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Foto: rolandgarros twitter |
El tenis es un estado de ánimo, o al menos, así se deduce de cómo Grigor Dimitrov ha acabado su duelo ante un pletórico Fernando Verdasco. El español es un rival temido por cualquiera en los grandes torneos y si no se tiene confianza la trampa puede ser mortal. El balance de lo ocurrido en la siempre entrañable pista 1 de Roland Garros 2018, deja a las claras que el búlgaro se encuentra en una profunda crisis existencial que va más allá de juegos y resultados.
La única manera de vencer a un Verdasco inspirado es erigirse en una roca a nivel mental y ponerse el mono de trabajo, dispuestos a llevar al límite al español, con una fama de inestabilidad ganada a pulso. Pero no fue así. Dimitrov perdió la cara al partido y se sumió en una desazón notable de la que no pudo extraer respuestas a la clarividencia táctica del madrileño. Fue un martillo inmisericorde el drive del zurdo sobre el revés de un Grigor que no supo aprovechar sus opciones.
Y es que las tuvo y bastantes durante el primer set. Se desató ahí la gran batalla del encuentro, con los dos tenistas jugando a tumba abierta, tirando fuerte y buscando tomar la iniciativa en todo momento. Tras un intercambio de breaks inicial, se impuso el pacto de no agresión al servicio hasta que Dimitrov dispuso de dos bolas de set en el undécimo juego. Las salvó Verdasco con tremenda sangre fría, incluyendo un ace con segundo servicio, y llegó crecido al tiebreak, en el que fue claramente superior.
Llegando en una dinámica negativa y siendo capaz de encontrar explicación a su crisis, agudizada sobre tierra batida, el de Haskovo intentó reaccionar en el primer juego del segundo parcial pero al ver que no era capaz de ponerse por delante en el marcador, se desordenó tremendamente. Algo lento de piernas pero sobre todo, de cabeza, Grigor entró en un goteo incansable de errores con su revés. Fernando escogía en cada momento el golpe preciso y mostraba una superioridad inapelable.
Se llegó a la tercera manga, que se presentaba como un ultimátum para Dimitrov. Las proyecciones más optimistas para Grigor hacían pensar en una relajación de Verdasco que incurriera en pérdida de competitividad progresiva pero si no se le aprieta resulta complicado que esto ocurra. Se puso 3-0 el español, manteniendo con firmeza su decisión de empezar los puntos por el revés de su rival.
Hubo amagos de reacción por parte de un Dimitrov que comenzó a jugar al todo o nada lo que llevó el encuentro a un carrusel de roturas. Aparecían los fantasmas en la cabeza de Fernando pero su buen hacer durante todo el partido le permitió sacarse un juego comprometido con 4-4 y disponerse a restar para partido. Volvió a dar un paso atrás Grigor Dimitrov, sumido en su inseguridad, lo cual fue aprovechado por un Fernando Verdasco sencillamente brillante. 7-6 (4) 6-2 6-4 fue el resultado final del partido en favor del español, que iguala su actuación del pasado año y espera rival del ganador entre Djokovic y Bautista.
Fuente: Punto de break
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