Donovan Mitchell explota con 24 puntos en el último cuarto para rescatar a los Cavaliers ante los Wizards

Foto: AP

 

Hay noches en la NBA donde los esquemas tácticos pasan a segundo plano y el destino de un partido queda en manos del talento puro y la voluntad inquebrantable de una superestrella. Esta noche en la duela, fuimos testigos de una de esas veladas. Cuando todo parecía perdido para los Cleveland Cavaliers, Donovan Mitchell decidió que no era hora de irse a casa con una derrota.

En una demostración ofensiva que entrará directamente a los libros de historia de la franquicia, Mitchell se puso la capa de héroe, anotando 24 de sus 48 puntos totales en un último cuarto de antología, para liderar una furiosa remontada y darle a los Cavs una victoria de infarto por 130-126 sobre unos combativos Washington Wizards.

El partido no fue un paseo por el parque para Cleveland. Durante tres cuartos, los Wizards ejecutaron un plan de juego sólido, manteniendo a raya a los locales y construyendo una ventaja que parecía decisiva al entrar al periodo final. La ofensiva de los Cavs se veía estancada y la frustración comenzaba a permear en el ambiente.

Lo que sucedió en los últimos doce minutos fue una clínica de anotación. Mitchell entró en ese estado de trance donde el aro parece un océano. Triples desde el logo, penetraciones acrobáticas entre el tráfico, tiros de media distancia imposibles de defender; el arsenal completo estuvo en exhibición. Anotar 24 puntos en un partido completo es una buena noche para muchos jugadores; hacerlo solo en el cuarto decisivo, con el marcador en contra, es territorio de leyendas.

Los Wizards merecen crédito. No se doblaron fácilmente y respondieron golpe por golpe en un cierre frenético que elevó el marcador final a un espectacular 130-126. Washington empujó a Cleveland hasta el límite absoluto, lo que hace que la explosión de Mitchell sea aún más valiosa.

Al final, la diferencia fue tener a un jugador capaz de trascender el juego colectivo y cargar con toda la ofensiva sobre sus hombros cuando el balón más pesaba. Con esta actuación de 48 puntos, Mitchell no solo aseguró una victoria vital para las aspiraciones de los Cavaliers en la Conferencia Este, sino que reafirmó su estatus como uno de los closers más letales de la NBA actual.