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Foto: ATPWorldTour_ES twitter |
A veces, lo que parece más asequible se convierte en una trampa mortal. Juan Martín Del Potro estuvo a punto de experimentar la amarga sensación que supone perder con un amigo, un amigo al que se debería ganar sin excesivos problemas pero que, por unos u otros motivos, da su mejor versión y a punto está de hacer saltar por los aires todos los pronósticos. Leonardo Mayer saltó a la pista central del Masters 1000 Indian Wells 2018 sin nada que perder, y estuvo muy cerca de ganar algo inimaginable.
El duelo fratricida entre argentinos no fue como se esperaba. Se vio a un Del Potro apagado, falto de esa chispa en las piernas que hace que su derecha solo sea comparable al martillo de Thor. Despojado de la intensidad requerida, el de Tandil fue presa del viento, que le impedía conectar golpes ganadores. Las variaciones de altura y bolas con mucho peso de Mayer martirizaron a un Del Potro que llegó a ser atendido por el fisioterapeuta por molestias en la espalda.
Tras sucumbir en el primer set al juego sólido y sin fisuras de Leonardo, la torre de Tandil fue carburando poco a poco, con más corazón que tenis y acogiéndose a su experiencia para salir del atolladero. A Mayer cada vez le costaba más sujetar las riendas del caballo desbocado que es Del Potro cuando está inspirado y fue un milagro que forzara un tiebreak al que llegó con la lengua fuera. Ahí se impuso la lógica y Juan Martín dio un golpe sobre la mesa.
La tercera manga se presuponía claramente favorable a Del Potro y así fue, que caminó ahora ya con viento a favor (en sentido figurado) y acabó desperezándose de las malas sensaciones con que dio inicio al encuentro. 3-6 7-6 (2) 6-3 fue el resultado final de un partido complejo en un día incómodo para Juan Martín Del Potro, que demustra haber recuperado su aura ganadora al ser capaz de vencer incluso cuando las cosas no funcionan. Muy a tener en cuenta el argentino para este torneo.
Fuente: Punto de Break
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