El fútbol, ese deporte que durante más de un siglo defendió a capa y espada su tradición, está a punto de sufrir su transformación más radical. Cuando el balón ruede en el Estadio Azteca para inaugurar el Mundial 2026, no solo veremos a 48 selecciones; seremos testigos del nacimiento de una nueva era digital. La FIFA, en conjunto con los organizadores de EE. UU., México y Canadá, ha preparado un arsenal tecnológico que promete erradicar el error humano, pero que también plantea una pregunta incómoda: ¿Estamos matando la esencia del juego?

Las 4 innovaciones que definirán la Copa del Mundo más grande de la historia.

1. FVS: El poder pasa a los entrenadores (El "Challenge")

Es la joya de la corona y la polémica del momento. Tras pruebas exitosas en los Mundiales juveniles y femeninos de 2024 y 2025 (como la Copa del Mundo Sub-20 en Chile), la FIFA tiene sobre la mesa la implementación del Football Video Support (FVS). A diferencia del VAR actual, donde solo el árbitro decide cuándo revisar, este sistema permite a los Directores Técnicos solicitar hasta dos revisiones ("Challenges") por partido. Si el entrenador tiene razón, mantiene su oportunidad; si falla, la pierde. Inspirado en la NFL y el Tenis, esto añade una capa táctica brutal: ¿Gastas tu challenge en un penal dudoso al minuto 10 o lo guardas para una jugada crítica al 90? Si se confirma su uso pleno para 2026, la autoridad absoluta del silbante habrá terminado.

2. El Fuera de Lugar Semiautomático (SAOT) 2.0

Olvídate de las líneas trazadas manualmente que tardan minutos. El sistema SAOT llega perfeccionado con 12 cámaras de rastreo bajo el techo de cada estadio y un chip en el balón que envía datos 500 veces por segundo. La IA detectará el fuera de juego al instante y generará una animación 3D automática que se mostrará en las pantallas del estadio y en TV. Precisión milimétrica en segundos.

3. "Decisión de Campo": Transparencia total

Se acabó el secretismo. Al igual que en la NFL, los árbitros del Mundial 2026 tendrán la obligación de activar su micrófono y explicar su decisión a todo el estadio tras revisar una jugada en el monitor. "Tras la revisión, el jugador número 10 tocó el balón con la mano. Decisión: Penal". Simple, claro y educativo para la grada.

4. El Gran Hermano: Biometría y Fan ID

El Mundial 2026 será el evento más vigilado de la historia. La tecnología no solo estará en la cancha, sino en los torniquetes.

• Acceso Biométrico: El boleto de papel ha muerto. En la mayoría de las sedes, el ingreso será mediante reconocimiento facial, vinculado a tu identidad digital.

• Seguridad Fronteriza: Con las nuevas normativas de seguridad en EE. UU., se espera un control exhaustivo que cruza datos biométricos y perfiles digitales para los millones de turistas que cruzarán entre las tres naciones sede. El anonimato en el estadio será cosa del pasado.

¿Justicia o Show? La premisa de la FIFA es clara: la justicia deportiva debe prevalecer. Sin embargo, con pausas para challenges, explicaciones por micrófono y fueras de juego milimétricos, el ritmo del fútbol corre el riesgo de "americanizarse". En 2026, la tecnología ya no será un simple asistente; será el protagonista que dictará sentencia.

El Mundial de 2026 en México, Estados Unidos y Canadá no solo será histórico por ser la primera sede tripartita, sino porque marcará el cambio más radical en la historia moderna del torneo: el salto de 32 a 48 selecciones.

La FIFA lo vende como una fiesta global más inclusiva, pero los puristas temen que estemos ante la "devaluación" del trofeo más codiciado del deporte. ¿Es este formato un acierto de expansión o un error motivado por el dinero? Analicemos las dos caras de la m
oneda.

El argumento de la inclusión: "El fútbol es de todos"

Durante décadas, regiones enteras como África y Asia han tenido una representación mínima comparada con Europa y Sudamérica. Con el nuevo formato, África pasará de 5 a 9 plazas directas (y una más en repechaje).

• El lado positivo: Veremos debutantes y nuevas narrativas. Países que aman el fútbol pero nunca llegaban (como Egipto o naciones caribeñas) tendrán una oportunidad real. Esto democratiza la pasión y expande el mercado.

El riesgo de la dilución: ¿Cantidad mata calidad?

El principal miedo es ver partidos desiguales y aburridos en la fase de grupos. ¿Es atractivo ver a una potencia como Francia golear 8-0 a la selección número 90 del ranking FIFA?

• El problema técnico: Al haber más equipos, la "barra de entrada" baja. Podríamos ver fases de grupos con partidos de trámite que carecen de la tensión dramática de vida o muerte que caracterizaba al formato de 32 equipos.

El monstruo logístico: 104 partidos

El calendario se estira. De los 64 partidos tradicionales, pasaremos a un maratónico torneo de 104 encuentros.

• Para el fanático de sillón: Es el paraíso. Fútbol todo el día durante más de un mes.

• Para los jugadores: Es una pesadilla física. La carga de partidos aumenta, elevando el riesgo de lesiones y fatiga, lo que irónicamente podría bajar el nivel del espectáculo en las rondas finales.

El nuevo formato: 12 grupos de 4

Afortunadamente, la FIFA recapacitó y descartó la idea de grupos de 3 equipos (que facilitaba los amaños). Tendremos 12 grupos de 4 selecciones. Los dos primeros y los ocho mejores terceros lugares avanzarán a una nueva ronda de dieciseisavos de final. Esto significa que la fase de eliminación directa tendrá una ronda extra, añadiendo drama, pero también permitiendo que equipos que ganen un solo partido en fase de grupos puedan seguir vivos.

El Mundial de 48 equipos es una decisión irreversible, impulsada tanto por política deportiva como por ingresos comerciales. Si bien es cierto que la fase de grupos podría tener momentos "flojos", la historia nos enseña que el Mundial siempre sorprende. Quizás, entre esos nuevos 16 cupos, descubramos a la próxima Cenicienta que enamore al mundo. Lo único seguro es que en 2026, el mundo será más grande.