Belinda Bencic fue mucho más sólida este sábado ante una Carla Suárez vio cómo se esfumaba su sueño de poner los pies en la cuarta ronda de Wimbledon. La jugadora suiza de 21 años demostró que ya ha dejado atrás sus lesiones y que, poco a poco, su nombre vuelve a sonar fuerte en las rondas finales de los grandes torneos. Un triunfo claro al principio y sudado al final (6-1, 7-6) que refleja la gran distancia que existe todavía entra la canaria y la hierba, aunque siendo justos, lo que de verdad refleja es lo bien que le viene a la helvética competir sobre esta superficie. Una lección de Belinda que le reunirá en la próxima pantalla con Kerber u Osaka.

Que el partido iba a ser difícil ya lo sabíamos. Que Carla Suárez no es la mejor jugadora sobre hierba era algo que también controlábamos. Y que Belinda Bencic, un diamante en bruto lastrado por las lesiones, es capaz de ganar a cualquier jugadora, es algo que aprendimos hace ya varias temporadas. Con todos estas fichas sobre la mesa fue la canaria a intentar dar la campanada en la Pista número 12. Hoy era un día para estar muy fina al servicio, ser más agresiva de lo habitual y olvidarse por un momento de construir los puntos, fórmula que en pasto no suele dar resultado. Era mucho pedir, pero ella es capaz de darlo.

Ninguna de las cosas que requerían el partido llegaron a buen puerto. Carla apenas ganó el 31% de los puntos sirviendo con primer saque. No falló demasiado, aunque sí más delo normal, pero en ningún momento llegó a coger la iniciativa ante una jugadora que con cada pelota franca no se lo pensaba. Disfrutaba Bencic ante la española, sabiendo que hoy el duelo estaba en su tejado y que no tendría que estar pendiente de lo que ocurriese al otro lado de la red. Aunque eso también le otorgaba presión, una presión que no apareció en el primer asalto con un 6-1 claro para la suiza.

Aunque todo fuera por el camino equivocado, uno siempre guarda algo de fe y esperanza pensando en que las cosas puedan cambiar en cualquier momento. Al final, esto es tenis femenino y estamos acostumbrados a ver guiones de partido muy distintos al principio y al final de los mismos. Sin embargo, en la hierba hay menos opción de ver algo así, sobre todo cuando hay tantísimas diferencia de estilos entre una y otra jugadora. Pero Carla peleó, tanto confió en sus posibilidades que llegó a estar 5-4 más saque y 6-5 más saque. Dos carriles directos para forzar el tercer pulso. Pero no era el día y ninguna de esas opciones terminaron con final feliz. Llegó el tiebreak y ahí la de Flawil dictó sentencia. Se terminó la presencia femenina española por esta temporada. Volveremos en 2019 con más fuerza.

Fuente: Punto de break

Cuatro años después, Roland Garros no tendrá representación femenina en los cuartos de final. Si ayer se despedía Garbiñe Muguruza ante Kristina Mladenovic, hoy ha sido Carla Suárez quien ha caído en los octavos de final ante una Simona Halep que huele a campeona. La rumana completó una obra maestra en apenas una hora de encuentro dibujando un doble 6-1 que le otorga un billete entre las ocho mejores del torneo. En su próximo examen podría cruzarse con la última mujer que le tumbó en el circuito, Elina Svitolina.

Sabíamos que el reto era mayúsculo pero teníamos varios clavos a los que agarrarnos. Cierto era que Halep llegaba a París con aires de favorita, campeona en Madrid y finalista en Roma. También que la rumana ya hiciera final aquí hace tres años, pero los enfrentamientos con la canaria estaban tan apretados que la misión no merecía el trato de imposible. Además, Carla siempre había superado en aquellas ocasiones que lo hicieron sobre tierra batida, incluida una primera ronda en París 2013. Arrancó la batalla y lo primero que vimos fue un 15-40 a favor de la española desde el resto, ¿cómo no íbamos a confiar en la sorpresa? Mejor dicho, ¿cómo íbamos a pensar que aquella primera manga terminaría 6-1 a favor de la rumana en tan solo 21 minutos?

Y lo peor es que Carla no jugó mal, no hizo un mal tenis durante el primer parcial, pero el ritmo y la intensidad de Halep fue superior en todo momento. La rumana jugaba siempre un pasito por delante e imponía un mayor acierto y peligrosidad con su derecha. La española buscaba soluciones abriendo ángulos, cambiando alturas, pero siempre se encontraba el error o el contraataque de su rival. Comenzó el segundo asalto y lo que encontramos fue el mismo guión solo que con los papeles cambiados: 15-40 a favor de Simona desde el resto. La diferencia fue que la de Constanza no dejó escapar esta oportunidad y rápidamente marcó las diferencias en el marcador.

Una sangría con el segundo servicio (25%) y tan solo dos golpes ganadores en ese primer set eran las asignaturas a cubrir por parte de Carla en la reanudación, siempre y cuando Halep le dejara entrar en el partido. Con la iniciativa siempre de su parte y una facilidad para encontrar las líneas fue tejiendo la rumana de nuevo la tela de araña para atrapar a una oponente que hoy no tuvo su día. Sonreía Darren Cahill desde la grada, tranquilo ante tal espectáculo de dominio y superioridad de su jugadora. Justo ahí, en el momento de máximo control, se destapó el lado más rebelde de la grancanaria para firmar (por fin) el primer break a su favor. Tan solo era un 1-1 en la segunda manga, pero significa un respiro para la mente después de tan severo castigo.

Poco duró la alegría, ya que aquel sería el segundo y último juego en el partido de la pupila de Xavi Budó. Correctivo de manual por parte de Halep que en ningún momento vio peligrar su camino en París cerrado con un doble 6-1 que la viste directamente como la gran favorita para ocupar el trono que deja libre Garbiñe Muguruza.

Fuente: Punto de break