Norte.
"Este juego fue definitivamente decepcionante. Realmente es difícil tratar de poner esto en palabras", admitió el entrenador en jefe Aaron Glenn. "No tuve a estos muchachos listos para jugar. Eso fue obvio por la forma en que salimos y jugamos".
El plan de juego de los Jets se desmoronó casi de inmediato. El mariscal de campo veterano Tyrod Taylor, quien realizaba su tercera titularidad consecutiva tras la banca de Justin Fields, abandonó el partido a finales del primer cuarto con una lesión en la ingle y no regresó.
En una decisión que sorprendió a muchos, en lugar de recurrir a Fields, el equipo dio entrada al novato no drafteado Brady Cook para su debut en la NFL. El producto de Missouri tuvo una tarde para el olvido, completando solo 14 de 30 pases para 163 yardas. Cook fue interceptado dos veces en la zona de anotación rival, matando cualquier esperanza de remontada. La ofensiva de los Jets generó unas paupérrimas 207 yardas totales.
La única chispa de vida para los locales provino de los equipos especiales, cuando Isaiah Williams devolvió un despeje 78 yardas para touchdown, el único momento de celebración en una tarde sombría.
Mientras la ofensiva de Nueva York se estancaba y su defensa sufría las recientes salidas de estrellas como Sauce Gardner y Quinnen Williams, los Dolphins hicieron lo que quisieron por tierra.
Miami acumuló 239 yardas terrestres, superando por sí solos la producción ofensiva total de los Jets. Jaylen Wright lideró la carga con un récord personal de 107 yardas. De’Von Achane añadió 92 yardas y un touchdown en solo siete acarreos antes de salir con una lesión en las costillas, y el novato Ollie Gordon II también anotó por tierra.
Tua Tagovailoa tuvo una tarde eficiente (13/21, 127 yardas, 1 TD a Jaylen Waddle) y mejoró su récord personal a un perfecto 7-0 contra los Jets como titular, demostrando que puede ganar en clima frío.
Los Dolphins, que han ganado cuatro juegos seguidos para mejorar a 6-7, añadieron un toque final de humillación a sus rivales. Para la última serie ofensiva del partido, enviaron al campo a Zach Wilson, el ex mariscal de campo de los Jets y segunda selección global del draft de 2021, para cerrar la victoria en el estadio que alguna vez fue su hogar.
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| Foto: Karl Merton Ferron |
En una rivalidad forjada en batallas defensivas y finales cardíacos, el capítulo de este domingo entre los Pittsburgh Steelers y los Baltimore Ravens añadió otra página memorable a su historia. En un M&T Bank Stadium hostil, Aaron Rodgers ofreció su mejor actuación con el uniforme negro y oro, y la defensiva de Pittsburgh resistió un furioso intento de remontada para asegurar una victoria de 27-22 que catapulta a los Steelers al liderato solitario de la AFC Norte.
Con el triunfo, Pittsburgh (7-6) toma una ventaja de un juego sobre Baltimore (6-7) en la reñida carrera divisional. Para los Ravens, la derrota es particularmente amarga, marcando su segunda caída consecutiva en casa ante rivales divisionales tras haber resucitado su temporada con una racha de cinco victorias.
A sus 42 años, Aaron Rodgers demostró que aún tiene gasolina en el tanque. El mariscal de campo, que no había completado un pase de más de 31 yardas en todo noviembre, destapó el frasco de las esencias desde la primera jugada ofensiva. Rodgers conectó una bomba de 52 yardas con DK Metcalf, preparando el escenario para su propia anotación terrestre de una yarda, su primer touchdown por carrera desde la temporada 2022, dando a Pittsburgh una ventaja temprana de 7-3.
La conexión Rodgers-Metcalf fue letal durante toda la tarde. Metcalf finalizó con 7 recepciones para 148 yardas, siendo el catalizador de una ofensiva que acumuló yardas aéreas cruciales a pesar de un juego terrestre limitado (solo 34 yardas). Rodgers terminó con 284 yardas por pase, un touchdown aéreo y un rating de 103.1.
A pesar de que Pittsburgh construyó ventajas de 17-9 al medio tiempo y 27-16 en el tercer cuarto (gracias a un TD terrestre de Kenneth Gainwell y un pase de anotación de 38 yardas a Jaylen Warren), Baltimore nunca se rindió. Liderados por Lamar Jackson, los Ravens recortaron la diferencia a 27-22 en el último cuarto.
