Dicen que México corre el riesgo de no asistir a los Juegos Olímpicos que organizará Brasil el año 2016, porque el Comité Olímpico Internacional no permite injerencias gubernamentales en las federaciones deportivas.
Por años, muchos años las federaciones deportivas han hecho y deshecho a su antojo, sin rendir cuentas claras, ...dicen, y mucho menos con resultados positivos en algunas de ellas, casi en ninguna.
Pero he aquí que se han encontrado la horma de su zapato en el titular de la CONADE, el Lic. Alfredo Castillo, quien con mano firme se ha dado a la tarea de “limpiar” el deporte mexicano de quienes han medrado y abusado de sus gestiones al frente de esas federaciones….dicen.
…..Todos decimos. Por lo menos los que amamos al deporte sano, al que genera beneficios y ejemplifica una formación integral con valores.
Lo cierto es que ante las cloacas que se abrieron en sus federaciones deportivas, varios dirigentes acudieron a quejarse ante el órgano internacional que controla a los Comité Olímpicos de cada país, a fin de intentar detener la “limpia” que ya está en marcha, de a “deveras”, sin miramientos y mucho menos con temores.
Se nota que el Lic. Alfredo Castillo no se anda por las ramas y comenzó con el basquetbol, deporte que duró en el ostracismo por años, años y años, sin producir jugadores, sin dar resultados y sin competir con honor en eventos internacionales…vaya y aún sin ir a ellos porque no calificaban.
¡Eran del montón!
Si, pero de ese montón en que los jugadores no tienen la culpa, puesto que aún con su mejor esfuerzo siempre fueron manipulados, en la creencia de que con eso era suficiente, hasta que se dieron cuenta que la falta de apoyos, de preparación, de estímulos y de buena fe eran insuficientes.
Les pegaron en la cara en casi todos los eventos internacionales. Por mucho tiempo México fue solo comparsa de otros países. México se conformaba con tener a uno o dos jugadores en la Liga Profesional de Baloncesto en los Estados Unidos de Norteamérica o tal vez a uno en España.
¡Que pobres resultados!
Ahora que Alfredo Castillo pone orden en la casa, en las federaciones deportivas, el COI amenaza con impedir la participación de México en Brasil.
¡Uff! Que miedo. De verdad, ¿A quién espantan?
Es cierto que la no participación de México puede afectar a unos cuantos deportistas que merecidamente quieren competir en la máxima justa. Sin embargo ¿Cuántas medallas podrían ganar para México?
La respuesta es pobre, ¡Otra vez pobre!
En el Senado de la República, recientemente se apoyó a Alfredo Castillo para que siga su labor de sacar a los probables corruptos, a aquellos que han medrado con el deporte, que han hecho un modus vivendi del deporte “organizado”, con su cargo en “sus” federaciones.
En el Senado de la República, recientemente se apoyó a Alfredo Castillo para que siga su labor de sacar a los probables corruptos, a aquellos que han medrado con el deporte, que han hecho un modus vivendi del deporte “organizado”, con su cargo en “sus” federaciones.
Es mejor, así lo creo, mucho mejor, que México no asista a Brasil por impedimento oficial del COI y que se limpie la casa deportiva de tanta podredumbre.
Al final y en corto plazo, ya lo verán, el deporte mexicano ganará en todos sentidos, porque los atletas nacionales son tan buenos como cualquiera de cualquier país, solamente que necesitan dirigentes probos, responsables, que respondan con resultados de los presupuestos que les son otorgados para promocionar e impulsar el deporte que dirigen.
Bien, muy bien, lo que ha hecho Alfredo Castillo. En el básquetbol ya se vieron buenos resultados, pues aunque no se ganó el preolímpico se tuvo una magnífica actuación que convenció a los aficionados.
En ese tenor deben estar las otras federaciones deportivas, que en su obscuridad arrastran la buena imagen de un país tradicionalmente competitivo en diversas disciplinas y, que ahora, nada más tiene destellos individuales, pero no luz propia en lo colectivo.
Si México no va a Brasil en aras de limpiar las federaciones deportivas, creo que vale la pena el esfuerzo de sacar de la ubre a tantos y tan pésimos dirigentes.
¡Las nuevas generaciones de deportistas y, aún los que ya están, lo van a agradecer!
¡Las nuevas generaciones de deportistas y, aún los que ya están, lo van a agradecer!
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