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| Foto: Reuters |
El fútbol americano de jueves por la noche regaló un clásico instantáneo en la NFC Sur. En un partido que parecía perdido, los Atlanta Falcons silenciaron los cañones del Raymond James Stadium al vencer 29-28 a los Tampa Bay Buccaneers con un gol de campo de Zane Gonzalez cuando el reloj expiraba, coronando una remontada de 14 puntos en el último cuarto.
El duelo fue una montaña rusa de emociones y ajustes tácticos, donde la conexión entre Kirk Cousins y Kyle Pitts Jr. fue la medicina para mantener con vida a los visitantes, mientras que la defensa de Tampa Bay colapsó en los momentos de mayor apremio.
El partido comenzó táctico, con ambas defensivas imponiendo condiciones, hasta que los Bucs rompieron el cero. Una serie sostenida de 11 jugadas y 83 yardas culminó con el poder terrestre de Sean Tucker, quien anotó desde la yarda uno apoyado por el tackle defensivo Vita Vea, habilitado como bloqueador de fuerza. Atlanta respondió con fortuna y precisión. Tras un gol de campo anulado por castigo defensivo que les regaló una nueva serie de oportunidades, Cousins encontró a Kyle Pitts Jr. en un pase de 8 yardas para el 7-7.
El segundo cuarto fue un tiroteo. Chase McLaughlin adelantó a los Bucs con un gol de campo de 49 yardas, pero Atlanta contestó con una ofensiva "rápida y furiosa": en solo cuatro jugadas, Pitts devoró 35 yardas terrestres (en una jugada de diseño) y luego atrapó un pase de 17 yardas para el 14-10. Tampa recortó antes del descanso con otro gol de campo de 52 yardas de McLaughlin (14-13 al medio tiempo).
El tercer cuarto pareció inclinar la balanza definitivamente hacia los locales. Baker Mayfield orquestó una marcha de 90 yardas finalizada con pase de anotación al novato Devin Culp. El momento crítico llegó cuando la defensa de los Bucs provocó un error costoso: Christian Izien golpeó al corredor estrella Bijan Robinson, provocando un balón suelto que Jacob Parrish recuperó en la yarda 25 de Atlanta. Mayfield no perdonó y conectó con Chris Godwin Jr. para poner el marcador 28-14.
Con la espalda contra la pared, Atlanta despertó. Bijan Robinson lavó su error con una carrera de anotación de seis yardas para acercar a su equipo. Fue entonces cuando la defensa visitante hizo la jugada grande: Dee Alford interceptó un pase de Mayfield, devolviendo la posesión a Cousins en territorio enemigo.
La ofensiva capitalizó de inmediato con el tercer pase de anotación de la noche para Kyle Pitts Jr. Sin embargo, la tragedia rondaba a Atlanta: fallaron la conversión (punto extra/conversión de dos), dejando el marcador 28-26, obligados a detener a Tampa y anotar nuevamente.
En la serie final, la presión defensiva de Atlanta fue sofocante. La nueva adquisición defensiva, Haason Reddick, penetró la línea y consiguió una captura sobre Mayfield que derivó en un balón suelto. Tras una melé en el césped, se decretó una "recuperación simultánea" que, por regla, mantuvo la posesión para Atlanta en una posición inmejorable.
Kirk Cousins manejó el reloj con frialdad, dejando la mesa servida para Zane Gonzalez. El pateador no mostró nervios y partió los postes con un intento de 43 yardas justo cuando el cronómetro llegaba a 0:00, desatando la euforia en la banca visitante y dejando helada a la afición de los Bucs.
Implicaciones La victoria es oro molido para los Falcons en sus aspiraciones de postemporada, demostrando carácter para ganar en territorio hostil. Por su parte, los Buccaneers deberán revisar cómo dejaron escapar una ventaja de dos posesiones en casa.
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