 |
| Foto: bartoli_marion twitter |
Una final entre Carolinas hubiera sido demasiado en Singapur. Venus Williams, con 37 años de edad y tras firmar dos finales de Grand Slam en este 2017, se regaló este sábado la última invitación del curso para hacer historia. Derrotando a Caroline Garcia (6-7, 6-2, 6-3) en la segunda prueba del día del WTA Finals y citándose con Wozniacki mañana a las 12:30 hora española. Eterna leyenda la de una Venus que ya ganó este torneo en 2008 que se queda a una victoria de asaltar el número 3 mundial.
Sin duda alguna, era uno de esos partidos soñados para un periodista. Por un lado, una tenista inexperta, con un sprint final de temporada espectacular e inmersa entre las mejores raquetas del circuito en la gran fiesta final. Por el otro, la más veterana del top100 demostrando que el amor y la entrega por este deporte no entiende de edades y sí de compromiso y calidad. En juego el pase a la lucha por el título de las WTA Finals en Singapur con toda una ex número 1 como Caroline Wozniacki en la final. ¿Qué más podía faltar? Todos los ingredientes sobre la mesa y la exclusiva rotulando la pantalla fuera quien fuera la ganadora.
El primer set fue tan intenso como abierto, con ambas sufriendo muchas dudas pero siempre remando en la misma dirección, como dos patos que navegan a la misma altura, intercambiando el ritmo y la velocidad pero sin separarse el uno del otro. El segundo y tercer juego se cerraron con un break para cada una, pero el resto fueron todos ganados al saque hasta desembocar en un desempate de infarto. Fue aquí cuando sí vimos los primeros nervios de la estadounidense, los primeros que le iba a costar algo más que un par de puntos. Con 7-3 a favor de la francesa, el partido empezaba con sorpresa, aunque todavía falta mucho lago por recorrer.
Acción, reacción. Traducido al tenis de los grandes campeones: si pierdo el primer set, saco lo mejor de mí en el siguiente. Por suerte para Venus, la segunda manga también representó el lado más humano de una Garcia que, pese a tener sus oportunidades, fue siempre a remolque de su oponente. Tres bolas de quiebre dispuso la gala pero todas se escaparon de sus garras. Al final, un 6-2 que no mentía y que reflejaba que la mayor de las Williams había puesto por fin sus pies en el partido, compitiendo como siempre pero doblando su acierto al saque y su determinación en momentos clave. Wozniacki se lo estaba pasando bien desde el hotel y el público ya se frotaba las manos para disfrutar del último asalto.
El golpe fue tan duro para Garcia que ni la visita de su padre a pista pudo calmarla. Más errática, perjudicada por la acumulación de sensaciones y falta de experiencia, la de Saint-Germain fue cediendo terreno en el marcador y también en la pita ante una Venus que hizo de su revés un arma mortífera. Al final no hubo ni sufrimiento para la de California, cerró el triunfo con seguridad y un grito incluido que la envía a la gran final en Singapur. Aquella que ya la vistió de maestra en 2008 y que mañana podría verla de nuevo impartir una lección ante Caroline Wozniacki.
Fuente: Punto de Break
0 comentarios:
Publicar un comentario