Las Chivas una película de terror

Por el Artillero

¡Gulp!

¿Habráse visto, oído, escuchado, mentado, dicho, lo que ayer se dijo?

Hasta parece una película de terror, sin ofender al miedo.

Dijo Vergara, el dueño de las Chivas: creo en el proyecto de Almeyda y tiene mi apoyo. Palabras más o palabras menos, así se expresó después de asistir al campo de entrenamiento del Guadalajara.

Bueno, hasta algunos jugadores dicen que se sienten en deuda con Almeyda porque no han jugado bien.

Y entonces yo digo: ¿Habráse visto, oído, escuchado, mentado, dicho lo que ayer se dijo? 

Pues bien, estas expresiones retratan de cuerpo entero lo que sucede en el chiverío. Pintan la situación tal cual, con un descontrol que raya en lo ridículo, en lo patético, en lo más incongruente que se pueda pensar.

A mis tres lectores, (mis hijos y mi sobrino, porque ni yo me leo), perdón por insistir tanto en el tema, pero es que el once tapatío no merece lo que le sucede.

Y alguien me dijo: ¡Claro que lo merece!

Con ese dueño y ese entrenador se merece eso y más.

Y yo le contesté, no la chi…fles que es cantada, no la arruines ni lo hagas más ruin, ya con el dolor de hacer el ridículo semana a semana tenemos suficiente.

Obvio, microbio, como dice otro aficionado, van que vuelan (en vuelo directo) a la división de Ascenso MX. Tal vez no en este torneo, porque Dorados es la tabla de salvación, pero la otra temporada futbolera las Chivas y sus aficionados podrían sufrir más si es que antes no se pone el remedio.

¿Cuál es el remedio?, Dije rápido.

¡Que vendan al equipo y que Almeyda y su grupito de argentinos salgan cuanto antes!

¡Ah, bueno, está fácil! Contesté

Sí, ajá, me ripostaron, casi en mi cara.

Y yo otra vez dije como al principio de esta columna, ¡Gulp!

Ahora que todavía está en México el Santo Papa, le pedí ese milagrito, que fuera intercesor ante Diosito para que el Guadalajara pasara a otras manos.

Todavía recuerdo cuando el dueño aseguró soberbio: ¡El Guadalajara va a ser el mejor equipo del mundo! 

Solo que no aclaró en qué categoría y….cuándo.

Mientras tanto …… a sufrir aficionados Chivas, que total, como ya también lo dije, solamente se trata del Campeonísimo Guadalajara, el de los Chava Reyes, “Tubo Gómez, Tigre” Sepúlveda, Isidoro “Cholo” Díaz, Héctor Hernández, Sabás Ponce, Raúl Arellano, Arturo Chaires, “Jamaicón” Villegas, Panchito Flores, “Bigotón” Jasso, “Mellone” Gutiérrez, con un gran entrenador, el Ing. Javier de la Torre, que por lo menos era…..CONGRUENTE, palabra mágica entre el decir y el hacer.

(Debo decir con todo respeto y tristeza que algunos de estos jugadores ya murieron físicamente, pero no en el recuerdo de la afición tapatía).

Si tú, clama y pregunta la afición Chiva: ¿Dónde está el mejor equipo del mundo? 

Creí que estaba en España, me suena, me suena, tal vez el Barcelona, o el Real Madrid o tal vez en Alemania con el Bayern Munich o…….¿Será el Guadalajara y los incongruentes somos los aficionados Chivas en los cuales me incluyo?

Y saben qué es lo peor, que el “Peladito” Almeyda y compañía ya dio a entender  que son algunos jugadores los responsables de su fracaso, de su escandaloso fracaso.

Y esta idea ya se la vendieron a quienes por su ineptitud la compraron.

Es cierto, los jugadores del Guadalajara están perdidos, navegan sin rumbo, deambulan por la cancha, son fácil presa del contrario porque……no tienen timón, no tienen capitán de altura, no cuentan con carta de navegación.

Así ni modo, qué se puede hacer.

Pero nadie debe resignarse, dijo el Papa Francisco, en Morelia.

La esperanza no debe perderse…que por favor alguien compre al Guadalajara o que la oncena regrese al poder  de todos los aficionados Chivas que organizados en Club Deportivo eran los anteriores dueños del equipo, pero que se haga algo, por piedad, como dice un locutor deportivo de la Perla Tapatía.

Porque ¡Oiga usted! Decía el inolvidable Paco Malgesto -ya fallecido- cuando narraba corridas de toros o conducía un programa de variedades musicales, el Guadalajara es el Guadalajara –ups- me sonó como una mención del famoso “Filósofo de Güémez, Tamaulipas”, no se vale tanta desvergüenza, tanta falta de respeto a los colores rojiblancos.

Yo creo que ni los americanistas desean lo que actualmente le pasa a las Chivas. Saben que para que haya y perdure el clásico de clásicos del fútbol mexicano se necesita que el Guadalajara no descienda, porque los demás podrán ser clásicos regionales, pero el Guadalajara vs América es un clásico nacional.

¡Así de simple!

Este clásico de clásicos está en peligro de desaparecer.

Lo bueno, dentro de lo peor, es que el Guadalajara recordaría viejos tiempos al enfrentarse a equipos como el Necaxa, el Atlante, la Universidad de Guadalajara, el San Luis, el Celaya, el Tampico-Madero (si sube), entre otros.

Lo dicho, si lo anterior quiere evitarse, debe haber CONGRUENCIA entre el decir y el hacer. 

Cada quien puede hacer lo que quiera con su dinero y sus inversiones, sin embargo nadie tiene derecho a destruir la tradición, los años de gloria, la prosapia, la historia de un equipo como el Guadalajara que ha sido piedra fundamental en el desarrollo del futbol mexicano.

Y me viene una pregunta a la mente, ¿Qué sucede en la Perla Tapatía que han dejado desaparecer a equipos  como el Oro (después Jalisco), el Nacional y ahora observan al Guadalajara al borde del abismo y nadie hace nada.

Claro, antes se tenía amor a los colores, se luchaba por ellos, se hacían las cosas con CONGRUENCIA. 

¡Había un Club de Fútbol Guadalajara!

Bueno, a otro tema, aunque  que ya no queda espacio para tratar, pero que abordaremos en próxima entrega: la Selección Nacional de fútbol femenil fue derrotada por Costa Rica y no irá a los Juegos Olímpicos de Brasil. 

El entrenador Leonardo Cuéllar perdió su pastelito, ya no explotará un cargo (esperamos) que siempre le quedó grande y del cual hizo su manera de vivir.

Charlyn Correa ha de sentir emociones encontradas. Primero porque Cuéllar la ignoró y no la seleccionó y luego porque al faltar ella, México no calificó.

Ustedes deduzcan, amables tres lectores lo que esto significa.

¡Ay, Leo, como te quieren….!

Ya hablaremos de esto, si Dios y ustedes lo permiten