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foto @Timberwolves (X) |
Los Minnesota Timberwolves están escribiendo su mejor capítulo en la historia reciente de la franquicia. Este miércoles, sellaron su pase a las Finales de la Conferencia Oeste por segundo año consecutivo tras vencer 121-110 a los Golden State Warriors en el Juego 5, cerrando la serie 4-1 y dejando claro que su éxito no es una casualidad, sino el reflejo de un proyecto maduro y competitivo.
La serie estuvo marcada por la ausencia de Stephen Curry, quien apenas pudo disputar minutos en el primer juego antes de lesionarse. Sin su líder en la cancha, Golden State nunca encontró respuestas ofensivas sostenidas, y sus limitaciones quedaron al desnudo frente a un equipo de Minnesota sólido en ambos costados del juego.
Desde el inicio, los dirigidos por Chris Finch impusieron condiciones. Con un primer cuarto efectivo (30-23), establecieron el tono del partido. Julius Randle fue la figura ofensiva, terminando con 29 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Anthony Edwards, sin necesidad de forzar tiros, aportó 22 puntos y repartió 12 asistencias, demostrando su evolución como generador de juego. Rudy Gobert dominó en la pintura con 17 puntos y 8 rebotes, siendo clave para frenar cualquier intento de reacción visitante.
Golden State, en cambio, dependió del empuje de jóvenes como Brandin Podziemski, quien firmó su mejor actuación en playoffs con 28 puntos, y de Jonathan Kuminga, que añadió 26 desde la banca. Sin embargo, el esfuerzo no bastó ante un equipo que supo cuándo acelerar y cómo contener. La ventaja llegó a ser de 25 puntos en el tercer cuarto, y aunque los Warriors lograron reducir la diferencia a nueve, los Timberwolves respondieron con madurez y cerraron el juego sin mayores sobresaltos.
Este triunfo representa un nuevo hito para la franquicia, que por primera vez en su historia alcanza las Finales del Oeste en temporadas consecutivas. A lo largo de esta postemporada, Minnesota ya eliminó a dos gigantes: primero a los Lakers, y ahora a los Warriors, dejando claro que están listos para pelear por todo.
A la espera del ganador entre Denver y Oklahoma City, los Wolves se perfilan como un contendiente serio. La combinación de juventud, profundidad y liderazgo los convierte en una amenaza real para cualquiera. Mientras tanto, en el Este, Indiana ya aseguró su lugar en la Final de Conferencia y espera rival entre Celtics y Knicks.
Anthony Edwards y Julius Randle han hecho de los Timberwolves un equipo temido. Y lo mejor para ellos: su camino aún no ha terminado.
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