Haliburton lidera una remontada histórica y los Pacers asaltan el Madison en tiempo extra

foto @Pacers (X)

 

Los Indiana Pacers firmaron una de las remontadas más espectaculares de los últimos años y vencieron 138-135 a los New York Knicks en un electrizante arranque de las Finales de la Conferencia Este, decidido en la prórroga tras una canasta milagrosa —aunque insuficiente— de Tyrese Haliburton sobre la bocina del tiempo reglamentario.

Indiana resucitó en los últimos tres minutos, cuando parecía condenado. Con 17 puntos de desventaja (119-102), emergió Aaron Nesmith con una ráfaga de triples demoledora (6 en total, 20 puntos en el último cuarto) que silenció al Madison Square Garden. El golpe final lo dio Haliburton, con un largo tiro que rebotó en el aro y cayó justo a tiempo para empatar el duelo. Su celebración —una seña de ahogo imitando a Reggie Miller frente a Spike Lee— evocó los encendidos duelos entre Knicks y Pacers de los años 90. Sin embargo, la repetición confirmó que había pisado la línea: era un doble, no un triple ganador.

En la prórroga, Indiana tomó la delantera por primera vez desde el segundo cuarto gracias a una canasta clave de Andrew Nembhard y errores costosos de Jalen Brunson, quien pese a sus 43 puntos, terminó con 7 pérdidas. Los Knicks tuvieron dos oportunidades para empatar en los últimos segundos, pero tanto Brunson como Karl-Anthony Towns (35 puntos, 12 rebotes) fallaron desde el perímetro.

Haliburton fue el líder de los Pacers con 31 puntos, 11 asistencias y 4 rebotes, respaldado por los 30 puntos de Nesmith. Pascal Siakam aportó 17 unidades, Nembhard sumó 15 y Myles Turner 14.

El encuentro fue una montaña rusa: Indiana arrancó con 9 de 9 en tiros de campo pero no logró despegarse. Nueva York reaccionó en el segundo cuarto con un parcial de 13-1 y dominó hasta el cierre del tercer período. Incluso sin Brunson —en el banquillo con cinco faltas—, los Knicks alcanzaron una ventaja de +16 en el último cuarto con un parcial de 14-0. Pero la historia dio un giro dramático.

Como en los viejos tiempos, los Pacers encontraron inspiración en un escenario adverso, firmaron un cierre antológico y revivieron las memorias de los choques legendarios entre ambas franquicias. La serie continuará este viernes en el Madison, donde los Knicks deberán reponerse de una caída que dejó heridas abiertas.