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domingo, abril 01, 2018

John Isner se corona campeón en el Abierto de Miami

Foto: MiamiOpen twitter

John Isner aterrizó en Miami con una victoria en cinco torneos disputadas y lo abandona con seis triunfos y el trofeo más importante de su carrera en la maleta. Así es el tenis y así lo quiso hacer el de Carolina Norte, remontando en un partido muy ajustado a Alexander Zverev (6-7, 6-4, 6-4) y demostrar que nunca es tarde si de verdad sientes que estás preparado para ello. Fue la primera gran final cedida por el alemán y la primera conquistada por el norteamericano, que mañana regresará al top10 por la puerta grande tras darle un nuevo soplo de aliento al tenis de su país.

Nos avisaron que viniésemos preparados para ver un duelo frío, de mucha explosividad y de pocos intercambios. Más saques directos que restos ganadores. Más puntos terminados en la red que desde el fondo. Más o menos se cumplieron las expectativas pero no a rajatabla. Por momentos, daba gusto ver cómo Zverev se atrevía a volear y no buscaba el tropiezo de Isner con tanta bola muerta. Como también se agradecía ver a un Isner que no se ahogaba en los rallys largos e incluso sorprendía con algún que otro passing shot que muchos jamás pensaron ver salir de su Prince. Pero ocurrió, como también ocurrió un primer set marcado por varias bolas de break desaprovechadas que desembocaría en el primer tiebreak.

Era el cuarto tiebreak que jugaban en los tres últimos partidos con un balance de 2-2 para cada uno. La conclusión era que no había conclusión, es decir, que podía pasar cualquier cosa. Decíamos ayer en la previa que en partidos como éste es muy necesaria la experiencia, el saber cómo comportarse en los momentos críticos del encuentro para que la ansiedad y la prisa no te pase por encima. Se supone que de este ingrediente iba más sobrado el estadounidense, aunque también es cierto que sus tres finales perdidas en Masters 1000 le atraían más a recuerdos negativos que a guiones que seguir. Lo que finalmente pasó es que el de Greensboro se puso nervioso cuando no tocaba y eso lo aprovechó muy bien el de Hamburgo. Primer set al bolsillo y medio título en la vitrina.

Claro, esto hubiera sido el resumen de un partido en el que al otro lado de la red no estuviera un animal de 208 centímetros de altura, alguien que aterrizaba en la final con 61 ‘aces’ en la maleta. Un hombre que a sus 32 años ya no corre por llegar a la meta antes que nadie, sino que sale ahí fuera e intenta divertirse con lo que hace. Quizá ese fue el camino para que, después de perder la primera manga, John se relajara hasta el punto de romperle el saque a Zvrev con 4-4 en el marcador, ahí donde un campeón no debe dar tregua. El panorama dibujó un 5-4 para el de norteamericano y saque a su favor. Mejor, imposible. Aun así acecharon dos pelotas de quiebre para el germano, pero ya era demasiado tarde. Nos íbamos al tercer asalto.

El quinto set ya era la jungla, una película sin guión, el final emocionante que exigía un lugar tan emblemático como Cayo Vizcaíno. Cinco pelotas de break tuvo en su poder John Isner a mitad del parcial, pero ninguno quiso casarse con el estadounidense. ¿Sería esto una premonición de lo que pasaría después? ¿Acaso el americano contaba con una maldición que le impedía ganar finales de Masters 1000? Pues no, desgraciadamente para Sascha. El de Greensboro esperó su momento y destrozó todas las estadísticas con el 4-4. Break y confirmación para levantar el título más importante de su carrera y regresar mañana al número 9 del mundo. Primero Del Potro y ahora él, el circuito ATP abre definitivamente sus puertas al tenis de altura.

sábado, marzo 31, 2018

La estadounidense Sloane Stephens se corona en el Abierto de Miami

Foto: WTA twitter

El certamen de Miami volvió a disfrutar de una campeona local tres años después. No es Serena Williams, tampoco su hermana Venus, pero sí una mujer de mucha raza que andaba tiempo buscado demostrar que si tiene un Grand Slam en su vitrina no es por casualidad. Sloane Stephens se impuso a Jelena Ostapenko (7-6, 6-1) en un duelo que no pasará a la historia por su falta de ritmo y su poca brillantez, pero que a la hora de mirar el archivo contará de igual manera para la jugadora de 25 años. Primer título del curso y otra página en la leyenda de una Stephens que todavía no sabe lo que es perder una final profesional. Seis disputadas, seis ganadas.

