Lo que debía ser una noche de trámite para Cleveland se convirtió en su último "descalabro inexplicable". Liderados por los 29 puntos del novato Kon Knueppel y 25 de Brandon Miller, Charlotte forzó el tiempo extra para tumbar a uno de los gigantes del Este.
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| Foto: AP |
En la NBA, subestimar a la juventud suele ser un pecado capital, y los Cleveland Cavaliers pagaron la penitencia más cara la noche de este domingo. En un encuentro que expuso las grietas de consistencia de los de Ohio, los Charlotte Hornets defendieron su colmena con uñas y dientes para llevarse una victoria vibrante por 119-111 en tiempo extra, impulsados por una actuación consagratoria de su núcleo joven.
Si bien Brandon Miller ya es una realidad establecida en la liga, la noche perteneció a Kon Knueppel. El novato, demostrando por qué fue una de las piezas más codiciadas del Draft, jugó con la frialdad de un veterano de diez años. Knueppel finalizó con 29 puntos, asumiendo la responsabilidad ofensiva cuando el balón más quemaba. Su capacidad para encontrar el aro desde el perímetro y crear sus propios tiros fue el enigma que la defensiva de los Cavs nunca pudo descifrar, especialmente en los momentos críticos del último cuarto que forzaron la prórroga.
A la fiesta se unió Brandon Miller, quien aportó 25 puntos y fungió como el líder emocional del equipo. Cuando el partido se fue al alargue, fue la dupla Miller-Knueppel la que tomó el control. Mientras Cleveland se desmoronaba entre pérdidas de balón y tiros forzados, los Hornets ejecutaron con precisión quirúrgica, cerrando el tiempo extra con una racha que dejó sin aliento a los visitantes.
Para los Cavaliers, esta derrota (119-111) no es solo un tropiezo más; entra en la categoría de lo "inexplicable". Perder ante un equipo en reconstrucción, teniendo una plantilla diseñada para pelear el campeonato, enciende las alarmas sobre su capacidad para cerrar partidos "ganables". Los Cavs permitieron que un equipo joven ganara confianza, y cuando quisieron reaccionar en el tiempo suplementario, el ímpetu de Charlotte ya era imparable.
Esta victoria es un mensaje claro de los Hornets al resto de la liga: el futuro ha llegado a Carolina del Norte. Para Cleveland, es una noche larga de reflexión y video para entender cómo se les escapó este partido de las manos.
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