“La música de viento… y las Golondrinas.”



“La música de viento… y las Golondrinas.”
Escrito por el Gordo Cebollas.

En el fútbol como en la vida, no siempre ganan los mejores. 
Acabo de terminar de ver el partido del Barcelona contra el Atlético de Madrid y terminé encabronado. ¿Por qué se preguntará el lector? Pues si no vio el partido le digo que el juego planteado por el Cholo Simeone entrenador del Atlético fue marrullero, pichicato, trabado, brusco, defensivo, y lo que consiguió con eso fue un espectáculo futbolístico malo, pero al final el resultado le da la razón y pasó a la siguiente ronda. 

El Barcelona también tuvo lo suyo, la exagerada posesión del balón y la pasividad del primer tiempo les costó caro. Sabían que con el empate pasaban y se la llevaron calmada hasta que les anotaron un gol. Desde ese momento los madrileños se pusieron a defender su portería y a desesperar al rival. 

El argentino Simeone ha conseguido resultados importantes en los últimos años, pero yo insisto que su estilo no me gusta. Prefiero el juego abierto, con goles, donde se luzcan los jugadores no solamente por sus habilidades sino por su inteligencia, pero en una sociedad donde los resultados son lo importantes, ya no cuenta el espectáculo y los que salimos perdiendo somos los espectadores.

Cholo la porra te saluda: Fiiiiiii… Fiiiiii….Fiiiiiii….Fiiiii-Fiiiii…

Ya casi se me olvidaba hoy también es el último juego de Kobe Bryant con los Lakers en la ciudad, y el boleto más barato (hasta el techo) está en 1,350 dólares, y el más caro está como en 27,000 dólares (sin estacionamiento). 

¿Por qué menciono los precios? Porque cuando lo ves así, uno se da cuenta de lo exagerado de las expectativas que crean los deportes. 

Que Kobe se vaya o que el Barcelona pierda, no es importante, pero los medios de comunicación, los equipos, las ligas, las ciudades sede inflan cada uno de estos eventos para sacar la máxima ganancia de ellos.

Kobe fue un jugador excepcional, nos dio varios campeonatos y fue la imagen del equipo; pero no nos olvidemos que su enorme ego causó problemas durante años con sus compañeros y  entrenadores; La bronca pública que tuvo con Shaq y que lo obligó a salir del equipo; y el escándalo sexual que en su tiempo le costó mucho dinero al perder patrocinios. Además de que las últimas tres temporadas se las pasó lesionado cobrando millones en la banca.

El mal sabor de boca que dejó a su paso por su egoísmo y su malaleche tienen un alto costo en un equipo que se volvió kobedependiente y ahora tendrá que reconstruirse con un par de hermanos-ejecutivos que no le llegan ni a los talones a su padre, el difunto dueño de los Lakers.

Los deportes como las telenovelas, nos hacen ver vidas que nos gustaría tener; historias que nos gustarían vivir, logros con los que algún día soñamos. 

Lo que no dejan ver es que los jugadores geniales, como las estrellas de cine, y los actores de novelas son seres humanos imperfectos, temerosos, envidiosos, inseguros y mediocres. Y esa parte oscura y oculta de los reflectores del éxito, es la parte con la que tendrán que vivir el resto de sus vidas… 
Pero eso es su problema…


GC.


PD: Por esa razón decidí ir los viernes por la tarde a ver los juegos de béisbol de los niños en el parque del barrio. No cuesta ni un centavo, son juegos emocionantes y el Zapatos y yo ya estamos organizando un sistema de apuestas para hacerlos más interesantes… Luego les aviso.




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