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| Foto: ATPWorldTour twitter |
Cada día más fino, más imponente y con una raqueta cada vez más calibrada, se trata de Roger Federer quien ha maravillado este sábado en el estadio Arthur Ashe para inscribir su nombre en los octavos de final del Abierto de los Estados Unidos luego de impartir clase ante el australiano Nick Kyrgios, a quien doblegó por 6-4, 6-1 y 7-5, un choque donde el genio volvió a aparecer para maravillar con su tenis durante una hora y 44 minutos de juego.
En la previa se anticipaba con un partido peligroso para el cinco veces ganador de este torneo, pero fue tan preciso y tan puntual en los momentos más claves que ni el propio Kyrgios pudo hacer gala de su explosivo carácter, un oceánico que trató pero que no pudo frenar al suizo.
El encuentro comenzó con un imponente ritmo, vertiginosa velocidad que imponía el oriundo de Canberra ante un Federer que había comenzado algo errático enganchando algunas pelotas y con alguna molestia interna para despertar y hacer los ajustes necesarios.
Kyrgios había llegado para brillar con luz propia también y hacía gala de su potencia y talento, pero no pudo concretar en el primer momento clave del choque cuando en el 3-3 estuvo con tres oportunidades de quebrar el saque del segundo cabeza de serie.
Federer escapó a cuatro puntos de quiebre en ese decisivo séptimo juego y se fortaleció tras escapar del abismo.
Cambió el ritmo, vario los efectos y consiguió premio el actual número dos del mundo que fue altamente productivo ya que solo consiguió cinco puntos con el saque del australiano, pero quebró en el momento indicado con un exquisito slice que atravesó el aire de Nueva York para romper el saque de su rival.
En 36 minutos Federer apretaba el puño, sabía que había dado el primer golpe a Nicholas.
Molesto, lamentándose por no poder aprovechar la gran chance que tuvo, Kyrgios se diluyó en peleas con su equipo de trabajo y con él mismo, mientras el suizo bailaba sobre las puntas de sus pies, recibiendo aplausos por cada truco de magia que salía de su raqueta.
Se dedicó a lo suyo, quebró a la primera oportunidad que tuvo y sumó cinco juegos más al hilo, total de siete, para tomar una distancia incontestable, una manga que lo vio regalar el mejor punto del duelo y del torneo al pasar una pelota corta por un lado de la red.
El estadio, el público y el propio Kyrgios aplaudían y reían maravillados, tratando de asimilar lo que el derecho de 37 años había hecho pocos instantes atrás.
En 61 minutos Federer tomaba ventaja de 6-4 y 6-1.
En el tercer parcial Kyrgios se dedicó a jugar de nuevo, había que disfrutarr uno de los escenarios más históricos del deporte blanco, no todos los días se juega en esa cancha ante uno de los mejores de la historia.
La paridad se mantuvo hasta el undécimo juego y cuando parecía que Nick firmaba el 6-5, Federer resurgió para romper una vez más y sellar su boleto a la ronda de los 16 mejores donde se medirá al australiano John Millman.
Fuente: Tennis World USA
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