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foto @celtics (X) |
El partido del miércoles por la noche en el American Airlines Center dejó a los Dallas Mavericks con una amarga derrota de 106-99 frente a los Boston Celtics, quienes ahora están a solo una victoria de asegurar su 18º título de la NBA. A pesar de la ausencia del letón Kristaps Porzingis, Boston se las arregló para imponerse y poner la serie 3-0 a su favor.
El inicio era prometedor para Dallas ya que los Mavericks comenzaron con fuerza, aprovechando la energía de su público y una rápida ofensiva. Kyrie Irving, quien no había brillado en los primeros dos juegos, emergió como una figura clave, anotando 35 puntos. Dallas llegó a tener una ventaja de hasta 13 puntos en el primer cuarto, mostrando una agresividad que parecía presagiar un cambio en la serie, pero los visitantes apretaron el paso y se quedaron a tan sólo un punto al final del primer cuarto el cual termino 30-31 con ventaja para los locales.
Los Celtics no tardaron en encontrar su ritmo. Con Jayson Tatum y Jaylen Brown como líderes, Boston igualó las acciones rápidamente. Tatum, máximo anotador del partido con 31 puntos, y Brown con 30, mantuvieron a su equipo en la contienda a pesar de las dificultades iniciales.
El partido, que hasta el medio tiempo había sido muy parejo, vio a los Celtics tomar control absoluto en el tercer cuarto. Boston llegó a extender su ventaja a 21 puntos, apoyándose en su superioridad atlética y un incansable Jrue Holiday, quien fue fundamental en defensa y en la recuperación de rebotes clave. En este cuarto los de Boston se comenzaron a separar al quedar 70 - 85 a su favor.
Los Mavericks no se dieron por vencidos y, con una arremetida final, lograron reducir la diferencia a solo un punto (93-92) a falta de poco más de tres minutos para el final. La expulsión de Luka Doncic, quien acumuló seis faltas personales, fue un golpe devastador para Dallas. Doncic, que terminó con 27 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias, tuvo que abandonar el juego en un momento crítico, dejando a su equipo sin su estrella en los minutos decisivos.
El triunfo de los Celtics coloca al equipo de Massachusetts en una posición envidiable, con la posibilidad de sellar la serie y coronarse campeones este viernes. La victoria no solo los acerca a su primer título desde 2008, sino que también les permitiría superar a los Lakers como la franquicia más ganadora de la NBA.
Para los Mavericks, el desafío es mayúsculo. Necesitan ganar los próximos cuatro partidos para evitar la eliminación, una hazaña que ningún equipo ha logrado en la historia de los playoffs de la NBA. La esperanza de Dallas reside en encontrar nuevamente la chispa que los hizo competitivos y mantener la intensidad durante los 48 minutos de juego.
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