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Foto: Roland Garros twitter |
Rafael Nadal cumplió con los pronósticos que le colocaban como clarísimo favorito en su segundo partido en París, ante el holandés Robin Haase, después de derrotarle en tres mangas (6-1 6-4 6-3) y de solventar dicho encuentro con soltura, continuidad y buenas sensaciones. El nivel de Nadal sigue transmitiendo muestras de claridad y solidez, sin mayores problemas ante un tipo de jugador poco dado a poder construir el tipo de partido que puede atragantársele al manacorí si su derecha y su movilidad son las adecuadas.
De entrada, lo más importante. calibrar el terreno en el que Haase puede edificar su posible competitividad. En esos primeros compases, donde se vislumbran las primeras discusiones Nadal no duda, y no deja que el partido entre en calor para hacerlo él. Es el mallorquín el que no tiene mayores problemas en romper rápidamente el servicio de su rival, de juego plano y defensa más endeble, para crear las primeras ventajas y dominar el encuentro desde la ventaja en el marcador.
Nadal no quiere mayores contratiempos y activa su derecha, que poco a poco va dibujándose en paralelo con mayor asiduidad, un golpe que va a darle el manejo del choque siempre que lo necesite ante cualquier atisbo de igualdad. Un 6-1 refleja no solo la superioridad de ambos como jugadores sobre tierra sino también la claridad con la que Rafa pasa al frente. En el segundo parcial, Haase pasa a jugar más combado, más defensivo, con intercambios más largos pero lejos de la variedad, agresividad y acierto necesarios para discutirle metros y argumentos al nueve veces campeón en París.
Así, el choque abre distancias en favor del español, que se coloca dos sets a cero dejando claro que a nivel de piernas, agresividad y acierto, Nadal puede probar cosas, pues la confianza es alta y los golpes bien ejecutados a cada orden. Nadal acelera en determinados momentos y lo hace con garantía y consistencia, sin apenas fallos. Sabe Rafa que en su arsenal están la velocidad y la colocación que Haase no puede discutir. La diferencia es demasiado amplia.
Ocurre algo muy similar en el tercer parcial, donde Nadal rompe mediada la manga y con su servio, muy seguro y con altos porcentajes, cierra un partido plácido para Rafa, que pasa a tercera ronda sin mayores sustos, con la mirilla ajustada para seguir acumulando rodaje competitivo y victorias sobre la superficie en esta gira. Un Nadal solvente a cinco partidos de la gloria.
Fuente: Punto de Break
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