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Foto: ATPWorldTour twitter |
Comenzó como una gran batalla, de esas épicas que marcarían nuevamente la historia del deporte blanco con Rafael Nadal y Juan Martín Del Potro como los grandes protagonistas de un décimo séptimo capítulo entre ellos, un compromiso que no pudo ser concluído debido a las molestias en la rodilla derecha del número uno del mundo, quien vio mermado notablemente su rendimiento cuando se batallaba en el primer set.
Con orgullo, garra y coraje, el campeón defensor jugó con todo lo que pudo, pero del otro lado estaba firme una Torre de Tandil que no desaprovecharía la oportunidades de jugar nuevamente la final de su querido torneo.
Juan Martín Del Potro avanzó cuando la pizarra estaba 7-6 y 6-2 tras dos horas de partido.
El inicio fue el mejor, con ambos dejando muestras de lo que sería el partido, mostrando sus armas en dos primeros juegos que fueron a máxima revolución.
Uno buscando el revés de su rival, el otro buscando los espacios, pero ambos dejando en evidencia sus ganas y su potencia. El primer golpe lo dio Delpo, pero Nadal respondiá de inmediato, era la lucha entre dos pesos pesados.
La igualdad se mantuvo hasta el noveno juego cuando Juan Martín quebró de nuevo, lo hizo en el inicio del compromiso, y tuvo punto para set cuando sacó 40-30 en 5-4, pero Rafa fue Rafa y escapó del abismo.
No pudo aprovechar una segunda oportunidad y el 5-5 subió al marcador con el contraquiebre del zurdo de 32 años, una manga que se iría al desempate y donde el orgullo de Tandil sacaría ventaja temprano para quedarse con el primer set por 7-3 tras una hora y 19 minutos de juego.
Juan Martín había notado algo, había mirado de reojo a un Rafa no se movía como de costumbre, la rodilla derecha ya había sido atendida y una imagen impactó al mundo: Nadal estrellaba una de sus queridas botellas en la rodilla.
Algo malo estaba pasando. Del Potro se dedicó a lo suyo, a buscar los espacios, a mover a su adversario y tras el 2-1 del argentino, el español volvió a ser atendido en el cambio de lado. La cara daba malas señales.
El número tres del mundo quebró, sabía que tenía que dar la estocada final para aplacar a un jugador que nunca baja los brazos, un segundo parcial que cerró el jugador con más triunfos en cemento en el 2018.
Dos horas de juego y tras charlar con el fisioterapeuta, Nadal tomaba la decisión de retirarse para cuidar su físico, un jugador que luchó con todo lo que pudo y salió a la cancha con gallardía para buscar la victoria, dos atletas que se encontraron en la red al concluir el duelo, ese que lleva a Juan Martín Del Potro a su segunda final del Abierto de los Estados Unidos, donde espera al ganador del encuentro entre Novak Djokovic y Kei Nishikori.
El sueño de ser campeón está mas vivo que nunca para el monarca del 2009, una Torre de Tandil que se eleva en la ciudad de los rascacielos. .
Fuente: Tennis World USA
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