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Foto: GarbiMuguruza twitter |
Para construir un gran edificio son necesarios unos cimientos sólidos, y en el mundo del tenis esos cimientos los constituyen la confianza y la motivación. Garbiñe Muguruza necesita de la primera imperiosamente para rendir a su mejor nivel, mientras que la motivación necesaria la encuentra cada vez que pisa un Grand Slam. La española puede ser la Stan Wawrinka del circuito WTA; la típica jugadora de enorme potencial que sestea a lo largo del año y saca su mejor tenis en las grandes citas.
Eso es lo que lleva haciendo varios años, y en esta temporada ha ido creciendo poco a poco hasta obtener este resultado rompedor. Y es que la cuartofinalista en Australia, octavofinalista en París y ya, como mínimo, semifinalista en Londres, apunta alto en este Wimbledon 2017. El encuentro que ganó ante Angelique Kerber puede ser un punto de inflexión que catapulte a su tenis a su máximo exponente; ya ocurrió en 2015, cuando ganó a la teutona en tercera ronda de este torneo y se presentó en la final, donde sucumbió ante Serena.
El duelo ante Svetlana Kuznetsova se antojaba como el imperativo ineludible de una victoria para confirmar las sensaciones ascendentes. No debe ser fácil salir a pista un día ventoso después de haber bordado el tenis hace apenas 24 horas ante la número 1 del mundo. Quizá en otro escenario, la nacida en Caracas habría acusado la resaca del éxito pero no ha sido así en un torneo que tiene marcado en rojo en el calendario.
Muguruza se sacudió la presión en el tercer juego del primer set, cuando levantó un peligroso 15-40 con maestría. Kuznetsova había empezado agresiva pero se diluyó en un abrir y cerrar de ojos, cediendo la iniciativa a una Garbiñe tremendamente precisa. Se está moviendo muy bien la española, corriendo de lado a lado con agilidad y subiendo con inteligencia y eficacia a la red, territorio poco prolífico para ella habitualmente.
Su versatilidad en este torneo se resume en una gran capacidad de defensa, desechando la versión de cañonera pasiva para ponerse el mono de trabajo y aprovechar su ligereza de piernas en todas las vertientes del juego. No hubo fisuras por las que pudiera colarse una Svetlana que luchó en todo momento pero no encontró ni un solo resquicio al resto, ni siquiera en el segundo set, cuando perdió su servicio en el quinto juego. Se mantuvo firme en la batalla hasta el final pero cayó como fruta madura.
Y es que la superioridad de la española fue manifiesta. Cuando juega así, resulta realmente una misión casi imposible derrotar a esta jugadora llamada a la gloria. Garbiñe Muguruza quiere desprenderse de todas las dudas acumuladas en los últimos meses, y confirmar su excelente nivel de tenis en Wimbledon 2017 con el título. A tenor de lo visto hoy, tiene opciones plausibles para conseguirlo.
La española venció a una Kuznetsova que fue a remolque en todo momento. 6-3 6-4 y a semifinales.
Fuente: Punto de Break
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