Los Thunder vencen a Minnesota y toman ventaja de 2-0 en la Final del Oeste

foto @okcthunder (X)

 

Oklahoma City vuelve a parecer invencible. El equipo joven y eléctrico que deslumbró durante la temporada regular ha regresado con fuerza en los playoffs, y los Minnesota Timberwolves ya sufren las consecuencias. Este jueves, en el Paycom Center, el Thunder se impuso 118-103 en el Juego 2 de las Finales de la Conferencia Oeste, tomando una ventaja de 2-0 en la serie al mejor de siete.


Fue otra exhibición de autoridad por parte del conjunto dirigido por Mark Daigneault, que volvió a romper el partido en la segunda mitad —tal como ocurrió en el primer encuentro— con una ráfaga de intensidad que dejó sin respuesta al rival. El tercer cuarto, con parcial de 35-21, fue el punto de quiebre que transformó un duelo parejo en una victoria contundente.


La noche tuvo un protagonista indiscutible: Shai Gilgeous-Alexander. El flamante MVP de la temporada regular celebró su reconocimiento con una actuación estelar, firmando 38 puntos con una efectividad clínica (12/21 en tiros de campo y 13/15 desde la línea de libres). El canadiense dominó cada tramo del encuentro, entre cánticos de "MVP" que retumbaron en todo el recinto.


Minnesota llegó al encuentro con ajustes evidentes tras el golpe del primer juego. Chris Finch apostó por una versión más agresiva de Anthony Edwards, quien respondió con 32 puntos y una actitud ofensiva decidida a atacar el aro. El escolta lideró las acciones de los suyos, ayudado en algunos tramos por secundarios como DiVincenzo y Reid.


Los Timberwolves también intentaron sacudir las estructuras de Oklahoma con defensas en zona, un recurso que incomodó al Thunder en series anteriores. Sin embargo, esta vez la respuesta fue diferente: los locales supieron atacar con mayor paciencia, encontrar espacios en el corazón de la defensa y finalizar con claridad cerca del aro. El experimento defensivo de Finch se agotó rápidamente.


Y cuando OKC acelera, no hay margen para errores. En cuestión de minutos, el equipo encadenó robos, transiciones fulminantes y un aluvión de puntos que construyeron una ventaja de 24 puntos de la nada. Jalen Williams, cuestionado en series anteriores, resurgió como segunda espada: sólido en defensa, certero en ataque y vital para extender la ventaja mientras la defensa rival se concentraba en contener a Shai.


Finch intentó un último ajuste con un quinteto más versátil y presión sobre Gilgeous-Alexander en la segunda mitad, pero el daño ya estaba hecho. El Thunder no solo estaba cómodo con la ventaja, sino que demostró haber aprendido de los intentos tácticos de su rival.


Con la serie ahora trasladándose a Minneapolis, los Timberwolves afrontan una situación límite. El Juego 3, este sábado en el Target Center, se presenta como una auténtica final para ellos. Una derrota más pondría el 3-0 en la serie, una desventaja que ningún equipo ha logrado remontar en la historia de la NBA.


Oklahoma, en cambio, está a solo dos triunfos de alcanzar unas Finales de la NBA que hace apenas un año parecían un sueño lejano. Y con un MVP en estado de gracia, ese sueño empieza a tomar forma.


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