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Las expectativas eran altas y no defraudaron. El enfrentamiento entre el campeón interino mexicano, Isaac 'Pitbull' Cruz, y el retador estadounidense, Lamont Roach, se transformó en una batalla campal en el Frost Bank Center, que culminó la noche de este sábado con un empate mayoritario que dejó insatisfechos a ambos protagonistas y encendió la polémica sobre la actuación del tercero sobre la superficie.

Con este resultado, Cruz (28-3-2, 18 KOs) conserva su cinturón interino de peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), aunque con un sabor agridulce por sentir que la victoria se le escapó debido a una decisión arbitral.

El combate fue una guerra de desgaste, pero la aritmética del resultado final se definió en el séptimo asalto. El réferi James Green determinó quitarle un punto a Isaac Cruz por un golpe bajo. Esta deducción resultó crucial.

Al finalizar los 12 asaltos, un juez vio ganar a Cruz por 115-111, mientras que los otros dos jueces entregaron tarjetas idénticas de 113-113, decretando el empate mayoritario. Matemáticamente, sin ese punto descontado en el séptimo giro, las dos tarjetas de empate se habrían convertido en victorias cerradas de 114-113 para el mexicano, otorgándole un triunfo por decisión unánime.

"Yo gané, fue el réferi el que me quitó la pelea", declaró categóricamente el 'Pitbull' Cruz al término del combate, señalando directamente la intervención de Green como el factor que le impidió levantar la mano como vencedor absoluto.

Desde el campanazo inicial, Cruz fiel a su estilo, salió a presionar, buscando acortar el ring con combinaciones explosivas. La agresividad rindió frutos temprano. A la altura del tercer round, una ofensiva veloz del mexicano envió a Lamont Roach a la lona. Fue un momento significativo, ya que representó la primera vez en la carrera profesional de Roach (25-1-3, 10 KOs) que visitaba el tapiz.

Sin embargo, Roach, quien abandonó su título superpluma para subir a las 140 libras para este reto, demostró una enorme capacidad de recuperación. Tras campear el vendaval de los primeros cuatro o cinco asaltos, el estadounidense ajustó su estrategia. Sorprendentemente, Roach decidió combatir en la distancia corta durante la primera mitad de la pelea, utilizando también el contragolpe y recursos como el amarre (clinch) para ensuciar la pelea y frenar el ímpetu del campeón mexicano.

La segunda mitad del combate fue una guerra de trincheras con asaltos muy cerrados. Cuando parecía que la pelea se le complicaba por el ajuste de Roach, el 'Pitbull' sacó a relucir su corazón y agallas, logrando un repunte importante, especialmente en el round 11, para intentar inclinar la balanza a su favor.

La frustración no fue exclusiva del lado mexicano. Lamont Roach también expresó su molestia al escuchar la decisión. "Esto es una mier...", exclamó el estadounidense. Aunque reconoció la calidad de Cruz, Roach sintió que había hecho lo suficiente para llevarse el triunfo: "Al principio fue complicado, pero después pude imponer mi estilo y gané cerrado este combate".

La pelea cumplió con las expectativas de ser una de las mejores del año, enfrentando a dos guerreros que comparten el hecho de ser los únicos que han logrado sobrevivir 12 asaltos ante el noqueador Gervonta 'Tank' Davis. Tras el empate, y dado el espectáculo ofrecido y lo cerrado del resultado, una revancha en 2026 parece ser el camino más lógico para definir a un claro ganador entre estos dos titanes de las 140 libras.

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David Benavidez defendió con éxito su campeonato mundial WBC de peso semicompleto al derrotar por nocaut técnico a Anthony Yarde en el séptimo asalto, en una pelea celebrada en la ANB Arena de Riad, Arabia Saudita. Fue el primer nocaut de Benavidez en la categoría de 175 libras y una muestra de su dominio absoluto durante todo el combate.

Desde el primer asalto, Benavidez impuso condiciones con combinaciones precisas de golpes al cuerpo y a la cabeza, bloqueando los ataques de Yarde y manteniendo la presión constante. Aunque Yarde resistió estoicamente hasta el séptimo round, fue arrinconado en las cuerdas, donde recibió una ofensiva imparable de golpes que provocaron la intervención del réferi para detener la pelea.

