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Foto: ATPWorldTour twitter |
Los pronósticos se cumplieron en el primer compromiso afrontado por Rafael Nadal en su andadura en Wimbledon. El tenista balear pisaba la Pista central en segundo turno para enfrentar a un tenista que no puso demasiada resistencia y que fue, en todo momento a remolque en el encuentro. Incluso en el parcial más igualado, el primero, el español mantuvo la concentración y marcó la diferencia en su primera bola de rotura. Desde ese momento, Nadal fue encontrándose más cómodo para soltar las piernas y ganar seguridad sobre el verde (6-3 6-3 y 6-2 sobre Dudi Sela).
La diferencia de envergadura y potencia se transmitió en todo momento, y fue, por tanto, la clave de todo el choque. Si bien la primera manga estuvo muy igualada, el desequilibrio y la distancia entre ambos iba a comparecer desde bien temprano. Fijándose el encuentro en las estadísticas del primer set, el israelí tuvo buenos números con primer saque, tanto en porcentaje como en puntos ganados con el mismo, peor a la primera oportunidad que tuvo Rafa de romper, el partido se cerró por completo.
Sela perdió varias piezas del tablero en poco tiempo y eso le costó toda su solidez desde el fondo. Sus dificultades para generar potencia de manera sostenible, sin recurrir a un exceso de energía, dominando la pelota con soltura, le impidió recuperar todo el terreno. Nadal, algo molesto por ciertos errores con su revés, no encontró el espacio en el que poder afinar los golpes pues la superioridad existente y los errores que fueron sucediendo en campo contrario no posibilitó poder medir su puesta a punto.
Desde ahí, Nadal pasó a ganar muchos más puntos con el resto, de un 23% a un 47% de puntos ganados con la devolución, pasando a dominar con muchísimo más aplomo. Llamó la atención la posición al resto de Rafa en casi todo el partido, bastante retrasada, a pesar de que la velocidad media de los saques de Sela fue, como se sabía, mucho menor que la de cualquier otro perfil. El español prefirió ceder pista y dominar la segunda pelota en un intercambio que de por sí iba a pertenecerle ante las dificultades de su rival.
El revés a una mano de Sela concedió bolas cortas y templadas a Nadal para preparar o directamente finalizar los puntos. Desde esa circunstancia, Nadal ganó 24 de las 29 veces que subió a volear, terminando con buenas sensaciones cerca de la red. Un debut cómodo, sin demasiadas complicaciones, que por otro lado no le aporta demasiado información a Rafa para testar sus golpes.
Fuente: Punto de break
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