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miércoles, agosto 24, 2016

No hubo paz para Nacional.



(FOTO CORTESIA: EFE)

En Santa Cruz de la Sierra aterrizó el mejor equipo de América, el actual campeón de la Copa Libertadores. 

Llegó a Bolivia, preparó su juego ante el Bolívar de la Paz y, a escasas tres horas para el encuentro, el equipo colombiano se trasladó a la capital boliviana para demostrar por qué es el Rey de Copas. 

La incertidumbre de jugar a más de 3650 metros sobre el nivel del mar la sobrellevó otorgando responsabilidades a su cuerpo médico, físico y técnico. La decisión fue llegar sobre el tiempo a afrontar la justa internacional. 

Numerosas experiencias muestran que muy pocos equipos salen bien librados de los enfrentamientos en esta ciudad. Hay muchísimos mitos sobre cómo adaptarse a la pesada altura. Las recomendaciones son variadas y van desde permanecer por más de una semana para acomodarse, hasta el uso de viagra para bombear sangre a los pulmones con el fin de mejorar la respiración. 

Lo único que sí es cierto es que a cualquier equipo le queda muy difícil desarrollar su mejor juego en tal altura.

FOTO CORTESIA: AFP

Reynaldo Rueda llevó a sus mejores hombres. La nómina, con algunas bajas, se presentó con la columna vertebral intacta. La defensa no tuvo a Davinson Sánchez pero en su posición jugó Francisco Nájera; Sebastián Pérez, ahora parte del legendario Boca Juniors, fue reemplazado por Diego Arias y John Mosquera reemplazó a Marlos Moreno, promesa en el ataque del Manchester City. El resto de la plantilla titular fue la habitual y contó con Armani en el arco y con Miguel Borja en el ataque.

Durante el primer tiempo los verdes se vieron sorprendidos por el juego intenso y rápido del local. Bocanegra y Farid Díaz, los laterales de Nacional, se vieron acorralados constantemente por el despliegue que los bolivianos hacían por los costados. 

Los volantes externos bolivianos no ahorraron oxígeno ni piernas, lo único que pudo mantener el marcador 0 a 0 fue la falta de definición de los laterales. 

El partido se hizo cada vez más difícil para los paisas, la gasolina se les acababa. Les era casi imposible hacer más de tres pases en seguidilla aunque se notaran claras sus intenciones de tocar el balón, los esfuerzos por poseer la redonda resultaron inútiles. El arquero Armani, catalogado como el mejor de América, mostró de nuevo sus cualidades, sus reflejos, y cerró su portería con una atajada fenomenal.

FOTO CORTESIA: EL ESPECTADOR
Para el segundo tiempo no cambiaron las condiciones: los bolivianos atacaron incisivamente las bandas y Nacional aguantaba con la pelota. En pocas ocasiones esperó un error que abriera un pequeño espacio para filtrarse. El error no les llegó, lo cometieron: Nájera detuvo un disparo al arco con la mano derecha, penalti para Bolívar. El cobro estuvo a cargo de Juan Arce que se enfrentó como cobrador a un gigante anti penal. Armani tapó el remate pero sus anémicos defensas no se solidarizaron y dieron la posibilidad de un segundo remate para Arce que aseguró el 1-0.  
No cambió mucho la actitud del campeón de la Copa Libertadores. Otorgó más opciones y cedió la posesión del balón a su rival. En una jugada aislada, la defensa de Bolívar se confundió y permitió que Berrio rematara al arco sin éxito con tal suerte que el rebote quedó para el perfil exacto del goleador Miguel Ángel Borja que, con el arquero jugado, remata al arco. El empate silencia las gradas del Hernando Siles.

FOTO CORTESIA: LA RAZON DIGITAL
El reloj avanzaba y los locales malgastaron sus restos físicos porque financiaron el juego predilecto de Macnelly Torres. Al volante se le abrieron espacios y tuvo la posibilidad de dejar a sus compañeros cerca del gol. La mala definición de Borja y Berrio terminaron el encuentro con un empate. Después de una doble jornada eliminatoria en Medellín, Nacional recibirá a Bolívar y harán sentir a sus visitantes la localía igual que ellos lo hicieron en Bolivia.

Carlos Augusto Rojas
Juan Esteban Barrera

domingo, agosto 21, 2016

Ocaso de James en Madrid.

El futuro de James Rodríguez en el Real Madrid es incierto. Para el técnico francés Zinedine Zidane el diez merengue no rinde tanto como otros jugadores del club. El estratega cuenta con el cucuteño como una tercera opción y prefiere entregar su confianza a Marco Asencio o a Isco.

¿Por qué Zidane no quiere a James en su once titular? 

