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Foto: Wimbledon twitter |
No hubo lugar a la sorpresa en encuentro que midió a Roger Federer con Adrian Mannarino (6-0 7-5 6-4) en los octavos de final de Wimbledon 2018. El helvético solventó con sobriedad y mucha determinación un choque en el que su rival apenas pudo entrar a discutir todo lo que estaba pasando. El número 2 del mundo solamente afrontó dos bolas de break, en el mismo juego como único contratiempo en un choque muy plácido, que Federer hizo suyo con su habitual capacidad para meterle velocidad a la pelota y generar golpes ganadores en todo momento.
De primeras, la contienda se abrió con un break a favor de Roger, como antesala de lo que terminaría siendo un set en blanco en el que los datos impactaron. Roger se fue hasta un 84% de primeros servicios y un 86% de puntos ganados con primer saque, jugando solamente con segundo saque en tres puntos. Al resto, algo muy parecido. Mannarino sólo sumó un punto al resto en sus tres turnos, cinco puntos en total en todo el set. Un visto y no visto clausurado en poco menos de 20 minutos.
El choque pareció asentarse desde semejante apertura. Y pudo verse el juego que ambos jugadores desplegaron para hacer daño al rival. Mannarino mezcló su saque de zurdo en el lado de la ventaja, con los pies muy abiertos desde la posición inicial, con sus golpes planos e imprevisibles, una circunstancia que a Federer apenas le afectó, pues el suizo estuvo impecable al servicio y esperó una oportunidad que le llegó llovida del cielo. Tres errores de bulto del francés le otorgaron el break para cerrar por 7-5.
Aunque el marcador fue incontestable, Roger fue algo intermitente en su plan de juego. Utilizó mucho el cortado sobre los golpe de Mannarino, evitando así sus golpes planos, buscando que metiera la raqueta y envolviera algo más sus tiros para entrar después con su derecha y mover la zona de confort de su rival. Pero también fue mucho más directo en otras ocasiones, mirando sólo a su propio juego, abriendo la pista con golpes fugaces y cerrando en la red, casi con prisa.
En todos los registros, Federer impuso la lógica. Mannarino no parecía el rival que comprometiera la presencia de Roger en la siguiente ronda, y así fue. El suizo terminó con 43 golpes ganadores y 20 errores no forzados, 12 aces y un 90% de puntos ganados con primer servicio. Una nueva hoja inmaculada sobre la superficie que lo ha hecho aún más eterno. En cuartos, a tres partidos del título, Roger se medirá al ganador del duelo entre Monfils y Anderson.
Fuente: Punto de break
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