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foto AP |
La polaca Iga Swiatek escribió una página dorada en la historia del tenis este sábado 12 de julio al proclamarse campeona de Wimbledon por primera vez, tras aplastar a la estadounidense Amanda Anisimova con un inapelable 6-0, 6-0 en apenas 57 minutos en la Cancha Central del All England Club.
A sus 24 años, la número cuatro del mundo logró su sexto título de Grand Slam, tras conquistar cuatro Roland Garros, un US Open y ahora coronarse en la Catedral del tenis, el torneo que más se le había resistido. Con este triunfo, mantiene un récord perfecto (6-0) en finales de Majors, consolidándose como la jugadora más dominante de la última década en la WTA.
Swiatek firmó un partido casi sin fisuras: sumó 10 golpes ganadores y apenas necesitó apretar para imponerse ante una Anisimova irreconocible, que acumuló 28 errores no forzados y no encontró respuesta ni mental ni tenística. El resultado es aún más impactante por su contexto histórico: es la primera final femenina de Wimbledon en 114 años que termina sin que la finalista derrotada gane un solo juego, un hito que no se veía desde 1911, cuando Dorothea Douglass Chambers superó 6-0, 6-0 a Dora Boothby.
La contundencia de la polaca sorprende aún más considerando que hasta esta temporada nunca había pasado de cuartos de final en Wimbledon. Bajo la dirección de Wim Fissette, Swiatek trabajó intensamente su movilidad y saque para adaptarse al césped, y el esfuerzo rindió frutos de forma inmediata.
Amanda Anisimova, que llegaba tras dar la campanada al eliminar a la número uno Aryna Sabalenka en semifinales, no encontró nunca el ritmo y revivió fantasmas de su difícil etapa de 2023, marcada por lesiones y parones por estrés competitivo.
La princesa Catalina, presente en el palco real, presenció un recital que devuelve a Wimbledon una campeona inédita y mantiene la racha de nueve campeonas diferentes en los últimos nueve años. Además, Swiatek se acerca ya al Top 10 histórico en títulos de Grand Slam, con Venus Williams, Suzanne Lenglen y Molla Mallory como próximos objetivos.
Con esta conquista, la reina de la arcilla confirma su evolución como jugadora completa y apunta a seguir agrandando su leyenda, ahora también en la hierba sagrada de Londres.
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