Esta pregunta conduce a diversas respuestas. La primera tiene que ver con el modelo de juego que quiere implementar el D.T. En dicho esquema es necesario un volante que se sacrifique en marcha y que tenga velocidad para acompañar a sus delanteros, algo que podría hacer el colombiano pero no durante los noventa minutos de un partido. Fuera de eso, se dieron situaciones que quebraron la confianza que debe haber entre jefe y empleado. 

Cuando llegó el técnico galo a las filas del primer equipo del Madrid, el colombiano no estaba en buena forma, estaba en el ojo del huracán por su supuesta falta de compromiso con el equipo merengue.



James estaba desgastado por el juego mediocre y egocéntrico del antecesor de Zidane: nada más y nada menos que Rafa Benítez. Con Benítez todo el plantel del Madrid odiaba ir a un entrenamiento. 

Además, la indisposición general creció por el corto circuito entre el estratega y el ídolo portugués Cristiano Ronaldo. 

Se llegó a creer que el problema de James era no encajar en el estilo de juego que tenía el General Benítez. Los incontables errores del técnico hicieron mella en la imagen del crack  colombiano que venía de silenciar todas las desconfianzas generadas por los 90 millones de euros que Florentino Pérez había desembolsado al Mónaco días después de que el jugador colombiano ganara el premio al goleador del mundial y deslumbrara a los aficionados con su calidad y humildad.

  (FOTO CREDITO: STANDARD.CO.UK)
La temporada 2014-2015 con Carlo Ancelotti fue la mejor para Rodríguez. Demostró que su desempeño valía los millones pagados por sus derechos y en 46 partidos marcó 17 goles, levantó una Supercopa de Europa y ganó un mundial de clubes, títulos sin tanto eco porque El Barcelona, con un Messi inspirado, obtuvo los tres torneos que disputó: La Liga, La copa del Rey y La Liga de Campeones de Europa. 

En el 2015 el colombiano tuvo la oportunidad de ratificarse como el timonel del Madrid en la Champions League pero cometió muchos errores: solicitó un aumento de sueldo y dejó que la prensa especulara con su mal momento con el entrenador. 

Bajo la dirección de  Rafa Benítez el colombiano jugó muy poco y tampoco mostró la misma actitud del año anterior.  La prensa cafetera no podía entender cómo el ídolo y máximo referente del fútbol colombiano estaba siendo desplazado por un jugador como Isco. 

El exitoso camino de un volante prometedor, talentoso y humilde pasó a segundo plano porque se convirtió en objeto de crítica y despiadadas burlas. Lo más difícil de todo fue ver que ni su familia salió bien librada. 

Un desastroso 2015 terminó para James y llegó la noticia que confirmaba la salida de Benítez del banco merengue. ¡El Míster no estaría más! Qué mejor noticia para Colombia. Simultáneamente se proclamaba a Zidane como nuevo estratega. Todo parecía superado y era una oportunidad para brillar, para ser portada de los diarios del mundo. 

(FOTO CREDITO: NEXOFIN.COM)
Pasaron los días.  James llegó a los entrenamientos con los efectos secundarios de su receso decembrino. En menos de una semana la entrega de Isco superó la de James y el cuerpo técnico premió y castigó a la hora de diseñar su plantilla titular, el diez fue el gran ausente desde el inicio del ciclo de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid. 

Pasaron meses, la prensa respiraba en la nuca del 10, de manera constante los medios marcaron al mediocampista, no lo dejaron disfrutar los triunfos ni un minuto, era criticado igual si jugaba o si estaba en el banco. Lo contradictorio era que ese jugador, ineficiente en Europa, jugaba con su selección nacional, marcaba goles y lucía con altura el papel de líder en la cancha. Sin duda, le enviaba mensajes a Zidane. 
(FOTO CREDITO:CLARIN.COM)
Durante más de tres meses se especuló con la salida del jugador y el supuesto interés en él que tenían equipos con la chequera sobre la mesa. Se presumía una espera a que el presidente del Madrid diera el sí a la salida anunciada; entre los clubes que se citaban están Manchester United, Manchester City, Chelsea y Juventus.  

Florentino no lo quiere vender, él cree que en poco tiempo el 10 recuperará su nivel, volverá a ser el de años atrás y dará lo mejor de sí mismo tal y como lo hace en la selección. Es muy difícil mostrar que está en buena forma y recuperar la confianza de su entrenador si solo juega 15 minutos por partido. 

El colombiano necesita partidos no migajas. Necesita ser el líder del medio campo en un club, tal y como lo es en la selección de Colombia. 

James Rodríguez deberá seguir en España sólo si Zidane le da más de un cuarto de hora para encajar nuevamente en el engranaje del Madrid. Sabiendo que tiene por delante de él a tres jugadores que cumplen a cabalidad las órdenes y funcionamiento del estratega, deberá asumir un nuevo reto. 

