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Foto: rolandgarros twitter |
La capacidad de reseteo es clave en un tenista de élite. Todo lo malo que haya podido ocurrir previamente a una gran cita no ha de influir en el devenir de la misma. Con esta máxima se presenta Garbiñe Muguruza en cada Grand Slam; posee dos en sus vitrinas en los que no había rendido a gran nivel en los torneos preparatorios, y la falta de confianza con la que parece haber llegado a Roland Garros 2018 se ha diluido con la potencia y precisión de sus golpes en una primera ronda muy comprometida, ante toda una campeona del torneo como Svetlana Kuznetsova.
Su mirada se torna fiera, demuestra una intensidad mucho mayor en pista y una capacidad notable para seleccionar los golpes adecuados en cada momento. Si Garbiñe es capaz de aunar estos tres factores resulta una jugadora prácticamente inabordable, y suele hacerlo con mayor recurrencia cuanto más importante sea la cita. Empezar el torneo viéndose exigida puede ser el mejor impulso para que la española vuelva a confiar en sí misma y ser consciente de que es una de las principales candidatas al título.
Así lo hizo en un primer set repleto de alternativas en el marcador, donde Muguruza se lanzaba al ataque a la mínima posibilidad, ganaba pista y subía con recurrencia a la red. Hasta 18 escaramuzas tuvo la española en la volea, uno de sus puntos con más margen de mejora. Kuznetsova tiró de garra y experiencia para aferrarse al partido antes de que la lluvia hiciera acto de presencia con el 5-5.
Tras un parón de una hora, Garbiñe saltó a pista muy inspirada y cerró la primera manga con un tiebreak sencillamente impoluto. En el segundo parcial dio la sensación de Sveta estaba muy cerca de desconectarse del partido pero tuvo la capacidad de salvar numerosas bolas de break en contra en los primeros juegos. Finalmente, la lógica se impuso ante la perseverancia de una Muguruza con una magnífica actitud durante todo el encuentro así como bien apoyada en sus piernas y con buena capacidad de aceleración.
Voló sobre la pista cuando se vio por delante en el marcador y cerró el encuentro con una gran solidez y un marcador de 7-6 (0) 6-2. Garbiñe Muguruza se relame ante la posibilidad de redimirse de todos los sinsabores vividos los últimos meses, con una actuación memorable en el lugar donde reinó por primera vez. Roland Garros 2018 puede ser el escenario ideal para que la española imponga su ley y vuelva a inspirar terror a todas sus rivales. Su siguient contrincante será Fiona Ferro.
Fuente: Punto de Break
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