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El Mundial de 2026 en México, Estados Unidos y Canadá no solo será histórico por ser la primera sede tripartita, sino porque marcará el cambio más radical en la historia moderna del torneo: el salto de 32 a 48 selecciones.
La FIFA lo vende como una fiesta global más inclusiva, pero los puristas temen que estemos ante la "devaluación" del trofeo más codiciado del deporte. ¿Es este formato un acierto de expansión o un error motivado por el dinero? Analicemos las dos caras de la m
oneda.
El argumento de la inclusión: "El fútbol es de todos"
Durante décadas, regiones enteras como África y Asia han tenido una representación mínima comparada con Europa y Sudamérica. Con el nuevo formato, África pasará de 5 a 9 plazas directas (y una más en repechaje).
El lado positivo: Veremos debutantes y nuevas narrativas. Países que aman el fútbol pero nunca llegaban (como Egipto o naciones caribeñas) tendrán una oportunidad real. Esto democratiza la pasión y expande el mercado.
El riesgo de la dilución: ¿Cantidad mata calidad?
El principal miedo es ver partidos desiguales y aburridos en la fase de grupos. ¿Es atractivo ver a una potencia como Francia golear 8-0 a la selección número 90 del ranking FIFA?
El problema técnico: Al haber más equipos, la "barra de entrada" baja. Podríamos ver fases de grupos con partidos de trámite que carecen de la tensión dramática de vida o muerte que caracterizaba al formato de 32 equipos.
El monstruo logístico: 104 partidos
El calendario se estira. De los 64 partidos tradicionales, pasaremos a un maratónico torneo de 104 encuentros.
Para el fanático de sillón: Es el paraíso. Fútbol todo el día durante más de un mes.
Para los jugadores: Es una pesadilla física. La carga de partidos aumenta, elevando el riesgo de lesiones y fatiga, lo que irónicamente podría bajar el nivel del espectáculo en las rondas finales.
El nuevo formato: 12 grupos de 4
Afortunadamente, la FIFA recapacitó y descartó la idea de grupos de 3 equipos (que facilitaba los amaños). Tendremos 12 grupos de 4 selecciones. Los dos primeros y los ocho mejores terceros lugares avanzarán a una nueva ronda de dieciseisavos de final. Esto significa que la fase de eliminación directa tendrá una ronda extra, añadiendo drama, pero también permitiendo que equipos que ganen un solo partido en fase de grupos puedan seguir vivos.
El Mundial de 48 equipos es una decisión irreversible, impulsada tanto por política deportiva como por ingresos comerciales. Si bien es cierto que la fase de grupos podría tener momentos "flojos", la historia nos enseña que el Mundial siempre sorprende. Quizás, entre esos nuevos 16 cupos, descubramos a la próxima Cenicienta que enamore al mundo. Lo único seguro es que en 2026, el mundo será más grande.
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