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Foto: rolandgarros twitter |
El mundo del tenis se relamía ante la posibilidad de presenciar un duelo que puede marcar los años venideros. Dos jóvenes que optan a suceder a los mejores y que buscan con ahínco un triunfo en un gran torneo que les avale como dominadores del futuro. Dominic Thiem fue el amo y señor del duelo de cuartos de final de Roland Garros 2018, tanto antes como después de la lesión en el isquiotibial izquierdo de Alexander Zverev.
Nacido para jugar sobre tierra batida; es la mejor manera de definir a un hombre llamado a la gloria en París. Thiem ya ha pisado en dos ocasiones las semifinales del Grand Slam parisino y se postula como firme candidato a dominar este torneo cuando el extraterrestre de la arcilla entre en su ocaso. Quiere explorar sus límites en esta ocasión y para ello era necesario reafirmarse en su poderío venciendo a un hombre que le sometió a su tiranía en Madrid.
La venganza se sirve en plato frío y ha sido implacable. En un ambiente húmedo y, por ende con una pista pesada, Dominic voló hacia la victoria reafirmado por el viento a favor que le insufló el hecho de ver a su rival algo tocado físicamente tras la maratón de partidos a cinco sets que ha tenido que afrontar para llegar aquí. La derecha potente del austriaco fue implacable, moviendo de lado a lado a su rival, incapaz de tomar las riendas y dominar con su revés desde dentro de pista. Con un solo break en la única oportunidad que hubo, se resolvió el primer set en favor de Thiem.
Lejos de reaccionar, en el segundo parcial las molestias de Zverev se hicieron patentes y su dureza de piernas le impidió defenderse con eficacia y atacar con inteligencia. Se desordenó tremendamente el bueno de Sascha, intentando matar moscas a cañonazos y perdiendo los nervios ante las atinadas defensas de su inspirado contrincante. Cabizbajo y alicaído, Zverev buscó una inspiración divina para reaccionar e intentar ser competitivo.
No bajó un ápice el pistón en la tercera manga Thiem, inalterable a la anarquía en que incurrió Alexander Zverev con un juego directo y a la desesperada debido a sus molestias. Siguió jugando con intensidad, procurando asumir la iniciativa de los puntos y no incurrió en la habitual actitud de retrasar su posición en pista y jugar conservador, venciendo por 6-4 6-2 6-1. Una prueba más del gran momento de forma y madurez total en que se encuentra Dominic Thiem, flamante semifinalista de Roland Garros 2018.
Fuente: punto de break
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