La sorpresa nunca llegó y Floyd Mayweather fue muy superior a McGregor.

Foto: Showtime twitter

No hay plazo que no se cumpla y la pelea más comentada en los últimos tiempos entre Conor McGregor y Floyd Mayweather se llevó a cabo en el T-Mobile Arena de las Vegas Nevada.

Lo que todo mundo sabíamos se cumplió en Las Vegas, en una pelea que a todas luces era dispareja por la naturaleza de ambos contendientes, con un boxeador hecho y derecho, multicampeón y de paso invicto y por el otro lado un aficionado en el boxeo profesional que se vio más que limitado al no poder utilizar todo el arsenal de lucha que posee.

Desde el primer round el europeo se fue al frente intentando conectar al americano que fiel a su boxeo se defendía cubriéndose y contraatacaba con tranquilidad, pero sin hacerse daño ambos boxeadores.

El segundo asalto fue una réplica del primero con un McGregor más dominador en el cuadrilátero y un Floyd que no encontraba la llave para tocar al Irlandés.

Un Floyd Mayweather muy pasivo era el que se seguía viendo en el tercer round mientras que el oponente seguía su plan de tirar lo más posible.

Fue hasta el cuarto episodio que el americano se decidió a boxear tirando más golpes aunque también recibía buenos contactos.

En el sexto asalto se vio a un Mayweather más enfocado caminando hacia adelante mientras que Conor comenzaba a acusar cierto cansancio.

Los mejores golpes de Floyd se vieron hasta el sexto asalto en donde impactó la mayoría de ellos sin tener mucha respuesta del experto de las artes marciales mixtas, que aunque retaba a su oponente poniendo su manos en la espalda, no podía conectar con importancia.

La experiencia de Floyd Mayweather salió a relucir en el séptimo asalto en donde demostró su calidad conectando y boxeando a McGregor que se dedicó a recibir todo lo que le mandaba el americano.

El esfuerzo del Irlandés era bueno en el octavo asalto, pero sus golpes no llevaban la dinamita necesaria para hacer daño a un Floyd que poco a poco iba disminuyendo el estado físico de su oponente caminando hacia adelante y soltado golpes cada vez que podía.

Para el noveno McGregor comenzaba tirando golpes, pero era él quien recibía una andanada de cañonazos que sumado a su cansancio daba la impresión que caería en cualquier momento, pero al final su corazón lo mantenía de pie.

El valiente Irlandés no aguantó más y el décimo asalto fue en donde el cansancio y la experiencia del americano le impidió continuar al recibir una serie de cañonazos que lo pusieron en mal estado  y que aunque no lo mandaron a la lona obligó al tercero en la superficie a detener la pelea, decretando el KO Técnico en el décimo asalto.

Al final lo que para muchos fue el circo mejor armado de todos los tiempo dio como resultado que la experiencia de un boxeador en su estado natural y en sus terrenos fue superior ante un valiente debutante en el boxeo profesional que por más que intentó y que echó el corazón por delante no fue suficiente para lograr el milagro.

Por: Rubén Navarrete

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