En un partido de 140-133 en el Delta Center, el Utah Jazz consiguió su segunda victoria consecutiva tras forzar la prórroga ante unos Mavericks que colapsaron en el cierre. La derrota empañó una actuación legendaria de Cooper Flagg, quien se convirtió en el jugador más joven en la historia de la NBA en anotar más de 40 puntos.
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| Foto: Reuters |
La historia del deporte está llena de noches donde la gloria individual choca de frente con la tragedia colectiva. Anoche, el Delta Center fue el escenario de una de esas paradojas crueles. Mientras Cooper Flagg, el prodigio de 18 años, reescribía los libros de récords de la NBA superando una marca de dos décadas de LeBron James, su equipo, los Dallas Mavericks, se desmoronaba en los minutos finales para caer 140-133 ante un Utah Jazz que nunca dejó de creer.
La era Flagg explota: 42 puntos para la historia Cooper Flagg llegó a Salt Lake City con la etiqueta de promesa y salió con la de realidad absoluta. Con una línea estadística monstruosa de 42 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, el novato cargó con la ofensiva de los Mavs ante la ausencia de ritmo de sus compañeros veteranos.
El momento cumbre llegó en el tercer cuarto, cuando Flagg superó la barrera de los 40 puntos. Con 18 años y 359 días (a punto de cumplir 19), Flagg destrozó el récord de LeBron James, quien ostentaba la marca como el jugador más joven en anotar 40 o más puntos en un partido (lo hizo con 19 años y 88 días en 2004). Flagg atacó el aro con una ferocidad impropia de su edad, consiguiendo 20 de sus puntos desde la línea de tiros libres, señal de que la defensa del Jazz simplemente no encontró otra forma de detenerlo que con faltas.
El colapso de Dallas y la resiliencia del Jazz A falta de tres minutos para el final del tiempo regular, los Mavericks lideraban por 9 puntos y parecían tener el control. Sin embargo, el "Jazz Basketball" resurgió de la mano de sus dos pilares. Keyonte George (37 puntos, 6 asistencias) y Lauri Markkanen (33 puntos, 16 rebotes) orquestaron un parcial furioso para cerrar la brecha.
Un triple de George en los segundos finales igualó el marcador a 129, enviando el partido al tiempo extra y haciendo estallar a la afición local.
Prórroga teñida de "Note" El tiempo extra fue un monólogo de Utah. Mientras a Cooper Flagg se le notaba el desgaste físico de haber cargado al equipo durante 42 minutos, el Jazz encontró piernas frescas. Dallas apenas pudo anotar 4 puntos en el periodo suplementario, asfixiados por la defensa de Walker Kessler y la energía de Markkanen en los tableros.
El marcador final de 140-133 sella la segunda victoria consecutiva para el Jazz, que mejora su récord a 10-15 y empieza a encontrar química en su joven núcleo. Para Dallas (10-17), es una derrota dolorosa que expone su fragilidad mental en los cierres de partido, transformando la noche histórica de su joya en una anécdota estadística.
"Es difícil celebrar un récord cuando el resultado no acompaña. Vinimos a ganar y no cerramos el juego", se le vio decir a un visiblemente frustrado Flagg al salir de la duela, demostrando que su mentalidad competitiva es tan élite como su talento.
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