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foto @Ravens (X) |
Los Baltimore Ravens cerraron la temporada regular con una aplastante victoria 35-10 sobre los Cleveland Browns, sellando su segundo título consecutivo de la AFC Norte y consolidándose como serios contendientes rumbo al Super Bowl. En un duelo donde dominaron tanto a la ofensiva como a la defensiva, los Ravens ofrecieron una muestra clara de su potencial.
Desde el primer cuarto, el novato Nate Wiggins marcó el tono con una intercepción a Bailey Zappe que devolvió para un touchdown, anulando cualquier esperanza de los Browns en el debut del joven quarterback. A partir de ese momento, Lamar Jackson tomó el control, conectando pases de anotación con Mark Andrews y Rashod Bateman. Jackson cerró una temporada histórica, convirtiéndose en el primer mariscal de campo en la historia en superar las 4.000 yardas aéreas, 40 pases de touchdown y 800 yardas terrestres en una sola campaña.
Por tierra, Derrick Henry brilló al sumar dos touchdowns, incluyendo una electrizante carrera de 43 yardas. Henry concluyó la temporada con 1.921 yardas terrestres y 16 anotaciones, consolidando su estatus como pieza clave en el esquema ofensivo de Baltimore.
Los Browns, por su parte, terminaron una desastrosa temporada con un récord de 3-14 y seis derrotas consecutivas. Ni Bailey Zappe ni Dorian Thompson-Robinson lograron mover eficazmente el balón, reflejando las dificultades ofensivas que marcaron el año del equipo.
Con un balance final de 12-5, los Ravens abren los playoffs en casa contra los Chargers o Steelers. Lamar Jackson, enfocado en el camino hacia el Super Bowl, aseguró que su equipo está preparado para enfrentar el reto. "Hoy estamos tranquilos, pero nuestra mente ya está en el partido de comodines", declaró el quarterback.
Baltimore buscará extender su racha de cuatro victorias consecutivas y conquistar su primer campeonato con Jackson al mando. Mientras tanto, los Browns deberán replantear su estrategia para regresar a la competitividad en la próxima campaña.
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