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Foto: ATPWorldTour twitter |
Solo podía ganar uno y ese fue Rafael Nadal. El próximo número 1 del mundo cerró su segunda victoria en Cincinnati al terminar con la aventura de Albert Ramos (7-6, 6-2) en un bonito duelo entre españoles con un mensaje muy especial para lo sucedido ayer en su hogar. Un examen que en el balear superó con nota pero que no será el último de este viernes. Dentro de unas horas, en esta misma pista pero con un rival diferente, el pupilo de Francis Roig buscará dar el segundo golpe para avanzar hasta las semifinales del séptimo Masters 1000 de la temporada. Esperemos que no le falten las fuerzas.
Dos de los mejores jugadores del circuito en pista, ambos españoles y, sin embargo, ninguno de los era hoy protagonista. En sus camisetas, tanto en la Nike como en la Joma, un crespón negro resaltaba en honora las víctimas del atentado terrorista de Barcelona. Seguro que hoy ninguno tenía ganas de salir a pista a competir, sobre todo Albert, nacido en la ciudad condal, pero ni el deporte ni la vida espera por este tipo de acontecimientos. Hoy, el mejor homenaje posible, era seguir con el guión previsto y salir ahí a fuera a jugar su mejor tenis.
Lo cierto es que, pese al posible bloqueo que ambos podían tener debido a los sucesos en España, el primer set fue bastante parejo, con muchas oportunidades en ambos bandos y, en líneas generales, un alto nivel competitivo que solamente se pudo resolver en el tiebreak. Nadie dio su brazo a torcer hasta que en el desempate hubo un jugador que se hizo grande y el otro pequeño. Creció Nadal hasta tal punto que solo se dejó un punto en el epílogo del primer parcial, contundente y con la velocidad adecuada para encarrilar el encuentro. Ya sabía el de Manacor que esta madrugada le esperaba un segundo baile en la Central, con Nick Kyrgios ya esperando en el hotel.
Podía haber sido el segundo set igual de equilibrado que el inicial, pero Nadal no quería alargar más aquel combate. Salió más agresivo todavía, al mismo tiempo que a Albert se le vio algo encogido después de un tiebreak aciago para él. Doble break y a vestuarios, a descansar para en unas horas regresar al ring ante un hombre que viene encendido y que ya sabe lo que es ganarle. Pero antes de este duelo hispano-australiano no se pierdan un Thiem-Ferrer que también pinta a caviar puro. Pase lo que pase, nos espera una madrugada entretenida.
Fuente: Punto de Break
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