No hubo paz para Nacional.



(FOTO CORTESIA: EFE)

En Santa Cruz de la Sierra aterrizó el mejor equipo de América, el actual campeón de la Copa Libertadores. 

Llegó a Bolivia, preparó su juego ante el Bolívar de la Paz y, a escasas tres horas para el encuentro, el equipo colombiano se trasladó a la capital boliviana para demostrar por qué es el Rey de Copas. 

La incertidumbre de jugar a más de 3650 metros sobre el nivel del mar la sobrellevó otorgando responsabilidades a su cuerpo médico, físico y técnico. La decisión fue llegar sobre el tiempo a afrontar la justa internacional. 

Numerosas experiencias muestran que muy pocos equipos salen bien librados de los enfrentamientos en esta ciudad. Hay muchísimos mitos sobre cómo adaptarse a la pesada altura. Las recomendaciones son variadas y van desde permanecer por más de una semana para acomodarse, hasta el uso de viagra para bombear sangre a los pulmones con el fin de mejorar la respiración. 

Lo único que sí es cierto es que a cualquier equipo le queda muy difícil desarrollar su mejor juego en tal altura.

FOTO CORTESIA: AFP

Reynaldo Rueda llevó a sus mejores hombres. La nómina, con algunas bajas, se presentó con la columna vertebral intacta. La defensa no tuvo a Davinson Sánchez pero en su posición jugó Francisco Nájera; Sebastián Pérez, ahora parte del legendario Boca Juniors, fue reemplazado por Diego Arias y John Mosquera reemplazó a Marlos Moreno, promesa en el ataque del Manchester City. El resto de la plantilla titular fue la habitual y contó con Armani en el arco y con Miguel Borja en el ataque.

Durante el primer tiempo los verdes se vieron sorprendidos por el juego intenso y rápido del local. Bocanegra y Farid Díaz, los laterales de Nacional, se vieron acorralados constantemente por el despliegue que los bolivianos hacían por los costados. 

Los volantes externos bolivianos no ahorraron oxígeno ni piernas, lo único que pudo mantener el marcador 0 a 0 fue la falta de definición de los laterales. 

El partido se hizo cada vez más difícil para los paisas, la gasolina se les acababa. Les era casi imposible hacer más de tres pases en seguidilla aunque se notaran claras sus intenciones de tocar el balón, los esfuerzos por poseer la redonda resultaron inútiles. El arquero Armani, catalogado como el mejor de América, mostró de nuevo sus cualidades, sus reflejos, y cerró su portería con una atajada fenomenal.

FOTO CORTESIA: EL ESPECTADOR
Para el segundo tiempo no cambiaron las condiciones: los bolivianos atacaron incisivamente las bandas y Nacional aguantaba con la pelota. En pocas ocasiones esperó un error que abriera un pequeño espacio para filtrarse. El error no les llegó, lo cometieron: Nájera detuvo un disparo al arco con la mano derecha, penalti para Bolívar. El cobro estuvo a cargo de Juan Arce que se enfrentó como cobrador a un gigante anti penal. Armani tapó el remate pero sus anémicos defensas no se solidarizaron y dieron la posibilidad de un segundo remate para Arce que aseguró el 1-0.  
No cambió mucho la actitud del campeón de la Copa Libertadores. Otorgó más opciones y cedió la posesión del balón a su rival. En una jugada aislada, la defensa de Bolívar se confundió y permitió que Berrio rematara al arco sin éxito con tal suerte que el rebote quedó para el perfil exacto del goleador Miguel Ángel Borja que, con el arquero jugado, remata al arco. El empate silencia las gradas del Hernando Siles.

FOTO CORTESIA: LA RAZON DIGITAL
El reloj avanzaba y los locales malgastaron sus restos físicos porque financiaron el juego predilecto de Macnelly Torres. Al volante se le abrieron espacios y tuvo la posibilidad de dejar a sus compañeros cerca del gol. La mala definición de Borja y Berrio terminaron el encuentro con un empate. Después de una doble jornada eliminatoria en Medellín, Nacional recibirá a Bolívar y harán sentir a sus visitantes la localía igual que ellos lo hicieron en Bolivia.

Carlos Augusto Rojas
Juan Esteban Barrera


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