Los Knicks resisten en Detroit y recuperan el control de la serie ante unos combativos Pistons

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En una batalla intensa y cargada de tensión emocional en la Little Caesars Arena, los New York Knicks vencieron 118-116 a los Detroit Pistons y retomaron la ventaja en la serie (2-1), devolviendo el golpe tras la derrota en casa en el segundo duelo.

Karl-Anthony Towns, ausente en el cierre del segundo juego, firmó su reivindicación con una actuación sobresaliente: 31 puntos, 8 rebotes, 4 triples y una eficiencia quirúrgica en los momentos clave. Jalen Brunson, recientemente galardonado como el Jugador Clutch del Año en la NBA, demostró por qué con dos bandejas decisivas en el cierre y 12 de sus 30 puntos en el último cuarto, además de 9 asistencias.

Los Knicks, mucho más colectivos y sólidos en ambos lados de la cancha, encontraron además respuestas en OG Anunoby (22 pts), Mikal Bridges (20 pts, 7 rebotes) y Josh Hart (6 pts, 11 rebotes, 9 asistencias). Todo el quinteto titular superó los 39 minutos en cancha, un reflejo claro de la filosofía de Thibodeau y también del limitado fondo de armario neoyorquino.

Detroit, que sigue sin ganar en casa en playoffs desde 2008 y acumula ocho derrotas consecutivas en esa situación, estuvo cerca de un regreso heroico. Cade Cunningham (24 pts, 11 asistencias, 7 rebotes) y Tim Hardaway Jr. (24 pts, 7/12 en triples) lideraron la carga. Desde el banquillo, Dennis Schröder aportó 18 puntos con gran efectividad, pero el pobre rendimiento de Tobias Harris (5 pts, 2/9) y Malik Beasley (12 pts, 2/10 en triples) mermó el empuje local.

El encuentro, tenso y físico, estuvo lleno de roces —cinco faltas técnicas en total— y terminó con polémica tras una jugada sin sanción a Brunson por posible campo atrás. Detroit, que había recuperado el balón con medio segundo restante, erró su última oportunidad cuando el pase largo de Jalen Duren se perdió por la línea de fondo.

Pese al susto final, los Knicks dejaron claro por qué son favoritos. Supieron sufrir, defendieron mejor, y explotaron los emparejamientos con Towns ante un Duren superado. Recuperaron el factor cancha y se mostraron, al fin, como el equipo que muchos esperaban. Pero la serie sigue abierta: los Pistons han demostrado que pelean cada posesión y el cuarto partido, el domingo en Detroit, promete otra batalla al límite.