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En lo que se perfilaba como un trámite obligatorio, Boca Juniors selló una decepcionante eliminación del Mundial de Clubes 2025, al empatar 1-1 ante Auckland City, un rival semiprofesional que llegaba con 17 goles en contra y sin puntos en el Grupo C. El resultado dejó al conjunto argentino con solo dos unidades y sin victorias en la fase de grupos, en una de las actuaciones más pobres de su historia reciente en torneos internacionales.

El conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo llegaba con mínimas esperanzas de clasificación: debía ganar y esperar que el Benfica no venciera al Bayern Múnich. Sin embargo, ni siquiera logró cumplir con su parte del guion.

El primer gol del encuentro cayó al minuto 26, cuando Lautaro Di Lollo cabeceó un tiro de esquina de Alan Velasco que se estrelló en el poste y, tras un rebote fortuito, el balón terminó ingresando luego de golpear en el cuerpo del arquero neozelandés Nathan Garrow. Autogol, y 1-0 parcial para Boca.

Pese al dominio territorial, Boca no logró ampliar la ventaja y dejó crecer a Auckland, que encontró la igualdad en el 52’ con un gol histórico: Christian Gray cabeceó un córner enviado por Jerson Lagos, anotando el primer tanto del equipo neozelandés en el torneo.

Instantes después, el partido fue interrumpido por tormenta eléctrica, una constante en esta fase de grupos, con una suspensión de más de 50 minutos en el Geodis Park de Nashville, donde asistieron cerca de 17 mil aficionados.

Al reanudarse el juego, Boca logró marcar el 2-1 con gol de Miguel Merentiel, pero la jugada fue anulada por el VAR debido a una mano previa de Kevin Zenón. Fue el golpe final para los Xeneizes, que terminaron desesperados y sin respuestas futbolísticas ante un rival modesto que solo entrena tres veces por semana.

La historia del Auckland City también tuvo tintes épicos. El equipo amateur neozelandés, cuya plantilla no recibe sueldos y cuyos jugadores tienen otros trabajos (como Sebastián Ciganda, arquero suplente y limpiador de piscinas), obtuvo un premio de un millón de dólares otorgado por la FIFA por el empate. El monto será repartido entre el plantel y cuerpo técnico.

Benfica, por su parte, venció al Bayern Múnich y se quedó con el primer lugar del grupo, seguido por los alemanes. Boca fue tercero con dos empates y se despidió del certamen sin victorias.

foto @FCBayernEN (X)

En un encuentro repleto de historia, expectativa y dramatismo, Bayern Múnich superó este viernes por 2-1 a Boca Juniors en el Hard Rock Stadium, y aseguró su clasificación a los octavos de final del Mundial de Clubes 2025. El equipo argentino, por su parte, quedó al borde de la eliminación y deberá esperar un milagro en la última jornada para seguir con vida.

Con un ambiente imponente y entradas agotadas, el Bayern mostró mayor ambición desde el inicio. El premio a su dominio llegó al minuto 18, cuando Harry Kane rompió su sequía en el torneo al aprovechar un rebote tras un mal despeje de Luis Advíncula y definir con clase de zurda desde el área chica.

Boca, lejos de ceder terreno, respondió con convicción en la segunda parte. Un contraataque letal al minuto 66 culminó con un pase milimétrico de Alan Velasco para Miguel Merentiel, quien igualó con un derechazo cruzado que encendió la esperanza entre los xeneizes.

Sin embargo, la reacción duró poco. Cuando parecía que el empate era el destino inevitable, apareció Michael Olise, quien corrigió su error del primer tiempo y, tras una jugada caótica en el área, marcó el gol de la victoria al 78'.

Con este resultado, Bayern Múnich llega a seis puntos en dos jornadas, asegurando el primer lugar del Grupo C gracias también a su apabullante debut ante Auckland City (10-0). Boca Juniors, en cambio, se mantiene con un solo punto, producto del empate frente a Benfica en su estreno.

El panorama para los dirigidos por Diego Martínez es complicado: necesitan golear a Auckland City en la última fecha y que Benfica pierda por amplio margen ante Bayern. Solo así, podrían avanzar por diferencia de goles en una clasificación casi imposible.

El partido, que enfrentó a dos gigantes de Europa y Sudamérica, respondió a las expectativas. La precisión alemana impuso condiciones, pero Boca demostró carácter y por momentos puso contra las cuerdas al multicampeón europeo. No obstante, la falta de eficacia y desconcentraciones puntuales marcaron la diferencia.

El Hard Rock Stadium vivió una fiesta con más de 60 mil aficionados y un ambiente vibrante que convirtió este duelo en uno de los más atractivos de la fase de grupos.

foto @RiverPlate (X)

En un vibrante Superclásico argentino, River Plate derrotó a Boca Juniors 1-0 en su propia casa, La Bombonera, con un tanto decisivo de Manuel Lanzini a los 19 minutos de juego. El partido no solo ofreció emociones, sino también momentos de gran controversia, como el gol anulado a Boca en tiempo de descuento tras la revisión del VAR, cuando se detectó una mano de Milton Giménez. Esta decisión generó un ambiente de tensión en los minutos finales, en los que River resistió las embestidas de un Boca que no logró sobreponerse a la desventaja.

Ambos equipos llegaban empatados en puntos y con la necesidad de una victoria para mantenerse en la pelea por el campeonato. River tomó el control desde el inicio, mostrando una sólida defensa y velocidad en las transiciones que dificultaron a un Boca falto de ideas en ataque. Lanzini, en su regreso a River tras varias temporadas en Europa, aprovechó un rebote del arquero Sergio Romero para marcar el único gol del encuentro.

La segunda mitad vio a Boca mejorar su rendimiento, especialmente tras la entrada de Zeballos, pero sus esfuerzos fueron en vano. Un remate de Advíncula que se estrelló en el travesaño fue lo más cerca que estuvo Boca del empate, mientras que River falló en ampliar su ventaja en varias ocasiones claras.

El encuentro cerró con la expulsión de Cristian Lema, quien protestó la decisión arbitral que anuló el gol de Boca, dejando a los aficionados locales con un sabor amargo. Para River, esta victoria no solo significa tres puntos cruciales en la liga, sino también una inyección de confianza de cara a su compromiso en la Copa Libertadores contra Colo Colo.

Este resultado reafirma a River como uno de los equipos más sólidos del torneo, mientras que Boca enfrenta una dura derrota, su primera en casa en casi un año.