“Se acerca el final…”



El fútbol puede ser un juego espectacular, generoso y divertido, pero también  puede ser aburrido y calculador. 
¿De quién depende? De los equipos protagonistas, sus entrenadores, sus estrellas, los aficionados y si se necesita un resultado para seguir en la competencia.

En el Partido de ayer en el Estadio de San Petersburgo entre Francia y Bélgica, se sentía el ambiente pesado desde que llegamos. 
Los nervios de jugadores y aficionados, generaban un ambiente casi eléctrico por la importancia del juego.
Los jugadores se mostraban duros, nerviosos, lentos. 
Un gol de cabeza decidió todo. 
Luego, los dos lados de la moneda: Francia aguantando el resultado, y Bélgica jugándosela con todo. 
Cuando se pitó el final, la explosión y el alivio de parte de los franceses y el dolor y la desilusión de parte de los belgas…

Al salir del estadio Sabrina se perdió en la muchedumbre. 
Traté de recordar donde habíamos dejamos el  coche estacionado, y de pronto me sentí observado.
Enseguida volteé, y sólo vi un grupo de franceses borrachos cantando La Marsellesa. 
Crucé el puente peatonal, y entré al área de estacionamiento, y me di cuenta que andaba totalmente perdido. 

De pronto alguien tomó mi brazo y me habló en ruso. 
Un escalofrío me recorrió la espalda. El ruso volvió a hablar. No entendía nada.
-Le está preguntando, ¿si está bien?… – dijo alguien en español.
-¿Qué? -Respondí . 
Vi a un hombre flaco y orejón que se acercaba.
-Le está preguntando ¿si está bien?… Parece algo perdido –dijo con acento caribeño.
-Es que estoy perdido… 
El orejón le tradujo algo al ruso.
-¿A dónde va?
-Al hotel Troyka, cerca de la Plaza Roja…
-¡Ah va hacía el centro! Nosotros también… Si gusta lo llevamos.
Por un Segundo lo dude, pero la posibilidad de quedarme allí solo, sin hablar ruso y entre tanto borracho, hizo que tomara la decisión.
-¿Seguro no los desvío?
-No, además es usted un turista y es nuestro deber ayudarlo.
-Gracias –respondí. 
Y los seguí hasta donde tenían estacionada la camioneta. 
El ruso manejaba, yo en el asiento del copiloto y el orejón en el asiento de atrás.
Salimos más rápido de lo que yo pensaba. 
La camioneta entró en una vía rápida y media hora después, salimos de la carretera, y entramos en un camino rodeado de bosques.
-¿Oigan están seguros de que el centro es por acá?
-No se preocupe respondió el orejón, Igor es un experto en atajos.
La camioneta volvió a girar y entró en un camino de tierra, y un par de kilómetros más tarde paró frente a una casa de campo que parecía abandonada.
-Baje- Ordenó el orejón.
-Oiga este no es mi hotel- Protesté.
-Pero será lo último que vea, si no sigue mis ordenes. 

Bajé y el ruso me tomó de la parte de atrás del cuello y empujó indicándome la dirección para donde caminar. 
Paró frente a un granero donde esperaban tres hombres. 
Cuando nos vieron llegar, le quitaron el abrigo a uno de ellos, hicieron que se arrodillara y le dispararon en la cabeza. 
Cuando vi los fragmentos de sesos en de mis zapatos, vomité y me desmayé.

Cuando desperté estaba en mi cama del hotel, me encontré con una nota en la mesita de noche, que decía: 
“Esperamos que este disfrutando su estancia en la Madre Rusia. 
Háganos saber si Usted necesita algo, estamos atentos a sus deseos y comentarios”…

Recordé la noche anterior y vomité otra vez.
Observe mis zapatos y estaban limpios… ¿Lo habría soñado?


………………………………..


Hoy estoy en el estadio Luzhniki, en Moscú. 
Vine con Sabrina y lo primero que me sorprendió al entrar, es que nos formaron en una línea especial de revisión, luego nos pasaron a un elevador y salimos a la zona de palcos. Pensé que estábamos en la zona equivocada, pero Sabrina con los boletos en mano, los mostró a un hombre de seguridad y le abrió la puerta de la suite 1207, justo abajo de la zona de presa, de aquí podía ver el espacio 208 desde donde transmite mi cuate Sammy Sadovsky de Telemundo. 

