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foto @Yankees (X) |
Los Yankees de Nueva York evitaron ser barridos en su visita a Detroit al imponerse este miércoles 4-3 a los Tigres en el Comerica Park, gracias a una joya monticular de Max Fried, quien se reencontró en el diamante con un viejo conocido: Jack Flaherty.
Fried (2-0) brilló en su tercera apertura de la temporada con siete entradas en blanco, cinco hits permitidos, 11 ponches y sin regalar pasaportes, guiando a los “Mulos” a cortar una racha de tres derrotas consecutivas. No solo fue su mejor actuación del año, también tuvo un matiz personal: el duelo frente a Flaherty, con quien compartió equipo en la preparatoria Harvard-Westlake en 2012.
En una noche marcada por el dominio de ambos abridores, fue Ben Rice quien quebró el cero con un jonrón de dos carreras en el séptimo episodio, su tercero del año, dándole a Nueva York la ventaja que tanto se les había negado en los juegos anteriores. Ya en la novena, Aaron Judge añadió un sencillo productor de dos más que parecían poner el juego fuera de alcance.
Sin embargo, el cierre trajo dramatismo. Devin Williams, encargado de preservar la ventaja, tropezó con un wild pitch que permitió la primera carrera felina y luego Zach McKinstry conectó un hit que remolcó dos más, apretando el marcador 4-3. Aun así, los Yankees lograron cerrar la puerta y sellar su séptimo triunfo de la temporada.
Del lado de los Tigres, Flaherty (0-1) cargó con una derrota poco justa tras lanzar seis episodios de calidad, con solo tres imparables permitidos y nueve ponches. Fue víctima de la falta de respaldo ofensivo de su equipo, que solo logró despertar en su último turno al bate.
Con el resultado, ambos equipos quedan con récord de 7-5, y los Yankees evitan una dolorosa barrida que habría encendido las alarmas en el Bronx.
En otros encuentros del día, los Marlins de Miami blanquearon 5-0 a los Mets de Nueva York en el Citi Field, mientras que los Piratas de Pittsburgh vencieron 2-1 a los Cardenales de San Luis en un extenso duelo de 13 entradas.
Más allá del resultado, la historia de la noche fue el reencuentro de Fried y Flaherty, dos viejos compañeros de secundaria que alguna vez compartieron banca esperando su turno, y que ahora se enfrentaron en el escenario de las Grandes Ligas, protagonizando un duelo de alto calibre.
Fried lució como el as que los Yankees esperaban cuando lo firmaron: dominante, sereno, con control absoluto del juego. Flaherty, por su parte, mostró destellos del talento que busca recuperar en Detroit. Dos trayectorias distintas, un mismo origen, y una historia que le dio al béisbol un capítulo cargado de nostalgia y calidad.
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