El momento cumbre llegó con 2:43 restantes en el reloj. En tercera y gol desde la yarda 13, Jackson lanzó un pase a la zona de anotación para el ala cerrada Isaiah Likely. Likely aseguró el balón con ambas manos y puso ambos pies en el suelo, pero justo cuando intentaba hacer un movimiento adicional, el esquinero Joey Porter Jr. impactó el balón, provocando que se soltara. Inicialmente marcado como touchdown, la jugada fue revisada y revertida a pase incompleto, bajo el criterio de que Likely no completó el proceso de recepción.
Baltimore tuvo una oportunidad más tras la anulación. En cuarta oportunidad desde la yarda 5, un pase de Jackson a Mark Andrews fue bateado. Sin embargo, los Ravens tuvieron una última posesión con menos de dos minutos. Avanzaron hasta la yarda 30 de Pittsburgh con segundos restantes. Sin tiempos fuera, Jackson retrocedió para lanzar, pero fue capturado por el linebacker externo Alex Highsmith. El reloj expiró antes de que pudieran volver a centrar el balón, desatando la celebración de los Steelers.
"Fue un clásico Steelers-Ravens", resumió el entrenador Mike Tomlin, elogiando la "actitud de 'sí se puede'" de Rodgers durante la semana y la jugada grande de Highsmith al final.
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| Foto: Chris O'Meara | AP |
En una tarde marcada por una lluvia torrencial y un fútbol americano caótico, los New Orleans Saints dieron una de las campanadas de la temporada al vencer 24-20 a los Tampa Bay Buccaneers, un resultado que sacude los cimientos de la carrera por el título de la NFC Sur.
Los Saints, que llegaron al partido con un pobre récord de 2-10 y como claros no favoritos, encontraron a un héroe improbable en su mariscal de campo novato, Tyler Shough. El joven pasador demostró frialdad y capacidad atlética, anotando dos touchdowns por la vía terrestre que resultaron decisivos en un encuentro donde las defensas y las condiciones climáticas impusieron su ley.
El partido llegó al último cuarto empatado a 17 puntos. La defensa de Nueva Orleans dio un paso al frente al detener a Tampa Bay en una crucial cuarta oportunidad y dos yardas por avanzar desde la yarda 47 de los Saints, cuando Chris Godwin Jr. no pudo atrapar un pase de Baker Mayfield.
Esa jugada preparó el escenario para la serie ofensiva ganadora. Con el reloj acercándose a la mitad del último periodo, Tyler Shough protagonizó la jugada del partido. El novato rompió la bolsa de protección, eludió los intentos de tackleada de los linieros defensivos Logan Hall y Vita Vea, y se escapó 13 yardas hasta la zona de anotación para darle a los Saints una ventaja de 24-17.
Los Buccaneers, cuatro veces campeones defensores de la división, tuvieron oportunidades para responder, pero la ejecución les falló en los momentos cumbre. En la siguiente serie, Baker Mayfield condujo al equipo hasta territorio de anotación, pero el receptor Emeka Egbuka dejó caer un pase en la zona de anotación que habría significado el empate. Tampa Bay tuvo que conformarse con un gol de campo de 37 yardas de Chase McLaughlin para acercarse 24-20 con menos de cinco minutos restantes.
Tampa Bay tuvo una última posesión en los dos minutos finales, pero Mayfield, quien había brillado al inicio de la temporada, no pudo encontrar la magia necesaria para orquestar la remontada. La ineficacia en situaciones de corto yardaje fue letal para los Bucs, que convirtieron solo 2 de 7 intentos en cuarta oportunidad, la mayor cantidad de intentos en un solo juego para la franquicia. Además, la defensa permitió que los Saints iniciaran sus series ofensivas con una posición de campo promedio en su propia yarda 41, facilitando la tarea del ataque visitante.
La derrota profundiza la crisis de los Buccaneers, que han perdido cuatro de sus últimos cinco compromisos. Con un récord de 7-6, Tampa Bay ha caído a un empate en el primer lugar de la NFC Sur con los Carolina Panthers. El desenlace de la división promete ser dramático, ya que Bucs y Panthers se enfrentarán dos veces en los últimos tres partidos de la temporada regular.
Tampa Bay no tiene tiempo para lamentarse, ya que enfrentarán a los Atlanta Falcons en una semana corta, en un duelo crucial para mantener vivas sus aspiraciones de playoffs.
HOST • RDC
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