Chanchullo Peruano…




“Chanchullo Peruano…”
Escrito por el Gordo cebollas.

Estaba viendo los previos del juego de México con Venezuela por Univisión, cuando presentaron una entrevista con el nuevo presidente electo del Perú, y le preguntaron sobre el gol del partido Perú-Brasil de la copa América:

-¿Fue gol o no?- preguntó el periodista colombiano.
-Le pegó en el hígado y echó la mano para atrás… ¡fue un gol legal! –afirmó con una sonrisa triunfalista, el flamante presidente.

¡Dios mío! pensé yo preocupado, si esa es su primera declaración diciendo una mentira del tamaño del estadio y con decenas de cámaras; imagínense lo que va a suceder durante su gobierno, cuando esté a puertas cerradas y sin cámaras grabando. 

El gol que anotó Perú a Brasil en la copa América dicen que provocó la polémica y las apasionadas discusiones entre los aficionados… ¿Es que nos volvimos idiotas? 
¡Todos vimos la mano, no hay polémica, ni discusión posible!

El deporte quiero creer que era un deporte de caballeros, un juego donde se divertían los amigos respetando las reglas.

Luego con la profesionalización del deporte la competencia cambio, porque los campeonatos significan más exposición y más billete.

Es allí donde entra el directivo mafioso, el agente truculento, el jugador sucio y todas las demás cucarachas, que hacen del fútbol un negocio sucio, desleal, tramposo.

Pero el principal problema somos nosotros: los espectadores, que nos dejó de importar como se gana, mientras nuestro equipo cargue la copa. A Golpes, con juego sucio, con trampas, con billete, con amenazas, como sea pero hay que ganar.

Recuerdo hace unos meses fui a ver un juego del hijo del Ingeniero Cacho. El niño recibió un pase y corrió como ratero y metió un gol que los hacía pasar a las semifinales de la división infantil. 

El árbitro marcó el gol, y vimos cómo el niño se acercaba al árbitro, y después de intercambiar unas palabras, el árbitro anuló el gol. 

Y el equipo rival ganó el juego y pasó a la siguiente ronda.
El entrenador enojado le pregunto al niño que le había dicho al árbitro:
-Le dije que lo sentía, pero que yo estaba en posición adelantada. Que no era gol.

El héroe de esta historia, perdió el juego. Sus amigos le dejaron de hablar. Sus rivales ni lo agradecieron y hasta su propio entrenador se le escuchó decir cuando se iba:
-¡Niño pendejo!

En  lugar de recibir felicitaciones y reconocimiento por su honradez, pasó a ser el villano de la historia. ¿Qué creen que pase cuando esto le vuelva a ocurrir en su vida?
¿No somos nosotros, los que hicimos famosa la mano de Dios, que le dio fama y fortuna al delincuente de Maradona? ¿O le festejamos las mordidas a Luis Suárez durante el mundial de Brasil? ¿O dejamos que Messi no vaya a la cárcel, porque dijo que no sabía lo que firmaba? ¿O le seguimos pidiendo autógrafos a jugadores de comportamiento dudoso, y en algunos casos, hasta criminal?

Les juro que no exagero.

Por eso cuando el jugador peruano metió la mano para empujar la pelota, fue con toda la intención de engañar al árbitro, y honestamente quiero creer que el árbitro no la vio, porque se hizo bolas solito. 

Pero el colmo del cinismo fue ver a los jugadores peruanos reclamando airadamente por el gol, y aprovechando el momento de confusión para presionar al árbitro que andaba perdido…

El gol fue dado como bueno, Brasil quedó eliminado. Y Perú pasará a la historia por haber ganado hacienda trampa. ¿No es triste decir eso de un seleccionado nacional?

Porque cuando hablemos de este partido se hará referencia a todo un país, diremos: El Perú hizo trampa…

Bueno ni que decir de su presidente electo, que en un acto de nacionalismo decretó que el gol era bueno, en lugar de disculpar a los deshonestos de sus jugadores.

Un jugador tramposo, una selección chafa, un presidente mentiroso, y un futuro incierto.

En mi pueblo dicen que cada país tiene lo que se merece…

GC

PD: El Zapatos leyó la columna y me dijo que estaba loco si publicaba esta columna. Que era ofensiva en contra de los peruanos, que nunca podríamos regresar a comer cebiche en el restaurant de Chios, sin peligro de linchamiento.

Yo tengo muchos amigos peruanos. Y les aseguro que no es mi intención generalizar que todos los peruanos son tramposos, pícaros, charlatanes y aventajados; también los hay trabajadores, honrados y decentes. Pocos pero los hay…




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