Se acercó un militar y preguntó: 
-¿Cómo lo están tratando en Rusia? 
Cuando iba a contestar, apareció el orejón, vestido con uniforme del ejército cubano.
-Muy bien… General –Contesté.
-Mayor -Me corrigió…
-Sabrina… ¿Todavía no le has enseñado a reconocer los rangos militares? –Preguntó el General mientras entraba como por su casa.
-¡Daddy! -Gritó Sabrina abrazándolo.
Todos los militares se cuadraron he hicieron un saludo militar y de pronto parecían incómodos, ante la presencia sorpresiva de su superior.

El General salió a la zona abierta al estadio, se sentó, y llamó a su hija para que lo acompañase. 
Los otros militares desaparecieron como si tuviesen un cuete en el trasero, y sólo quedaron dos meseros y una edecán. 
Me senté en un banco, ordené un vodka con hielos, y abrí la computadora para revisar las estadísticas del juego.


Inglaterra-Croacia… (Breve Resumen)
Los ingleses anotan muy rápido en jugada de pelota parada, y luego desarrollan un juego aburrido, especulativo, controlador. Croacia pone las ganas y el juego, sus rivales esperan sorprender en contraataque. 
Segundo tiempo, más de lo mismo. Croacia anota y empiezan el verdadero partido, los nervios y el cansancio a tope. 
Tiempos extras. 
El que cometa el primer error pierde. Ese es Inglaterra. 
Croacia pasa a la final con Francia. 
Merecido.


Al término del juego, cerré la computadora, estiré la piernas y vi que Sabrina subía los escalones rumbo a la suite. 
Lo que no me había dado cuenta, es que el General estaba a mi lado, y de pronto comenzó a echarse un rollo en ruso. No sé porque parecía estar hablando con un soldado idiota. Cuando terminó de gritar, me dio dos besos y salió tirando la puerta.

Me encontré con la cara sonriente de Sabrina y le pregunté:
-¿Y tu de que te ríes?
-De ti… te veías muy tierno, cuando el General te gritaba…
-¿Y qué dijo?
-Que te pudo sacar del lío por sus contactos, pero que si se te ocurre hablar mal de nosotros otra vez, va a dejar que te den una lección… 
Y que quede claro que no lo hizo por ti…
-¿Qué?
-…Que lo hizo por mi…
-¿Por ti? ¿Por qué?
- Por que le dije que estaba enamorada de ti, y que nos íbamos a casar…
-¡¿Qué?!!
-Dijo que si no me haces feliz, él personalmente te mata…

Sabrina mi asistente-traductora sonreía como si hubiese hecho una travesura. Primero pensé que era una broma, luego pensé que con un General amigo del camarada Presidente, no se hacen ese tipo de bromas.

A la salida del estadio, me topé con el orejón con uniforme cubano, parecía estar esperándome.
-Oye chico, quiero pedirte unas disculpas –dijo en voz baja- no fue personal, espero que no haya rencores… Ya me dijeron que eres familia del General…
Apreté el paso hasta el coche.
Esa frase se me quedó en la cabeza: 
“Ya me dijeron que eres familia de General”…

De pronto Sabrina que definitivamente se había vuelto loca, me dijo al oído:
-¿Quieres que me quede contigo en el hotel… mi amor?
-¿Estas loca? ¡¿Quieres que tu padre me mande matar?!
-Ya eres como de la familia…
-¡No! Tengo que trabajar un encargo de Don Rubeleone…
Sólo así me dejó tranquilo… 

No se vaya a entender mal ésta situación. Sabrina es la mujer más guapa que he conocido, pero nunca le he insinuado que me gusta. 
Menos que me quiero casar. Con ella o con alguna otra. 
Entiendo que soy irresistible, pero no por eso las viejas, tienen que actuar como grupis. 
Mañana decidí tomarme el día libre, y aviso que voy a desconectar el teléfono celular.

El domingo es la final y no veo las horas de regresar a casa, si no me pegan un tiro antes…


El Demoño.




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