Zica Olímpica


“Zica Olímpica”
Escrito por el Gordo Cebollas.

Ayer por la tarde me tocó trabajar doble turno en el supermercado Vallarta, como es fin de mes todas la viejas gordas vienen abastecerse para la despensa de los siguientes quince días. Es muy chistoso cuando ves a los matrimonios de compras y los maridos ponen en el carrito cervezas, papitas, chicharrones, un tequila; y las mujeres: verduras, frutas, pollo, frijoles y detergentes. El changarro estuvo lleno a reventar todo el día y yo lo único que quería era llegar a casa a ver el fútbol y tomarme una chela. 

Imaginen mi sorpresa cuando llegué a casa y me encontré a la gorda de mi vieja con la pesada de Clotilde mi hermana y el idiota de mi sobrino. Ellas platicando muy a gusto sentadas en mi sillón favorito, y Tobías viendo “Dora la Exploradora” en mi televisión. 

Gracias a Dios me contuve de decir lo que estaba pensando, y pasé directamente a la cocina, de dónde provenía un olor a guisado que me abrió el apetito.
-Gordo no toques nada en la cocina, la cena está lista en una hora…-Dijo la Ruperta.
-Pero yo tengo hambre…
-Pos te aguantas para comer todos juntos…
-Yo no he comido en todo el día…
-Así era desde chiquito… bien llorón, y tu que lo consientes… -comentó mi hermana.
-Tu no te metas vieja bruja- le dije a la Clotilde…
-Mamá mi tío te dijo bruja… Uuuuuu…
-Te das cuenta como me trata, yo que fui como su madre… -Y se echó a llorar, mientras Tobías me miraba con cara de odio…

Iba a decir algo más pero preferí irme a mi cuarto y tomar una siesta de una hora en lo que estaba la cena.

Entré en mi recámara y el pinche Tobías se vino detrás de mi como perro faldero…
-¿Tío Gordo, sabes que las arañas del amazonas pueden pesar hasta medio kilo?
-Si sé y si no te largas suelto a la que tengo debajo de la cama que le gusta cenar niños orejones como tú…

Tobías salió gritando y llorando de la habitación, como si lo persiguiera un león africano… 
-¡Que le haces a mi angelito!- Dijo Clotilde desde la sala.

Al rato los gritos se calmaron, y el cerdito se puso a ver a Bob esponja, mientras las viejas seguían en el lavadero…
-Hoy en las noticias Jorge Ramos dijo que la enfermedad esa del Zica está causando que los niños nazcan con la cabeza chiquita…
-Y lo peor es que la enfermedad está en los mosquitos- replicó la bruta de mi hermana…
-Y como le vamos hacer si llegan volando para acá…-Dijo la Ruperta con voz de preocupación.
-Yo ya no pienso tener hijos…

Yo respiré aliviado porque con un sobrino idiota era suficiente.
-No me quiero imaginar lo preocupadas que han de estar las mujeres en Brasil, que es donde se han dado la mayor cantidad de casos…
-Es que las brasileiras tienen fama de que les gustan los piquetes -Dijo la babosa de mi hermana.
-Como serás de vieja cochina… Pero esa cosa no es chiste… pobres madres y pobres niños…

Yo cerré la puerta de mi cuarto, para dejar de escucharlas pero el asunto de los mosquitos y de los niños se me quedó dando vueltas en la cabeza, mientras me quedé dormido…

Me sentía preocupado, agobiado, responsable por tener esa información y sentí la enorme necesidad de hacérsela saber a todo el mundo… hablé al consulado para pedir una cita para hablar de la enfermedad de los mosquitos, me tiraron de a loco. Hablé a las oficinas de relaciones exteriores de México, una señorita muy amable me colgó el teléfono. Luego marqué al Comité Olímpico Mexicano, y me atendió un señor con hueva, me dejo hablar y cuando terminé me sugirió que buscara la ayuda de un sicólogo. En mi desesperación hable a varios periódicos y cuando les explicaba mi preocupación me dejaban en línea de espera por horas; luego se me ocurrió hablar a los noticieros, en Telemundo me contestaron en inglés y me dijeron que no entendían español. 
-No es el noticiero en español -pregunté yo.
-Yes, but we don’t speak spanish… sorry.
-¡Páseme con alguien que hable español! -dije yo irritado. 

Me pasaron con la señora de la limpieza, que pensó que me estaba quejando que en el edificio había mosquitos, y me colgó para ir a revisar los baños. 

Esto ya parecía un capítulo de Misión Imposible… al final se me ocurrió hablarle al héroe de mi mujer, y reconozco que siento algo de celos cuando lo veo por la televisión: tan seguro de si mismo, tan guapote, tan bien vestido, cuando mi vieja ve las noticias se derrite al verlo, ojalá fueses como él... me dijo un día.

Marqué a la oficina de Jorge Ramos y me contestó él en persona, muy correcto, muy educado escuchó lo que le dije y me pidió que por favor le repitiera la historia a su productor y dejara mis datos…
 -Y no se olvide de vernos en “Al punto” todos los domingos a las diez…
 y finalmente me dio las gracias y me pasó a su productor… el productor era un joven con acento cubano que me escuchó, y hacía pausas y repetía lo que yo decía como si tomara notas, preguntó por mis datos y me dio las gracias. Pero el idiota no se dio cuenta que no había colgado, y cuando alguien le preguntó con quién hablaba, contesto: 
-Con uno de esos idiotas que le hablan a Jorge para quejarse que el chupacabras esta en su jardín comiéndose a su gato… 

Me enojé tanto que me puse una chamarra con la intención de ir al edificio de Univisión para quejarme del productor, y que Jorge Ramos supiera la clase de gente que trabajaban para él. Antes de salir me miré al espejo y grité de terror al verme, era como si los indios del amazonas hubiesen reducido mi cabeza… 

En ese momento me desperté de la pesadilla.
-¡La comida ya esta lista!- gritó mi vieja desde la cocina…

Yo me acerqué con miedo al espejo para ver el tamaño de mi cabeza y estaba normal, no era un sex-simbol como Jorge Ramos pero para mi edad no estaba nada mal…

Me quedé pensando en lo peligroso que es que miles de turistas de todas partes del globo, sin contar con cientos de atletas de alto nivel viajen a Rio de Janeiro, uno de los centros más activos de la infección. Que todos estén en la competencia y en la fiesta en los estadios y playas por treinta días y luego regresen a sus países muchos de ellos contagiados con el virus del Zica, y con el peligro de crear una pandemia mundial… ¿Seré yo el único paranoico en pensar en eso? ¿Qué, las autoridades sanitarias no se les ha ocurrido que es una mala idea las aglomeraciones de gente? ¿No les importa? ¿O es que los intereses económicos son tan grandes que no les permite pensar en la cancelación de unas Olimpiadas…?

Durante la cena no comí nada, había perdido el apetito, lo bueno es que empezó la novela de “Pasión y Poder” con el Colunga de villano, y entre golpes, celos y arrimones se me olvidaron los mosquitos y me volvió a dar hambre…


GC

PD: Aclaro que a mi no me gustan las novelas, pero por complacer a mi vieja a veces me siento a verlas con ella. Solo porque soy un marido comprensivo.


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