“Ganaron los menos malos”…
Escribe el Gordo Cebollas.
En mis tiempos de juventud generalmente el más valiente, el más arriesgado ganaba las peleas, y las novias. En la “Ley del Monte” no había lugar para el miedo, si alguien llamaba a otro cobarde, era un reto que solo podía arreglarse a golpes, y finalmente no importaba el que ganara, sino el que ninguno de los dos se rajara. Y si alguno se arrugaba estaba condenado a que la sombra del descrédito lo persiguiera.
Ahora lo más importante parece el no perder, si pueden empatar se conforman. Ahora, si hay que definir un ganador, no se juega a ganar, sino a ver quien comete los errores primero, o esperando que la suerte lo defina. Así ninguno de los dos son perdedores, y el que pierde puede atribuirlo a un mal día como disculpa.
En la estrategia de la final del fútbol mexicano se jugó el ajedrez de los mediocres. El partido de ida, la visita sólo pensaba en no perder, y el resultado fue que Pumas perdió por tres goles. En el de vuelta, lo mismo pero ahora los Tigres eran los visitantes y no querían dejar ir su ventaja, el resultado: tres goles a cero en favor de los capitalinos. En los tiempos extras, los dos están aterrados de perder, pero los Pumas tienen una duda en la defensiva y les anotan. Luego lo impensable a los Tigres se acobardan y ponen a todos atrás, resultado: Pumas anotan.
Un cuatro a uno que pone el global cuatro a cuatro y manda a los penales.
Ahora el miedo se traslada a los pateadores que tienen la responsabilidad de conseguir el campeonato y los Pumas les faltó temple.
Pumas puede decir que hizo hasta lo imposible, y que fue mala suerte, pero al final solo el resultado cuenta: Tigres Campeón.
Se me vino a la mente una mañana que los cuates del Supermercado Vallarta jugábamos una cáscara contra los empleados del Pollo Loco, y como estábamos incompletos llamé como refuerzo al Zapatos Blancos. Mi cuate llegó una hora antes para calentar como si fuese un profesional, y era el único del equipo en tener la indumentaria correcta para el juego, zapatos Nike nuevos y hasta se traía la camiseta oficial del ¨Chicharito¨ del Manchester United. Los del Pollo Loco se quedaron tan impresionados con la indumentaria del Zapatos que antes de empezar el juego ya se estaban quejando de que no se valía traer profesionales al juego y querían anular la apuesta. Así que cuando hizo la primera jugada y metió un pase perfecto para gol, todos se le quedaron viendo. Minutos después el Zapatos ya sintiéndose Messi, se llevó a cuatro rivales y anotó de taquito; ya ganábamos por dos goles en cuatro minutos.
Alfredo, el gerente del Pollo Loco, mandó al poli, que jugada de medio de contención, a que le diera un estate-quieto a nuestra estrella. En la siguiente jugada le dio una entrada que hizo volar al Zapatos contra un árbol dándole un guamazo que todos nos quedamos helados al ver como quedó nuestro jugador estampado en el tronco. Después de un largo silencio el Zapatos se levantó ante el aplauso de los compañeros, pero nada fue igual. El miedo al Security había hecho pedazos su confianza y desapareció de la cancha. Allí estaba todavía pero ya no intentaba hacer la jugada atrevida, bueno ni siquiera intentaba toparse con el balón. Resultado nos ganaron nueve a dos. Ese día vi el miedo reflejado en los ojos de mi cuate, el mismo miedo lo vi en los jugadores de la final, que prefieren no hacer un esfuerzo extra para marcar la diferencia, o lo que es peor ni siquiera intentar vencer sus miedos.
Mi abuelo me enseño que en la vida hay solo dos clases de individuos, los ganadores y los perdedores, y no siempre se trata de quien tienen más dinero, sino de quien es más feliz en la vida. Al Tuca por mucho que haya conseguido el campeonato no se le ve muy feliz que digamos. Y no hablemos del otro entrenador, el otro que entrena a los Pumas y que su nombre no quiero acordarme. Que hace unos días le renovaron el contrato, le prometieron que se quedaba con la chamba aún perdiendo y aún así no quiso arriesgar.
Y hoy por la mañana escuché comentarios que fue una Final de ensueño… De locos!... La final épica!... Yo no entiendo nada… Por eso le insisto a Don Rubeleone que no sé nada de deportes, y que mejor le escribo de recetas de cocina, o mis aventuras eróticas con las sirenas en la selva amazónica.
Ya no hay fútbol por unas semanas… y del América no voy a hablar porque ya vi que el Artillero se encargó de hacerlos picadillo y aunque me parece un poco exagerado lo que escribe, no voy a defender a los pollos.
Por ahora mi preocupación es sólo sobrevivir un año más la maratón Guadalupe-Reyes tratando de sobrevivir ante la enorme cantidad de comida y bebida que me espera durante el fin de año…
Además me voy de vacaciones a mi pueblo, debo de estar llegando el 23 de Diciembre por la noche, si el coche no me falla o los federales no joden mucho este año…
Aprovecho de mandarles un saludo a las “Autoridades Mexicanas” que vigilan las carreteras este fin de año, y recordarles que su trabajo es detener a los que pasan drogas, no a los que llevan regalos para sus parientes.
Les escribo antes de irme de vacaciones…
GC.
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