Ganase quien ganase íbamos a tener noticia. Una nueva campeona de Premier Mandatory en el circuito en un duelo entre dos jugadoras llamadas a pisar en más ocasiones este tipo de citas. Nada menos que dos vigentes reinas de Grand Slam, aunque tras su éxito en 2017 ambas pasaran por una crisis existencial dirigida por una presión resultadista habitual en estas circunstancias. El tipo de superficie y, sobre todo el territorio, apuntaba a que Stephens podría hacerse grande en el momento de la verdad, un pensamiento que se hizo realidad en el propio desarrollo del encuentro.

Eso sí, al principio parecía que ninguna quería el botín. De break en break fueron pasaron los juegos hasta que ambas se pusieron serias y comenzaron a defender sus respectivos servicios, tal y como habían hecho a lo largo de esta quincena. De hecho, ellas eran las jugadoras que mejores estadísticas mostraban de todo el cuadro en este apartado, aunque hoy fuera un poco desastre. La primera en recibir el balón en su tejado fue Sloane con 5-4 a su favor y saque… pero todavía era pronto para definir la primera manga. Se arrugó la de Florida que luego se vería obligada a defender sus intereses en el desempate, momento que amarró cuando ya parecía que la tercera bola de partido se la iban a volver a llevar sus demonios. Justo marcador, por los puntos pero justo. Ahora faltaba confirmarlo en un segundo asalto que tantos vaivenes suele traer en la WTA.

Sin embargo, la letona quiso poner de su parte mostrando una versión muy nerviosa, irregular, incómoda en el asfalto al ver una y otra vez cómo su pelota dura y con efecto regresaba a su lado de la pista. Realmente estábamos viendo a una Stephens más defensiva de lo normal, pero hoy era justo esa táctica la que le iba a llevar a la gloria, así lo hacen las campeonas, jugando con la cabeza y adaptándose a cada oponente que se presente en la batalla. Rondando casi los 50 errores no forzados, Jelena dijo adiós a su aventura en Miami y Stephens tocó de nuevo el cielo en su país. La campeona del US Open ya tiene su primer Premier Mandatory y mañana estrenará condición de top10. Ha costado darle continuidad a su explosión, pero la pantera ya está de regreso en la brecha.

viernes, marzo 30, 2018

La buena fortuna se le termina a Juan Martín del Potro al caer contra John Isner

Foto: MiamiOpen twitter

John Isner cortó la racha ganadora de Juan Martín del Potro en las últimas semanas al pasarle por encima en un auténtico partidazo por su parte. Fue completamente inexpugnable el norteamericano, que con un marcador de 61 76 accedió a la final del Miami Open.

Avasallando. Así salió Isner al partido. Casi como un toro por la puerta de toriles, el norteamericano saltó dispuesto a llevarse todo lo que encontrara por delante. Saque, derecha, resto, winner. Pum, pum, pum. En un abrir y cerrar de ojos, Delpo se encontró con 0-3 en el marcador y 9 winners en contra donde poco más pudo hacer que seguir la pelota con la mirada. A Juan se le veía lento de movimientos y muy mal al saque. Lucía un vendaje en su espalda y quizá estos dolores fueron los causantes de una velocidad muy baja a la habitual para el de Tandil y un porcentaje impropio para competir una semifinal de Masters 1000 (41% en el primer set y llegó a tener un 20% en los primeros juegos). Isner olía sangre y no dudaba en tirar hacia delante con todo y morder hasta llevarse el primer set en sólo 26 minutos.

