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foto @celtics (X) |
En una noche vibrante en el TD Garden, los Detroit Pistons dejaron escapar la oportunidad de sorprender a unos Boston Celtics que, pese a las ausencias de Jayson Tatum y Jrue Holiday, demostraron por qué son los campeones defensores. Con un marcador final de 130-120, los Celtics lograron su novena victoria en los últimos 10 partidos, mientras los Pistons cayeron a un récord de 9-15, aunque no sin luchar hasta el último segundo.
El partido parecía decidido desde temprano. Boston arrancó con una agresividad que dejó sin respuesta a los Pistons, tomando una ventaja de 18-4 en los primeros cuatro minutos gracias a una ráfaga de triples y la dirección magistral de Derrick White, quien finalizó con 14 puntos y 11 asistencias. Jaylen Brown lideró la ofensiva local con 28 puntos y nueve asistencias, mientras que Kristaps Porzingis aportó 26 puntos y nueve rebotes.
Los Pistons mostraron resiliencia en el último cuarto, tras comenzar 109-89 abajo. Liderados por Cade Cunningham y Tobias Harris, quien brilló desde el perímetro, el equipo registró 20 triples, su máximo de la temporada, con un impresionante 51.3% de efectividad. Cunningham, a un rebote de completar un triple-doble, anotó 27 puntos, repartió 14 asistencias y tomó nueve rebotes, mientras Harris igualó su producción de 27 unidades, con seis triples. Malik Beasley, desde el banquillo, contribuyó con 23 puntos y otros seis triples.
El momento más electrizante llegó cuando Cunningham lideró una racha de 13-4, que incluyó un espectacular triple de Harris, reduciendo la diferencia a solo cinco puntos (125-120) con un minuto en el reloj. Sin embargo, un triple crucial de Payton Pritchard selló el triunfo para los Celtics, quienes finalizaron con 21 triples en 53 intentos. Pritchard, una chispa desde la banca, anotó 19 puntos y su precisión en los momentos decisivos aseguró que el esfuerzo de los Pistons quedara en vano.
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