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Foto: ATPWorldTour twitter |
El búlgaro se impuso por 7-6 (6) 7-5 en un partido muy igualado en el que el argentino tuvo desconexiones fatales para sus intereses.
El tenis es actitud, y la de Juan Martín Del Potro varía mucho en función del escenario. Acostumbrado a la épica en los grandes torneos, el argentino se diluye en un cierto sopor cuando el contexto no invita a hacer historia. Es lo que le ocurrió ante un Grigor Dimitrov ávido de éxitos sea cual sea el territorio donde se juegue, y anhelante de resultados esperanzadores que le devuelvan al disparadero del tenis mundial.
Pasa otro año más sin que Dimitrov se haya quitado esa coraza que parece aprisionarle desde que siendo un adolescente se le presentó como el heredero natural del rey supremo del tenis. Aunque ha ganado su primer Masters 1000, los resultados en Grand Slam no han sido lo que se podría esperar tras su gran rendimiento en Australia, donde se metió en semifinales. Sus argumentos son ilimitados pero también la desazón al ver que no le sirven, por ahora, para escribir página de gloria. Busca en el ATP 500 Beijing 2017 el que sería su cuarto título del año, permitiéndole consolidarse en el top-10 y postularse como claro favorito para certificar su presencia en las ATP Finals de Londres.
Fueron esos factores acicates suficientes como para hacerle creer en la victoria cuando parecía imposible. Y es que Del Potro comenzó excelente el partido, restando todo con facilidad, alternando direcciones y velocidades con su revés y forzando a que el búlgaro asumiera excesivos riesgos. No tuvo la intensidad de piernas y de mente necesarias el de Tandil, para mantenerse arriba en el marcador y la primera manga se fue al tiebreak. Allí, Grigor salvó una pelota de set en un peloteo vibrante y no apto para cardíacos, que terminó con una caña del argentino tras revés cortado de Dimitrov.
Se desenchufó un cable en la cabeza de Juan Martín, que con una incomprensible doble falta acabó entregando la ventaja de un set a su rival. El segundo parcial siguió un cauce muy similar. Buenas sensaciones de Del Potro traducidas en ventaja de un break... y bajón absoluto cuando era momento de cerrar. Grigor no perdió ni un ápice de intensidad cuando marchaba 5-2 abajo en el marcador y logró hacer dos roturas consecutivas que le permitieron sacar para el partido, cerrándolo con consistencia.
Gran victoria para un hombre que aspira a altas cotas de éxitos en estos torneos finales de año. Grigor Dimitrov quiere seguir creciendo y asegurarse su presencia en la Copa de Maestros, en lo que sería un merecido premio a su perseverancia y buen hacer durante una temporada en la que el regusto amargo de sus derrotas sorprendentes en Grand Slams no deben imponerse. Su siguiente rival en el ATP 500 Beijing 2017 será Roberto Bautista.
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