Benavidez conectó un potente gancho y varias combinaciones efectivas que marcaron la diferencia. A pesar de un punto perdido por un golpe después de la caída de Yarde, el nocaut técnico evitó que la pelea continuara y aseguró una victoria clara para el campeón.

Tras la pelea, Benavidez anunció que peleará contra su compatriota Gilberto 'Zurdo' Ramírez, campeón unificado de peso crucero, el sábado 2 de mayo en una sede por definir, en lo que se espera sea otro combate de alto nivel dentro del boxeo profesional.

Además de la pelea estelar, en la cartelera también destacaron otros combates importantes como la defensa del título de peso welter OMB por Devin Haney y la pelea unificatoria de peso supermosca ganado por Jesse 'Bam' Rodríguez.

En términos económicos, aunque no hay cifras oficiales, se estima que Benavidez recibió una bolsa alrededor de los 6 millones de dólares considerando garantizados, bonos y parte de PPV, situándose por encima del pago de Yarde debido a su estatus de campeón e invicto.

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En una noche que quedará grabada en la historia del boxeo, Terence “Bud” Crawford sorprendió al mundo al derrotar por decisión unánime a Saúl “Canelo” Álvarez, arrebatándole sus cinturones de campeón indiscutido del peso supermediano (CMB, AMB, OMB y FIB) en el majestuoso Allegiant Stadium de Las Vegas. Con tarjetas de 116-112, 115-113 y 115-113, Crawford se convirtió en el primer boxeador en la historia en ser campeón indiscutido en tres divisiones distintas, consolidando su legado como uno de los grandes del deporte.

La pelea inició con una fase de estudio, donde ambos púgiles midieron distancias e intercambiaron golpes precisos. Canelo respondió con ganchos al hígado y ataques en corto, dominando algunos rounds iniciales, pero Crawford comenzó a imponer su estilo táctico desde el tercer asalto, utilizando un arsenal de jabs claros y continuos para desgastar al mexicano y ganar puntos.

Crawford mostró una movilidad excepcional, controlando el ring con una maestría poco vista, y acertando golpes al rostro de Canelo que, aunque no fueron de gran potencia, sí suficientes para sumar ventaja en las tarjetas. A medida que avanzaba el combate, Saúl intentó dar un golpe de autoridad con intercambios en rounds ocho y nueve, pero el estadounidense supo mantener su ritmo y distancia, poniendo en aprietos al tapatío, quien empezó a mostrar signos de cansancio en la recta final.

Con un dominio claro, el estadounidense fue incapaz de ser conectado de forma efectiva por Canelo y llevó el combate a una conclusión inapelable para los jueces, quienes declararon a Crawford vencedor. La derrota supone un duro golpe para el mexicano, quien suma su tercera caída profesional y pierde el estatus de campeón indiscutido.

Este combate reafirma la calidad y la evolución de Terence Crawford, quien no solo mantuvo su invicto sino que alcanzó un hito histórico al convertirse en el primer triple campeón indiscutido en la historia del boxeo en las divisiones de superligero, wélter y supermediano. Por su parte, Canelo Álvarez, a pesar de luchar y demostrar calidad, tuvo que aceptar que en esta ocasión se enfrentó a un rival superior en estrategia y ejecución.

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Saúl “Canelo” Álvarez, uno de los grandes íconos del boxeo mundial, se prepara para enfrentar a Terence Crawford el próximo sábado 13 de septiembre de 2025 en el Allegiant Stadium de Las Vegas, en un combate que se perfila como uno de los más espectaculares del año. Este enfrentamiento pondrá en juego los cuatro cinturones indiscutibles de la categoría supermediana, y se transmite en exclusiva por Netflix, prometiendo un evento histórico tanto por el nivel pugilístico como por la magnitud mediática.