Del Potro comenzó sacando el segundo set y tras ganar su primer juego y verse por delante en el marcador se soltó un poco más y mejoró su lenguaje corporal, yendo con un poco más de energía a por las pelotas del estadounidense, lo que ocurría es que Isner no estaba dispuesto a bajar el listón y continuó pegando palos de todas clases llegando en un momento a conectar un winner de derecha que alcanzó más de 187 km/h. No estaba dispuesto a dejar que Juan cogiera ritmo y fuese sacando su repertorio de golpes. El argentino seguía con un porcentaje malísimo de primeros y eso es jugar en clara desventaja contra alguien como Isner, que además estaba que todo lo que tocaba lo convertía en oro.

Aún así, a pesar de todo, el argentino seguía sacando sus saques adelante con mucho esfuerzo y esperaba que Isner en algún momento encontrara dudas en su cabeza y le dejara un pequeño resquicio por el que poder colarse pero cuando el norteamericano saca así sólo se le puede intentar ganar a través de una vía: el tiebreak. En ese cara o cruz del desempate a Isner le salió todo de cara (dejó 39 winners en total en todo el partido) y es que hoy fue toda una avalancha imposible de controlar para un Del Potro que poco pudo hacer más que resignarse y aceptar que hoy su rival fue mucho mejor que él.

Isner fue el hombre que frenó a Del Potro en París, el pasado mes de noviembre, cuando el argentino llegó a cuartos de final muy cansado y con dolores en todo el cuerpo, peleando por entrar a la Copa de Maestros de Londres. Circunstancia parecida se dio hoy en Miami. El argentino llegaba tras 15 victorias consecutivas y con el físico en reserva e Isner de nuevo apareció para dejarle fuera de la final de Miami. El estadounidense se mete de esta forma en su cuarta final de Masters 1000 y espera rival del duelo entre Zverev y Carreño con la confianza por las nubes y con ganas de ganar el título más importante de su carrera.

Fuente: Punto de Break

jueves, marzo 29, 2018

Sloane Stephens venció a Victoria Azarenka en las semifinales del WTA Premier 5 de Miami.

Foto: MiamiOpen twitter
Competidora nata como la que más, siempre concentrada, siempre alerta y sin que parezca que el resultado le afecte. Sloane Stephens es una jugadora robótica, a la hora de canalizar el fracaso, pero encorajinada como la que más en los momentos más complicados del partido. Ahí radica gran parte de su éxito el pasado año; en esa actitud ganadora que amedrenta a las rivales cuando la ven con el puño cerrado moviéndose frenéticamente por la pista entre punto y punto y no dejando nada por perdido.

No hizo su mejor encuentro ante la bielorrusa Victoria Azarenka, pero ganó que es lo importante. No busca para nada la excelencia, se conforma con levantar los brazos al cielo e ir acumulando victoria a victoria. Hoy ante la ex número uno del mundo consiguió vencer por 3-6, 6-2 y 6-1 en dos hora y ocho minutos de juego, certificando el pase a la gran final del WTA Premier 5 de Miami.

La combativa jugadora estadounidense no encontró de inicio la fórmula para inquietar a Vika. Llegaba con gran confianza tras deshacerse de Angelique Kerber, habiéndola sacado de quicio con su solvencia de fondo de pista y un patrón de juego polivalente. Pero pronto se dio cuenta de que Azarenka estaba a otro nivel. Stephens tuvo que tomar más riesgos de lo habitual en la primera manga, ante el despliegue de tenis de la bielorrusa. Los nueve golpes ganadores y 17 errores no forzados, pusieron de manifiesto sus enormes dificultades a la hora de tomar la manija del partido con algo más de acierto, y permitieron a Azarenka tomar pronto ventaja en el marcador y llevarse la primera manga por un inapelable 6-3.

Algo más abierto fue la segunda manga, a pesar de lo que diga el marcador. Creo que fue el momento más difícil del torneo para Azarenka, y es que estuvo 2-0 arriba en el segundo set, pero tuvo un bajón físico y mental que le dio alas a Stephens para no solo empatar el partido, sino para ponerse con break arriba en el segundo set y abrir una gran brecha en el marcador, forzando el tercer set y elevando de intensidad el partido.

