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Foto: ATPWorldTour twitter |
La segunda cita de Novak Djokovic con el torneo de Eastbourne se volvió a resolver por la vía rápida y con muchísima serenidad por parte del jugador de Belgrado. Gran favorito del cuadro pero con la presión de no desgastarse demasiado de cara a Wimbledon, el balcánico superó en dos mangas a un Donald Young que sufrió de problemas físicos (6-2, 7-6) y que no pudo contrarrestar el acierto de su rival. Pocas conclusiones se pueden extraer de un encuentro que ya sitúa al número 4 del mundo como primer hombre en los cuartos de final.
La verdad es que, para ser hierba, el público pudo ver intercambios prolongados, emocionantes y sin demasiados errores. Siempre algunos más por parte del estadounidense que en el sexto juego recibía el primer golpe del partido recibiendo un break que acabaría siendo definitivo. Eso sí, no sería el último. Djokovic agarró las riendas del primer parcial y ya no las soltó hasta cerrarlo por 6-2, cediendo apenas dos puntos con su primer saque (11/13) y originando un agujero con el segundo de Donald (4/11). La diferencia era abismal y, si además le sumamos que la hierba todavía le da algo de alergia al de Chicago, todo estaba muy de cara para el campeón de 12 Grand Slams.
Pero todavía habría que sumar un obstáculo en la misión imposible de Young: las lesiones. El norteamericano paró el encuentro durante cinco minutos tras finalizar el primer asalto para recibir asistencia médica en su espalda. No sabemos lo que estaría tocando el especialista, pero el rostro de Donald reflejaba algo más que un dolor intenso. Sin embargo, no fue suficiente como para retirarle y con ese saquito de dudas fue como empezó el segundo set.
Cuando todo el mundo esperaba ver la simple presencia de Young, vagando por la cancha sin objetivos, fue justo cuando el americano compitió mejor y dio más espectáculo. Al menos, no se dejó impresionar de salida y aguantó con frescura cada juego al servicio. Lo de hacer peligro al resto todavía era asignatura pendiente, aunque había tiempo. O eso fue lo que todos pensamos al ver cómo con 4-4, Donald rompía todos los esquemas previstos y se colocaba 5-4 y servicio. Hasta una pelota de partido voló por la pista a favor del estadounidense pero ahí salió todo el orgullo del serbio. Quebró, recuperó y ya en el tiebreak, salvando una segunda bola de partido, necesitó de cuatro bolas para cerrar la función. Entre luces y sombras, Djokovic ya está en semifinales.
Fuente: Punto de break
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