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Foto: Butch twitter |
Ni el calor, la humedad, el cansancio ni un mejor Rafa Nadal pudieron con un Roger Federer en estado de gracia. El suizo derrotó por 6-3 y 6-4 al español en la final del Masters 1000 de Miami, apartando de nuevo al balear de su primer título en Florida y al tenis español, que nunca triunfó allí. Una final en la que no brilló el juego, pero en la que Federer supo jugar su tenis, aprovechando las oportunidades. Rafa Nadal mejoró con respecto a Indian Wells, pero demostró estar muy influido por las últimas derrotas ante el suizo, fallando demasiado con su derecha.
El 37º Federer-Nadal empezaba con muchísima tensión entre ambos. Como si fuera su primer duelo, aquel también en Miami en 2004. Los dos tensos de piernas y de manos. Especialmente el suizo, que ya en su primer juego de saque tuvo que encarar dos bolas de ruptura de Rafa. El español jugando agresivo, con profundidad y no dejando que el suizo mandara tanto como en Indian Wells. La pesadez de piernas de Federer era más que palpable. Sin embargo, Roger se salía del atolladero, jugando bien los puntos clave, sacando con garantías.
Nadal con su servicio también sufriría. La dinámica no era ni de lejos la misma que en California. Los puntos no iban tan fáciles para el suizo. Todo estaba mucho más disputado. El calor y el sudor en ambos era tremendo, especialmente en el balear. Federer gozaría igualmente de opciones marcharse en el marcador, pero tampoco. Rafa sacaba bien como se antojaba decisivo hacerlo. Forzaba los fallos del suizo pero con la derecha, sorprendiendo a Federer. Por momentos el helvético parecía que cogía la directa, soltando mejor sus golpes, encontrando ganadores, y cerrando en la red. Pero Rafa demostraba que ni de lejos quería ceder la iniciativa como en Indian Wells. Zarandeaba al suizo, le hacía correr y encontraba los golpes ganadores. Con 3-3, Nadal se iba decididamente a por el suizo. Un tremendo punto de Federer con la derecha cruzada evitaba que Nadal rompiera el saque. Acto seguido, sería Roger el que asestaba el zarpazo, yéndose en tromba a por el español. A la sexta lograba la ruptura y con su saque no dudaría, quemando la bola y volviendo a sacar sus mejores sensaciones. En más de 50 minutos, Federer se apuntaba por 6-3 en un tenso y apretado set a Rafa Nadal.
La dinámica del segundo set iba a ser diferente a la del primero. Especialmente en lo que se refiere a los servicios del suizo. Federer se mostraba mucho más suelto con su saque, ganándolo casi a placer, soltando la mano sin apenas oposición. Nadal estaba correcto con el suyo propio, manteniendo la tensión competitiva pero la derecha no funcionaba al resto, muy desviada, sin acierto. Su posición al resto tampoco ayudaba. Muy lejos, dejando demasiado espacio para que Federer atacara e hiciera jugadas en la red, alguna de ellas deliciosa, posando con un botepronto la bola en el lado del español.
Las ocasiones perdidas por Federer podían volverse en su contra. Parecido al primer set, Rafa se espabilaba y encontraba un juego en el que hacer daño al suizo e irse a por él. Federer fallaba, Nadal se mostraba sólido restando con intención y las posibilidades de romper parecían una realidad. Sin embargo las bolas de ruptura no llegaban. Federer escapaba y a continuación metería un hachazo durísimo a las aspiraciones del balear. Yéndose a por él, presionando y forzando los errores de Nadal, que a la hora de atacar con contundencia no estaba acertado. La red ayudaba también al suizo, que se sacaba un globo muy bien puesto para superar al español en la media pista. Un nuevo fallo del español a un buen resto de revés de Federer y el suizo se ponía con 5-3 y saque para llevarse 11 años después su tercer título en Miami. Los nervios jugaban una mala pasada al suizo que cometía de entrada doble falta. Sin embargo, su estado de lucidez máxima, de perfecta sintonía con su raqueta, le permitía conectar golpes casi milagrosos, ajustadísimos con los que resistía a las intentonas de Rafa. El enésimo error del balear suponía, en su primer punto de partido, el título para Roger Federer en Miami, tercero allí, 26º Masters 1000 y cuarta victoria consecutiva sobre Rafa Nadal. Todo, con 35 añitos a sus espaldas. Sencillamente, de otro planeta Roger Federer.
Fuente: Punto de Break
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