Óscar Valdez superó lo que muchos apuntaban como el mayor reto de su carrera al enfrentar a un excampeón del mundo en el MGM Grand de Las Vegas en la cartelera estelar de pago de Pacquiao-Bradley 3.
El estilo del mexicano nunca cambió. Siempre frontal, caminando hacia adelante, absorbiendo castigo con tal de intentar pegar un golpe, algo que logró hacer de forma contundente tal vez solo en un par de ocasiones.
Valdez, de 25 años, recorrió todo el ring, desde el centro yendo hacia atrás y evitando quedarse en las cuerdas. Lució sus habilidades boxísticas. Impactó varios ganchos de izquierda al cuerpo del fajador ruso que sin facultades defensivas fue acumulando heridas que le iban cubriendo el rostro de rojo.
Pasaron tres episodios y la pelea realmente carecía de sentido pues era dominada completamente por el boxeador de Nogales, Sonora. Así el mexicano fue toreando al ruso hasta que en el cuarto asalto durante un intercambio de golpes Gradovich cayó de un fuerte gancho de izquierda. El réferi observó con detalle y optó, en lugar de realizar el conteo, por detener la pelea.
Por la efusiva reacción de Valdez al término del combate, se puede deducir que con esta victoria le llegó la oportunidad de protogonizar un evento grande en la división pluma. Le mencionaron el nombre de Vasyl Lomachenko y él contestó que el ucraniano tenía su lugar bien ganado, lo reconoció como campeón del mundo y agregó que las negociaciones se las deja a su manager y equipo de trabajo.
Fuente: izquierdazo
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