Antes de la pelea, Canelo dejó claro que no cree que este sea el último gran combate de su carrera, dejando abierta la puerta a un futuro enfrentamiento con su compatriota David Benavídez, una pelea que muchos aficionados esperan pero que todavía no se ha concretado. Además, el tapatío ha integrado a su equipo al pugilista estadounidense Jaron Ennis, a quien considera parte fundamental de su preparación y familia en el gimnasio, lo que refleja la seriedad y compromiso con este reto.

La conferencia de prensa previa rompió con la tradición al ser un evento más interactivo y relajado, donde tanto Canelo como Crawford mostraron respeto mutuo y una actitud profesional, aunque el ambiente se calentó cuando Dana White, CEO de UFC y promotor de la pelea, fue cuestionado intensamente por los medios, generando un momento de tensión que Canelo aprovechó para bromear y relajar el ambiente.

La pelea llega en un momento crucial para ambos, especialmente para Canelo, quien buscará reafirmar su dominio como el mejor supermediano del mundo y agrandar su legado, mientras que Crawford asciende de peso para enfrentar el reto más importante de su carrera en lo que promete ser una noche inolvidable para el boxeo.

foto @IzquierdazoBox (X)

Emanuel "Vaquero" Navarrete volvió a la senda del triunfo, pero lo hizo en medio de la polémica y con un desenlace inesperado. El mexicano retuvo su título mundial superpluma de la OMB tras vencer por decisión técnica unánime al filipino Charly Suárez, en un combate detenido en el octavo asalto debido a un corte profundo en la ceja izquierda del campeón.

El pleito, disputado en la Pechanga Arena de San Diego, comenzó sin rodeos: ambos peleadores saltaron al ring dispuestos a intercambiar metralla desde el primer campanazo. Navarrete, con su habitual estilo agresivo, castigó con poderosos ganchos y rectos a un Suárez que respondió con presión constante y ataques al cuerpo.

El mexicano lució dominante en los primeros episodios, especialmente en el cuarto asalto, cuando tambaleó al filipino con una combinación explosiva. Pero cuando parecía que la pelea se inclinaba claramente a su favor, una acción desafortunada cambió el rumbo del combate.

En un intercambio en el sexto round, un roce accidental de cabezas —precedido de un golpe limpio— abrió una herida sobre la ceja izquierda de Navarrete. La sangre comenzó a brotar con fuerza, dificultándole la visión y frenando su ritmo de pelea. A pesar de ello, el "Vaquero" intentó cerrar fuerte el séptimo asalto, pero fue evidente que peleaba condicionado.

El octavo asalto apenas comenzaba cuando el médico del ring decidió que el corte era demasiado grave para permitir la continuidad del combate. Al tratarse de un choque accidental y al haberse cumplido el mínimo de rounds, la decisión se trasladó a las tarjetas.

La incertidumbre se apoderó del público durante más de 15 minutos, mientras los jueces deliberaban y los comentaristas debatían si el corte había sido provocado por un golpe o por un cabezazo. Finalmente, se determinó que el origen fue un choque de cabezas no intencional, lo que validó la decisión técnica.

Las tarjetas favorecieron a Navarrete por puntuaciones de 77-76, 78-75 y 77-76, resultado que fue recibido con desagrado por el equipo de Suárez, quien aún en el vestidor cuestionaba si el daño fue producto de un cabezazo o de un puñetazo.

“Desde que sentí el contacto supe que era serio. Me partieron la ceja con un cabezazo accidental. Aun así, me sentí fuerte y completo durante la pelea”, dijo Navarrete tras el combate, agradeciendo al público de San Diego, ciudad con la que sentía que tenía una deuda pendiente.

Con esta victoria, el mexicano mejora su récord a 40-2-1 con 32 nocauts, mientras que Suárez pierde su invicto y queda con marca de 18-1 y 10 nocauts. El futuro de Navarrete ahora queda entre permanecer en las 130 libras o volver a intentar suerte en la división ligera.

Pese al final anticlimático, el combate dejó muestras del corazón guerrero de ambos pugilistas y subrayó que, incluso en medio del drama, Navarrete sigue siendo una fuerza imponente en las 130 libras.