Sin embargo, cuando todo el mundo pensaba que el tercer set sería espectacular y memorable, Azarenka pareció replegarse un poco al inicio, buscando reservar fuerzas para el tramo final, pero no llegó ese buen tenis que ha desplegado a lo largo de toda la semana en Cayo Vizcaino. Stephens salió a tumba abierta y arrasó a la jugadora bielorrusa. 6-1 para terminar el partido y obtener el billete para la gran final, donde la norteamericana se verá las caras con la vencedora del duelo que medirá la estadounidense Danielle Collins y la letona Jelena Ostapenko.

miércoles, marzo 28, 2018

Juan Martín Del Potro y Milos Raonic protagonizan gran partido con victoria para el argentino

Foto: MiamiOpen twitter

Un partido de tenis es la síntesis perfecta de lo que es la vida: un mar de sensaciones que se suceden de forma casi incontrolable y que es preciso saber manejar para hallar la felicidad. Dicha felicidad se materializa en una victoria como la cosechada en una apacible noche en Florida tras un espectáculo mayúsculo. Juan Martín Del Potro y Milos Raonic protagonizaron uno de los grandes partidos de la temporada en estos cuartos de final del Masters 1000 Miami Open 2018, sumiendo a todos los espectadores en un trance de emoción desbordante y disfrute tenístico.

Dos gigantes de la raqueta batiéndose en un duelo a tumba abierta, sin concesiones y siendo conscientes de que la única posibilidad era jugar casi perfecto para derrotar al otro. El canadiense volvió a ser jugador temible que no da opciones con su saque y se mueve con exquisita agilidad de fondo de pista para cosechar golpes ganadores irremediablemente. La batalla se desató ya desde el primer set, con ambos contendientes muy seguros al servicio.

No hubo opciones de break para ninguno de los dos hasta el duodécimo juego. Un rictus de cierta pesadez de piernas y cansancio mental acompañaba al argentino desde el principio pero parece ser ya un clásico en esta histórica racha triunfal, sin que repercuta en su juego tal circunstancia. Lo que sí tuvo repercusión en el marcador fue un excelso juego de Raonic cuando su rival sacaba para llegar al tiebreak; el canadiense incrementó el ritmo de piernas y se llevó el set con un zarpazo en el momento cumbre.

Todo parecía estar a favor de un Milos henchido de confianza y que caminaba con viento a favor. Del Potro encontró el consuelo en el servicio y no dudó en solicitar asistencia médica por unas supuestas molestias en la espalda. Nada se notó en su tenis sólido y capaz de seguir desbordando a su rival, que vio cómo la segunda manga se iba a la muerte súbita. Allí encontró el argentino la fórmula de la vida y la explicación a su grandeza, con un tenis sencillamente impecable que prolongó el drama en el partido.

Las emociones se desataron en el tercer parcial. El saque se convirtió en un cuchillo de doble filo y los nervios y el cansancio favorecieron el hecho de que se sucedieron cuatro roturas consecutivas; Delpo aguantó el tirón y con una volea de revés sobrenatural en el quinto juego se puso por delante en el marcador, haciendo que las aguas volvieran a su cauce. Ambos volvieron a ordenarse con su servicio y el partido se fue al tiebreak.

Largos peloteos, ataques endemoniados y defensas heroicas de dos hombres que se pusieron el mono de trabajo. Solo podía ganar uno y volvió a ser él. Juan Martín Del Potro sacó su mejor versión cuando más se necesitaba y prolonga su racha victoriosa. 5-7 7-6 (1) 7-6 (3) fue el resultado final en favor del argentino. Quince triunfos consecutivos para un hombre que ha alcanzado su cénit y está dispuesto a aprovecharlo. Ya está en semifinales del Masters 1000 Miami Open 2018, donde se verá las caras con John Isner.