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| Foto: Matt Slocum/AP |
En un partido electrizante que puso a prueba la resiliencia de ambos equipos, los 76ers de Filadelfia (12-9) lograron una importante victoria en casa con marcador de 99-98 sobre los Warriors de Golden State (11-12), un equipo muy disminuido por lesiones que, sin embargo, mostró una capacidad impresionante para revertir la situación.
Desde el arranque del juego, los 76ers impusieron un ritmo dominante, ganando el primer cuarto 30-10 y alcanzando una ventaja máxima de 24 puntos (43-67) en el tercer periodo. El rol ofensivo lo encabezó Tyrese Maxey, autor de 35 puntos, quien fue pieza clave para que Filadelfia controlara el partido.
En un encuentro marcado por la ausencia de sus dos máximos anotadores, Stephen Curry (quien se recupera de una contusión en el cuádriceps izquierdo) y Jimmy Butler (que sufre dolor en la rodilla izquierda), los Warriors sorprendieron con una espectacular reacción. A pesar del déficit inicial, Golden State hilvanó un parcialesuperior de 27-55 en la segunda mitad que les permitió tomar una ventaja de 98-94 con poco más de un minuto restante.
Sin embargo, el cierre fue dramático y vibrante. Con solo 0.9 segundos por jugar y los Warriors con la ventaja, el novato bahameño VJ Edgecombe emergió para anotar el tiro decisivo que revertía el marcador a favor de los 76ers. Acto seguido, Maxey voló hacia la defensa para realizar un tapón clave sobre De’Anthony Melton, su excompañero, impidiendo que los visitantes concluyeran la jugada y asegurando la victoria local.
A lo largo del encuentro, Joel Embiid, tras su regreso a la alineación luego de una ausencia, aportó 12 puntos que ayudaron a complementar la ofensiva de Filadelfia y aportaron experiencia en momentos complicados.
Por su parte, Pat Spencer fue el máximo anotador de Golden State con 16 puntos, destacando en un equipo que también perdió a Draymond Green por una lesión en el pie derecho al cierre del segundo cuarto, lo que complicó aún más sus opciones defensivas y de manejo del juego.
Un momento clave del partido ocurrió cuando Tyrese Maxey encestó un triple que colocó el marcador en 67-43 con 8:06 minutos por jugar en el tercer cuarto, momento en el que parecía que el partido estaba definido. Sin embargo, la garra y determinación de los Warriors se reflejaron en una racha de 15-0 al inicio del último cuarto, devolviéndoles ritmo y confianza para montar una remontada memorable.
Asimismo, la defensa y rapidez de reacción de Edgecombe se reflejaron en un robo de saque con 8.2 segundos restantes, que permitió a los 76ers mantener la esperanza hasta el último instante.
Este encuentro evidencia la profundidad y carácter de Filadelfia, capaz de resistir presiones extremas, así como la fortaleza mental de Golden State para competir a pesar de las adversidades y bajas clave. La temporada de ambos equipos continúa abierta, con la expectación de encuentros más competitivos en adelante.
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