Si puede ser ese guerrero que lideró la mancha amarilla en Brasil 2014, si puede ser ese muchacho humilde que solía ser, si deja de pensar en millones de euros y se enfoca en su rendimiento físico, tendrá un lugar en el equipo más ganador del mundo y llevará a Colombia al mundial de Rusia 2018. De lo contrario será el ocaso de James Rodríguez en el Real Madrid.

Juan Esteban Barrera
Carlos Rojas

viernes, agosto 19, 2016

Noche fría en Bogotá



En una noche glacial en la capital colombiana se jugó la final de la Recopa Sudamericana entre Independiente Santa Fe (Colombia) y River Plate (Argentina). Ambos equipos llegaron a disputar esta final por ser campeones Conmebol: los colombianos ganaron la Copa Sudamericana y los de Núñez obtuvieron La Copa Libertadores del año 2015. El ambiente previo al partido era tenso, se sentía la ansiedad propia de enfrentar a un equipo argentino que en su palmarés tiene tres títulos de Copa Libertadores, una Copa Sudamericana, múltiples torneos internacionales y muchos de los jugadores que han vestido su camiseta han llegado a ser catalogados como los mejores del mundo. Los locales, mucho más modestos, sin tantos trofeos en sus vitrinas, contaron con el apoyo incondicional de una hinchada que toleró más de 30 años de mediocridad administrativa y futbolística. En dicho periodo Independiente Santa Fe contó con jugadores importantes como Freddy Rincón, Adolfo el Tren Valencia, Farid Mondragón y Leider Preciado, pero nunca pudo consolidarse como un equipo merecedor de torneos nacionales e internacionales.

Pasaron más de 30 años de sequía y Santa fe, de la mano de Omar Pérez, vuelve a traer esperanza.

Después de una seguidilla de copas nacionales y la coronación como campeón de la sudamericana, al equipo rojo le vendrían nuevos retos. Así fue. A las 7:45 pm saltaron a la cancha del estadio Nemecio Camacho el Campín los leones rojos con el fin de definir los primeros 90 minutos de esta historia. 

Los primeros minutos fueron muy tensos para ambos equipos, pero al equipo colombiano se le veía más la inseguridad. Los problemas empezaron. Juan Daniel Roa no cumplió con su deber de marca y flaqueaba en los relevos, en el medio campo Santa Fe perdía control y se daban libertades para las triangulaciones peligrosas que generaban los rivales. 

Los dirigidos por Marcelo Gallardo probaron al arco desde media distancia en un par de ocasiones haciendo lucir al arquero Rufay Zapata. Después del minuto 30 a los argentinos empezó a faltarles el aire, consecuencia de jugar en Bogotá y de los 2700 metros de altura sobre el nivel del mar. Los cardenales, por su parte, intentaron asociarse y mostraron algunos destellos de buen juego. Jonathan Gómez hace un cambio de ritmo, dos gambetas, dispara al arco y su remate pasa rozando el palo derecho.

Al término de la primera parte, ninguno de los dos equipos mostró serias intenciones de alterar el empate sin goles. Para el segundo tiempo no hubo cambios, los dos campeones continentales pisaron el césped con los mismos once. Empezó entonces un tira y afloja en el medio campo, con defensas fuertes en el juego aéreo y en los cierres. Santa Fe intentó moverse por los costados pero no encontró una conexión segura entre defensas y volantes. Omar Pérez no es el mismo de hace algunos años aunque siga siendo el líder de su equipo. Para que los volantes de Santa Fe tuvieran la pelota, se debía entregar antes el balón al 10 cardenal. Pérez tuvo que volver a su propio campo para poder obtener el balón porque en el terreno de los argentinos siempre tenía la recia marca de Ponzio y Maidana. Santa Fe sin ideas trató de llegar al arco de River pero ninguna estrategia parecía funcionar, lucía como ese equipo tan criticado que dirigió Alexis García.

La afición bogotana aún no se familiariza con Joao Rodríguez porque al parecer no encuentra su lugar en el equipo, Joao se ve sin ritmo y no halla el modo de encarar a los contrincantes. Con las ideas en el banco, el profesor Costas decide ingresar a Kevin Salazar, gran promesa del futbol colombiano y un jugador que todo el país quiere ver por más de diez minutos. Salazar entró, pidió el balón para distribuirlo por el ataque rojo, pero fue inútil, el tiempo ya se había ido. El empate sin goles en Bogotá da a River Plate la oportunidad de imponer su fútbol y la ventaja de ser local en el partido de vuelta en el estadio Monumental. Santa Fe tendrá que hacer cambios en el medio campo, considerar a Baldomero Perlaza y la experiencia de Yulian Anchico para mitigar el ataque argentino. Toda la gran fiesta que Suramérica estaba esperando no fue empañada por el frío bogotano, se empañó por la gris y tenue actuación de los dos campeones de América.

Juan Esteban Barrera

Edicion: Carlos Rojas