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Foto: Henk Koster |
El duelo más esperado por todos en la final de Rotterdam llegó. Dos de los mejores tenistas de la actualidad se medían mano a mano con el Ahoy de Rotterdam como escenario. La final que enfrentaba a Grigor Dimitrov y Roger Federer reunía todos los condicionantes para ser uno de los partidos del año. El actual dominador del circuito se medía a uno de los pocos jugadores que le podrían plantar cara sobre una cancha de tenis, lo que hacía presagiar un encuentro muy igualado, que al final no lo fue, y que demostró que el de Basilea está en estos momentos un par de escalones por encima del resto de rivales.
Roger Federer comenzó el encuentro de manera intratable, practicando un tenis estratosférico y convirtiéndose en todo un vendaval ante el que nada pudo hacer Grigor Dimitrov. El primer juego al saque de Roger fue ganado en blanco, gracias a su excelente servicio, un ace y un passing de revés dando muestras de que el nivel del helvético fue superior en este inicio de partido. La velocidad y la profunidad de los golpes, sumados a la solidez desde el fondo de la pista fueron un obstáculo insuperable para el búlgaro, que cedió su primer juego al saque y se vio con un 4-2 abajo.
Grigor Dimitrov reaccionó un poco ganando algún punto de gran calibre, pero la diferencia entre ambos jugadores eran demasiado notable, pues el suizo estaba realizando un tenis impecable, de número uno del mundo. Roger Federer siguió sumando juegos con su servicio y, con ello, minando la moral de un Grigor Dimitrov que comenzó a mostrarse muy impotente sobre la pista, cometiendo numerosos errores no forzados que terminaron provocando el segundo break a favor del suizo, que establecía un contundente 5-2 en el marcador que sería cerrado al juego siguiente con su servicio (6-2).
Parecía imposible encontrar una palabra para poder calificar el nivel tenístico de Roger, que estaba arrollando a todo un Grigor Dimitrov. También era imposible mantener ese juego durante el segundo set, pero el helvético demostró una vez más por qué domina con tanta autoridad el circuito y continuó practicando un tenis intratable. El suizo al primer juego al servicio ya había conseguido romper el servicio de su rival e ir por arriba en el marcador durante todo el set.
Pero Federer no se conformó con esta ventaja, y con 3-1 a su favor, volvió a romper el servicio de su rival gracias a sus golpes ganadores y a los errores no forzados de Dimitrov, un break que consolidó sin demasiados problemas para, abrir una brecha que sería prácticamente definitiva para el devenir del encuentro. El martillo pilón del suizo estableció el 6-2 en el marcador en apenas una hora de partido.
Se trata de esta manera del segundo título del año para Roger Federer, tras el conseguido el mes pasado en Melbourne, y dejando claro una vez más que es el máximo dominador del circuito en estos momentos.
Fuente: Punto de Break
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