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Foto: Wimbledon twitter |
La primera ronda de un Grand Slam, una de las grandes trampas que esconde el tenis profesional, fue solventada un torneo más por una Garbiñe Muguruza que mostró su superioridad en su debut en Wimbledon desde el momento en que puso un pie en la pista. El partido la enfrentaba a una ‘desconocida’ Ekaterina Alexandrova que, con 22 años, todavía adolece algo más de tablas, de físico y, de vez en cuando, de tenis. Más sencillo de entrada y más trabajado en la salida (6-2, 6-4), la número 15 del mundo firmó su primera alegría en el cuadro y ya espera rival en segunda ronda.
El primer set ya fue más rápido de lo normal, acentuado que sobre la pista se hallaba la decimocuarta cabeza de serie y la número 75 mundial, y eso que la española ha perdido buena parte de su estatus tras no defender su corona en Roland Garros. Pero aquí ya no estábamos en arcilla y sí en hierba, lo que significa que la bola vuela y que el servicio se multiplica. Eso fue exactamente lo que hizo la caraqueña, dominar con sus primeros saques y darle a la pelota una marcha más en momento de igualdad. Lo más extraño es que ese riesgo no le llevó a rodearse de múltiples fallos, todo lo contrario. Tan solo tres errores no forzados en un 6-2 que nos hizo pensar que esta función sería corta pero con final feliz.
Era un resultado engañoso, un panorama que, a poco que mejorara la rusa se iría equilibrando en los juegos posteriores. Dio un paso al frente Alexandrova y Garbiñe decidió esperar su momento sin apresurarse y sin tomar decisiones fuera de lugar. Así lo hizo hasta el noveno juego del parcial, donde salvó un game crucial a su favor para quedarse a un suspiro del triunfo y pasar toda la presión a una oponente que no contaba con la experiencia necesaria para salir de estos compromisos. Le tembló la mano a Ekaterina con un juego horrible y Muguruza lo aceptó encantada.
Aplaudía desde la grada Conchita Martínez, sabiendo lo importante que era hoy, no solo la victoria, sino la manera de conseguirla. Al final fueron diez los errores no forzados y ni una sola doble falta para Garbiñe. Con el desastre sufrido en Eastbourne hace una semana, hoy el día de demostrar que la hierba sí es para Muguruza. Que los Grand Slams son su territorio y que, en un par de días, esa segunda ronda que la vio quedar eliminada hace un año ahora se convertirá en una gran oportunidad para sumar todos esos puntos que se le escaparon en Francia.
Fuente: Punto de Break
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